lunes, 18 de noviembre de 2024

Pompeya

 

La mañana del 29 de agosto del año 79 d.C. era resplandeciente, nada ni nadie pudo presagiar lo que ocurriría aquella tarde; los pompeyanos atareados en sus quehaceres ni por asomo pensaron o sintieron que sería su último día.

El Vesubio empezó a producir explosiones de piedras, de lava sin parar, ¡algo aterrador!, por las laderas se derramaban ríos candentes sembrando la destrucción y la muerte a su paso.

Herculano, Pompeya y otras poblaciones quedaron sepultadas bajo una capa de cenizas de más de 7 metros, 1700 años largos durmieron el sueño eterno.

El arquitecto Doménico Fontana en el siglo XVIII realizando trabajos de saneamiento, descubrió unas inscripciones en las lápidas situadas en la zona del anfiteatro, más tarde en XIX se iniciaron con mayúsculas las excavaciones de Pompeya; hasta hoy se ha sacado a la luz la mayor parte del total, aunque se continúa trabajando, doy fe de ello, de hecho, se acaban de descubrir pinturas parietales bellísimas y en un excelente estado de conservación concretamente en la casa de los Castos Amantes.

El suceso fue terrible, realmente conmovedor en aquel tiempo, tanto es así que desapareció el puerto de la ciudad, la tierra se adentró varios kilómetros en el mar no obstante gracias a ello podemos disfrutar de un documento valiosísimo para el conocimiento del mundo romano que tan decisivamente ha influido en la posteridad. 

El Cisternone de Albano cerca de Roma, construido entre los siglos II y III d.C. presenta un estado como para continuar la función para la cual fue construido, el Panteón de Roma casi 2.000 años después, sigue dándonos lecciones de arquitectura o el embalse de Proserpina abastece a Mérida. Sirvan estos ejemplos, aunque podría hablar de muchísimos más para comprobar la vigencia de lo romano. 

Pasear por Pompeya es hacerlo través de un gigantesco cementerio en vivo, no es difícil imaginar el pálpito de la vida de aquellos seres humanos, andando por sus calles rectas, enlosadas, con aceras e incluso con pasos de peatones, fuentes de trecho en trecho, o entrar en sus casas, comprobar sus diferentes partes, su decoración parietal, que tanto se ha imitado en el Renacimiento, o gozar de un espectáculo en el teatro grande, en el pequeño, sentir el ambiente del foro en la Basílica…, un paseo plagado de datos y hermosura viendo los arcos triunfales, las esculturas que adornaban los templos ahora custodiadas en el Museo de Nápoles.

Fue un varapalo, la vida te puede cambiar en segundos privándonos de todo incluso de lo más preciado, pero siempre prevalece sobre cualquier calamidad, antes del desastre en el 79 hubo otro en el 64; todo se repuso. En la actualidad podemos comprobar bajo las faldas del Vesubio que hay todo un rosario de ciudades y pueblos al borde del mar.

La tragedia acaecida en Valencia pone de manifiesto cuestiones de vital importancia que merecen por sí solas una reflexión, pero por encima de todas sobresale una por el resto porque se puede perder absolutamente todo, pero si logras sobrevivir siempre quedará la esperanza y estoy seguro que nosotros juntos seremos capaces de salir de esta pesadilla.

Por todo lo dicho, al menos una vez en la vida visitar Pompeya, es tan maravilloso como aleccionador.


Pompeya



En Aranjuez a 17 de noviembre de 2024


 

martes, 22 de octubre de 2024

Memorable


Esa noche la luna se vistió de fiesta, lucía un atuendo naranja que iluminaba imponente la negrura del mundo.

El camino se retorcía a través del frondoso bosque, la peineta interminable de cipreses sobresalía entre las encinas y los pinos, se sentía la humedad de las primeras lluvias del otoño, los charcos obligaban a que la marcha fuese lenta.

