jueves, 4 de enero de 2018

Desi


Desi para sus allegados no era una gallina cualquiera, ni en la forma ni en el fondo, hasta para poner huevos se sentaba como si estuviera en un sillón barroco;
elegía los insectos más apetitosos, cuidaba su aspecto, evitando tomar el sol para no dañar su precioso plumaje, su relación con las otras gallinas era educada pero distante.

Se mostraba agradecida con su amo cuando le prodigaba los piropos por ser la campeona de los huevos de oro, a la vez que degustaba con júbilo el sabroso pienso que éste le proporcionaba diariamente.

Le horrorizaban los sonidos guturales de los sucios cerdos, los ladridos de los perros, por el contrario le encantaba el caballo blanco del hijo del dueño, a veces saltaba a su lomo,
él tranquilo se lo consentía sin inmutarse,
así la gallina campaba sobre él como Pedro por su casa;
a ella se le antojaba que tenía alas y que un día saldría volando, era su mayor anhelo.

Desoía los dimes y diretes de los otros animales de la granja, que la trataban de ligera de cascos,
pero Desideria hacia oídos sordos a éstos.

Ella tenía alas, otras aves surcaban los cielos, ¿porqué ella no?

Sabía que había otros lugares a donde ir, ¿porqué poner puertas al campo?

GREGORIO GIGORRO
"Desideria"
De cartón fallero pintado


En Aranjuez a 4 de enero de 2018