La noche estaba quieta,
tanto que la calma y el silencio espesos se podían cortar,
sentado con su pipa en los labios echando el humo al aire tibio,
asiste al espectáculo sobrecogedor,
del firmamento raso como una carta,
abarrotado de estrellas de esos mundos lejanos ajenos a él,
de miles y miles de lucecitas paradas, rutilantes,
suspendidas allá arriba,
se fija en el fulgor de Venús, en el gajo de la luna,
en el avión a punto de aterrizar,
y comienza a contarlas, hasta quedar exhausto,
entorna los ojos dejándose acariciar por la brisa nocturna,
mañana será otro día, y seguirá con su tarea preferida,
contar estrellas en ese gran almacén,
sabe que están todas o por lo menos aquellas que él puede llegar a vislumbrar.
GREGORIO GIGORRO "Desde Brooklyn" Tinta y acrílico sobre cartón 53 x 35 cm 2013 En Aranjuez a 8 de marzo de 2020 |