Más adelante aparecieron unas luces, al fondo se entreveía la fachada renacentista de soberbia factura, adonde llegaban los primeros invitados delante de la cual esperaban los anfitriones para saludarles.

Tras pasar bajo una arcada del mismo estilo que la vecina entrada nos internamos en el jardín, a ambos lados de éste, todo el servicio uniformado nos daba también la bienvenida.

Delante del zaguán el tintineo de las copas, las charlas animadas y las risas de la gente guapa se dejaba sentir.

 Enseguida dimos con el claustro del XVI, obra de Alonso de Covarrubias, iluminado profusamente con velas como el resto del monasterio, resaltando aún más su belleza.

Fue mágico disfrutar solos de este recinto, con la música en vivo, las baladas ejecutadas por el saxo eran el contrapunto a la arquitectura renacentista, nos quedamos de piedra como si fuésemos las esculturas que parecían acompañar al músico.

A todo esto nos encontrabamos en San Bartolomé de Lupiana, el primer monasterio jerónimo fundado en España, allá por el siglo XIV por bula papal de Gregorio XI, auspiciado por la poderosa familia de los Mendoza, posteriormente beneficiado por Felipe II hasta llegar a nuestros días después de muchos avatares como la guerra de la independencia, la desamortización de Mendizabal y su posterior abandono.

Se trata de un conjunto monástico bellísimo y sugestivo que pese a lo ocurrido conserva un aire de grandeza y de romanticismo, quizá por la armonía entre la arquitectura y la naturaleza que lo circunda, dando una sensación cuidada pero no en exceso, si además añadimos que se decoró para esta ocasión, sencillamente lo conseguido fue magnífico. Sin olvidar el cóctel así como la cena y las copas en lo que fue en otro tiempo el refectorio, todo ello sabroso y bien servido por un personal impecable.

Conocí este lugar durante una comida, pienso que por el día todo se percibe más nítido, sin embargo la noche desdibuja los contornos, aumenta las sombras quizá incita a más sugerencias tal vez es más amiga para dar alas a  los sueños, si los tienes no los abandones nunca porque sin estos, la vida no es igual; en cualquier caso aquella velada fue memorable.

Monasterio de San Bartolomé de Lupiana




En Aranjuez a 23 de octubre de 2024








domingo, 13 de octubre de 2024

Echar el resto

 

Para nada es tarde

y tú lo sabes, 

aún nos quedan radiantes amaneceres al borde del mar,

jugando con las olas,

paseos interminables bajo los umbrosos plátanos

que tanto nos gustan;

los silencios cuando vemos algo sorprendente sin mirarnos,

sobran entonces las palabras

y la imaginación campea en el interior.

Aún nos quedan los mejores manjares que disfrutar donde se tercie,

extasiarnos con los firmamentos cuajados de estrellas,

zambullirse bajo la lluvia,

hundirse en los charcos donde queramos meternos

porque lo bueno está por llegar

ambos lo sabemos.

Las ganas de vivir no cesan aunque las fuerzas van menguando 

parafraseando a don Miguel de Cervantes Saavedra.

GREGORIO GIGORRO
"Mirando al mar"
Acrílico sobre papel
20 x 30 cm
Firmado y fechado en 2023




En Aranjuez a 13 de octubre de 2024





domingo, 8 de septiembre de 2024

La paz

 

La piscina es una lámina de cristal que se va rompiendo cuando él nada lento y solitario, a esas horas en las cuales la gente come o descansa, la arboleda la rodea completamente, el cielo la protege; siente sosiego, sencillamente paz, eso que buscamos a lo largo de la vida.

Aristófanes, comediógrafo griego del siglo IV a.c. escribió una obra titulada "La paz", además de otras de las que se conservan once; menudo tema de sabrosa actualidad que viene desde el principio de todos los tiempos, como también el amor, el odio, los celos, el incesto, la venganza..., problemas que continuan siendo los del hombre de hoy y creo que lo serán de mañana, por ello los clásicos seguiran estando de moda.

