jueves, 18 de agosto de 2016

El pozo amargo



 
"Cuántas lágrimas hay que derramar para que un pozo se convierta en amargo habiendo sido dulce su caudal".
 

Miraba distraídamente el brocal, rodeado de rosas, aspiraba su perfume.
 
Hacia tiempo que sus ojos se habían secado, recluida en el convento había encontrado la paz, la plenitud que tanto había buscado la descubrió en aquella isla rodeada de altos muros.
 
Cerca de allí seguía la oquedad donde se marchitaron sus anhelos, truncados de un tajo cuando su padre, mandó segar la vida de su amado, un joven cristiano, precisamente por serlo y no ser judío como ella.
 
Desde aquel día, fue presa de la desesperación, se rompieron sus sueños, el camino que hubiera deseado andar juntos.
 
Le resonaba en su cabeza, la esperanza nunca se puede perder pase lo que pase, siempre le decía su enamorado.
 
Deambulando sin rumbo, llegó a las puertas de Santa Isabel, para romper con todo, recorrer otras veredas, dando la espalda al mundo y sirviendo a un amo que siempre estaría vivo.

GREGORIO GIGORRO
Fragmento del retablo de la capilla de La Asunión
Villaescusa de Haro
Cuenca
España
 

sábado, 13 de agosto de 2016

Cerca de ti



Un conjunto imponente en medio del campo sembrado de girasoles sonrientes bajo el cielo añil de agosto.
 
Una fachada orgullosa y mesurada a la vez, aunque su portada sea deliberadamente barroca, mira de frente a la rotunda torre medieval; el monasterio de Uclés edificado sobre un promontorio descolla soberbiamente sobre el exiguo caserío.
 
Una carretera que se retuerce suavemente dejando a la izquierda las ruinas solemnes de la romana Segóvriga.
 
Un castillo que abraza al pueblo de Belmonte a lo largo de su muralla; la inmensa llanura de vides que aparece salpicada de casas para solaz de sus habitantes, perdiéndose hasta Mota de Cuervo con sus molinos.
 
Una capilla del último gótico presidida por un retablo gigante del XVI, donde trabajaron artistas como Francisco de Colonia, Felipe Vigarny y Francisco de Salamanca. La luz se filtra por el ventanal dando justo en la cara de la Virgen, rodeada de ángeles, dotándola por arte de magia de una sonrisa vivaz, como si acabara de ser pintada; emociona y sobrecoge la capilla de la Asunción en Villaescusa de Haro.
 
Una potente luz sobre los campos desiertos donde campan a lo largo y ancho girasoles y más girasoles, y vas y te sumerges en este mar de miles de tortas amarillas y verdes, mientras la chicharra no para de cantar y de vez en cuando pasa algún coche despistado por la vecina carretera.
 
¡Para qué ir más lejos, si aquí se está bien!
 
"Cuenca, ni más ni menos".
 
 
GREGORIO GIGORRO
En Aranjuez a 14 de agosto de 2016