sábado, 31 de mayo de 2014

Vestida de tul


Ella, miraba sin ver desde sus ojos azules, con su vestido pomposo de bailarina, con sus zapatitos rosas, como su vestido rosa, junto con otras tantas muñecas desde el escaparate, frente a la gran avenida por la que discurrían, como siempre un rio de gentes de miradas vidriosas, sin ver quizá, ensimismados en sus mundos, que se cruzan sin tocarse.
 
Ella, siempre quiso tener una muñeca, siempre, pero no llegó, hasta que su hija mayor, se la regaló, pasados los ochenta años; ya supo esperar.
 
Ellas, vestidas de forma ordinaria aunque aparentemente elegantes, arrastraban sus vestidos acompañadas por sus parejas con trajes embutidos que más bien parecían prestados, hasta la entrada principal de la iglesia, bajo la mirada pétrea de la virgen rodeada de ángeles; mientras esperaban la llegada de la novia, que por fin llegó como si fuera a una fiesta de verano, casi dispuesta a refrescarse en la piscina de un chalet en una calurosa tarde; nada más lejos de la intimidad que requería la supuesta celebración. En el interior, la elegante e inmensa nave parecía mucho más grande, quizá por el vacío, por la vacuidad de un espectáculo sin gracia, sin casi sentido.
 
Él, abre la portezuela de un despampanante coche negro y, ¿qué ve?, pues a ella vestida de blanco impoluto con su mirada clara, su franca sonrisa y su corona de flores blancas sobre su cabeza. Él, la apretuja colmándole de besos y le dice: "Buen día, princesita"; y da un portazo diciéndole sinceramente adiós con el brazo en alto, antes le ha entregado una caja con una preciosa muñeca, vestida de bailarina; a lo mejor no se esperaba ese obsequio, pero él cree que será de su agrado.
 
Ella, con sólo diez años recién cumplidos no ha necesitado tanto tiempo para mecer a esa muñeca que de golpe y porrazo ha abandonado a sus compañeras de vitrina, como tampoco, para recibir todos los regalos que en ese día le harán. Así es la vida.
 
Gregorio Gigorro
GREGORIO GIGORRO
"The treasure"
Acrylic on paper
Signed and dated in 2011
Dimensions: 30 x 50 cm


Aranjuez, 1 de junio de 2014
 

sábado, 17 de mayo de 2014

Celebración


Se encontraban sentados a la mesa preparada para la ocasión, mientras se agarraban con mimo las manos hablándose con ojos tiernos.
 
Abajo la plaza redonda les envolvía, ellos comenzaron a desmenuzar sabrosos recuerdos, entretanto las sombras cubrieron todo de ensueño, la noche se puso íntima como un patio de vecinos. El silencio campaba a sus anchas, solamente roto por el chorro monótono de la fuente y por el canto de algún grillo despistado. La luna, como una guadaña, rasgaba el firmamento y un montón de estrellas se desparramaron por doquier.
 
¿Qué quieres tomar? -El fresco-, le respondió ella.
 
 
GREGORIO GIGORRO
"Pilar"
Tinta y Acrílico sobre lino
Firmado y fechado en 2014
Medidas: 40 x 40 cm





Aranjuez, 17 de mayo de 2014
 
 

domingo, 11 de mayo de 2014

Teatro


No era difícil imaginarse una representación teatral, sentado en aquel lugar magnífico, dos mil años atrás; sobre todo siguiendo las amenas explicaciones de la guía, que si no le gustaba el trabajo representaba estupendamente su papel.
 
El público engalanado para la ocasión se acomodaba según su posición social: las autoridades se situaban cerca de la escena, los solteros separados de los casados, los más pudientes vestidos de blanco, los niños acompañados por sus pedagogos y las mujeres a otro lado, así hasta completar el aforo.
 
Ha llovido mucho desde los tiempos de Augusto, pero el hecho, es que sigue siendo el escenario perfecto, cada verano y desde hace mucho tiempo, para celebrar el Festival de teatro clásico en la antigua Emérita Augusta.

La acústica es maravillosa, lo pude comprobar escuchando a un coro, que nos sobrecogió, sus voces dulces y rotundas resonaron bajo la imponente columnata, bellísima por cierto, de clara raigambre helenística; su forma longitudinal se contrapone al enorme graderío semicircular, justo en el centro de ésta se abre un eje perpendicular ocupado por un jardín florido bajo arquerías, por el que es fácil imaginar a los "escogidos" paseando al finalizar cada función. Ni que decir tiene que no siempre estaban presentes los autores clásicos, como Sófocles o Eurípides; cuando el público era el pueblo se representaban piezas que rayaban en lo soez; de cualquier forma desde los griegos, los dramaturgos se  ocuparon de hablar de los sentimientos más importantes, como el amor, los celos, el odio, el poder, la gloria..., y estos no han cambiado a grandes rasgos a lo largo del tiempo,por eso nos siguen importando tanto. Por  otra parte, el teatro no era puro "teatro", como decía el bolero; era el centro cultural de la época, al igual que el anfiteatro vecino de aquel. Era el lugar donde se expresaban los ideales del Imperio; en muchos casos los espectáculos eran pagados por una persona solvente (Auditor) que tenía otras miras más altas, por ejemplo, el hecho de subvencionar, hablaba de su buen nombre y le allanaba el camino para conseguir sus fines. Trajano, antes de llegar a ser emperador, llevó a cabo una serie de actuaciones públicas que mejoraron su imagen de cara a la plebe.
 
Roma supo extender su mejoras en todos los territorios conquistados, desde la red viaria pasando por las relaciones comerciales, la ingeniería, el arte, sin olvidar el Derecho, que sigue siendo primordial para nuestra sociedad. Pero el tiempo lo muda casi todo, hasta hacerlo poco reconocible; aquella esplendida ciudad como tantas otras, quedó sepultada permaneciendo dormida, hasta que en 1910 comenzaron las excavaciones, sacando a la luz el anfiteatro, el  teatro, el templo de Diana y numerosos vestigios de aquel pasado.

En los años 80 del siglo XX se procedió a construir el Museo de Arte Romano, de soberbia factura y con un importantísimo contenido en cuanto a las piezas custodiadas; pues bien al comenzar los trabajos de cimentación descubrieron una porción de un barrio de época augustea, con sus calles, casas, pavimentos, columnas...; imagínense que hubieran encontrado de haber continuado. Y es que Mérida está por descubrir, si vienes a verla, te deslumbrará, hasta tal punto que los desmanes cometidos con posterioridad quedan empequeñecidos ante la grandeza de los restos hallados. Sin ir más lejos, el embalse de Proserpina construido en aquel tiempo sigue abasteciendo de agua a la ciudad.
 
Como dice el dicho: "Quien tuvo retuvo"
 
GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
"Boceto para un foulard"
Acrílico, tinta sobre cartón
Firmado y fechado en 2014
Medidas: 75 x 25 cm


En Aranjuez a 10 de mayo de 2014