Gracias a la inteligencia de Francisco Nieva, otro dramaturgo, llevó a cabo una actualización de la obra mencionada para poder disfrutarla en un marco que de por si es un espectáculo, el teatro romano de Mérida, mandado construir por el yerno de Augusto hace más de 2000 años; están vigentes tanto la arquitectura como la literatura clásica porque lo clásico es de primera clase, digno de ser imitado sin menoscabo de ofrecer otra visión de la obra que nos ocupa, conservando el espíritu originario.

Quién como si fuera un cuento nos relata las peripecias de Trigeo, agricultor del Ática, harto de las guerras que asolan su tierra decide ir en busca de los dioses hasta el Olimpo para que pongan coto a tantos desmanes y asi poder rescatar a la paz que se haya secuestrada. Es una obra llena de gracia, dinamismo, simbolismo y de un humor a raudales, desde el principio hasta el final.

Está dirigida por Raquel Camacho con notable acierto, quien se mostró satisfecha por el resultado, cuenta con un elenco estupendo, una atinada escenografía, música asi como la coreografía e luminotecnia; un verdadero placer al que sin duda contribuye el espacio soberbio donde se representaba; aquella noche memorable hasta el ligero viento que recorría el graderío contribuyó a que todo saliera redondo y es que con amor y mucho humor la vida tiene otro color.

GREGORIO GIGORRO
"La paz"
Óleo sobre lienzo
Firmado y fechado en 2024
Medidas: 130 X 130 cm



En Aranjuez a 8 de septiembre de 2024



domingo, 1 de septiembre de 2024

Recuerdos

 He vuelto a ver

los árboles desnudos,

los jacintos punteando sobre la hierba verde,

los niños sonreían

a lomos 

de unos caballitos

como aquella mañana

en el jardín de Luxemburgo,

irremediablemente me he acordado de ti,

y es que haga lo que haga 

y esté donde esté

no hago otra cosa 

que pensar en ti.


GREGORIO GIGORRO 
Plato elaborado  en Centro Cerámico de Talavera
2024
Diámetro 30 cm


En Aranjuez a 1 de septiembre de 2024




martes, 20 de agosto de 2024

La escapada

 Viajaron hasta Burgos para visitar las Huelgas reales y se encontraron con una ciudad en fiestas, el gentío abarrotaba sus calles, las bandas de música campaban a sus anchas y el monasterio cuando llegaron se encontraba cerrado debido a la festividad de San Pedro y San Pablo; cambiaron de planes, disfrutando de la ciudad en su salsa bajo una lluvia fina que por cierto qué bien le sienta el agua igual que a Santiago de Compostela, ya huele al norte.

¡Qué agradable era ver a montones de personas vestidas con el traje regional!, la mayoría jóvenes recorriendo el frondoso paseo del Espolón o las fuentes escultóricas que adornan las plazas del centro, detenerse sin prisa delante de la catedral y observar con deleite todos sus ángulos y miles de detalles. La lluvia persistía sin que el público se arredrara.

¡Qué gozada cenar y ver a través de los cristales las majestuosas torres del templo, con la tuna de fondo cantando!, sin olvidar los fuegos de artificio sobre el río Arlanzón, vigilados de cerca por la escultura ecuestre del Cid frente al teatro principal, dicho sea de paso recuerda a la que se encuentra en Valencia.

Por fín llegó la mañana, fría y gris caminando a través de calles desiertas llegaron a las Huelgas, como saben cenobio fundado por los reyes Alfonso VIII y Leonor de Plantagenet después de la victoria contra los moros en las Navas de Tolosa, corría el año 1212.

Se trata de un conjunto arquitectónico soberbio en el cual la piedra angular es el estilo cisterciense, venido de Francia, despojado de toda decoración en donde conviven el gótico, renacimiento, barroco y mudéjar, de todo ello resulta elegante, sobrio y armonioso.

