Era una mañana soleada y risueña, salió a beberse la ciudad que estaba a sus pies. La luz iba desparramándose, inundándolo todo, realzando el soberbio conjunto arquitectónico, mezcolanza de estilos fruto y testigo de tiempos pasados.
Bajó y subió escalinatas, cruzó puentes, entró en las iglesias, salió de los palacios, se refrescó en las fuentes y ascendió hasta los miradores enjaezados de esculturas y jarrones; poblados por enjambres de turistas.
La noche se convirtió en un espectáculo lujurioso, donde las apretadas estrellas pugnaban por brillar sobre las cúpulas, las ruinas de los templos, las torres; salpicados de tanto en tanto por adelfas, cipreses y palmeras.
Se quedó embelesado y se rindió por el cansancio. De pronto, una voz gritó: "Marcelo, vieni qui", procedía de una fuente muda a esas horas, al igual que los dioses y animales marinos que la adornaban.
Lentamente, se despertó. ¡Por fín, estoy en Roma!
GREGORIO GIGORRO "La espera" Tinta y acrílico sobre cartón Firmado y fechado en 2014 Medidas: 35 x 49 cm En Aranjuez a 27 de junio de 2014 |