El patrimonio que atesora es muy relevante, por ser fundación real desde el principio se le benefició con tierras, propiedades de todo tipo y privilegios para garantizar su independencia, su lema fue "Ora et labora" aunque lo fundamental es que continúa vivo para lo que fue creado; treinta religiosas lo habitan actualmente no obstante en sus buenos tiempos llegó a contar con casi doscientas monjas por lo que las visitas son restringidas acompañadas de un guía en aras de preservar la paz del lugar.

Las Huelgas son: iglesia, sala capitular, diferentes claustros, capillas, biblioteca y panteón real donde reposan sus fundadores además de principes y princesas a lo largo del tiempo, como dato llamativo les diré que el matrimonio de dichos fundadores duró más de cuarenta años falleciendo primero el rey y a los veinticinco días la reina.

Dicho monasterio durante la invasión francesa no se libró del expolio como otros muchos, fueron profanados los sepulcros aunque no todos, en este sentido el de Don Fernando de la Cerda se salvó porque delante estaba el de su hijo y como las prisas no son buenas gracias a lo anterior ha llegado toda la indumentaria para pasar a mejor vida, es decir la espada, el anillo, el bonete, las telas que cubrían el ataúd, todo lo que se pudo recuperar de esta y otras sepulturas se encuentra expuesto en una sala que anteriormente fue granero.

Nos encontramos en un verdadero centro de poder donde se armaba a los caballeros, se coronaban reyes y posteriormente se les enterraba, llegó a contar con bula papal.

Todo lo cual sucedió a las afueras de la ciudad de Burgos a la sazón rodeado de un barrio encantador a la vera del río, nos encontramos en la verdadera cabeza de Castilla, camino de Santiago, en la cual floreció el comercio, la vida artística, aquí trabajaron Juan y Francisco  Colonia, Gil de Siloe, Felipe de Vigarny entre otros a la sombra de la construcción de la catedral. Fernando III se había casado en la que ocupa el lugar actual y la encontró oscura y pequeña, pronto comenzó a erigirse la construcción del templo a principios del XIII, el mismo monarca que comenzaría la de Toledo.

En esta ciudad salían los cargamentos de lana para embarcarse en Laredo y otros puertos del norte con destino a los Países Bajos, aquí los Reyes Católicos recibieron a Colón en la Casa del Cordón, en este palacio viviría Juana I de Castilla y Felipe el Hermoso proclamados príncipes de Asturias en Burgos y después en Toledo; también aquí el mencionado Duque de Borgoña moriría en 1506, son unas pocas pinceladas para situar un poquito una urbe que tuvo una importancia decisiva en la historia de España.

Lo bueno si breve dos veces bueno, pero la verdad es que la escapada te deja un dulce sabor de boca que estás deseando incluso sin haberte marchado todavía de volver a ella.

Fotografía Pilar Cuns


En Aranjuez a 20 de agosto de 2024



lunes, 12 de agosto de 2024

La llave

 El guardián le abrió la cancela, 

ante sí se desplegaron los trinos de los pájaros,

los árboles, las plantas relucientes, el murmullo de la cascada,

los jarrones desnudos; 

del suelo subía la humedad de la noche, 

la umbría de tanto verdor,

dejaba ver de trecho en trecho el azul del cielo,

el jardín estaba iluminado por una luz amarillenta

que iría subiendo de tono a medida que avanzara la mañana,

algo verdaderamente irreal, 

la calma, la hermosura arropadas por el silencio,

reinaban en aquel lugar.

Existen jardines abiertos para cualquiera que los desee disfrutar,

pero aquel que se cuida con esmero 

con mimo, con verdadera pasión

no está a disposición del público

porque tu jardín es un verdadero secreto

por ello la llave no se da, no se presta,

podría ensuciarse incluso malograrse

y eso es un lujo que el dueño no puede permitirse.


Fotografía Gregorio Gigorro

En Aranjuez a 12 de agosto de 2024