domingo, 21 de enero de 2024

El tiempo

Sintiendo bajo sus pies las pesadas losas de la calle Embajadores, aquella mañana fría y soleada de diciembre, se vió de golpe subiendo y bajando muchos años atrás, paseando y cargando ilusiones por aquel lugar tan castizo de la capital.

La buhardilla fue testigo mudo de sus andanzas, el taller donde pintaba, jugaban sus hijos y quedaba con su mujer para irse los cuatro juntos.

De pronto se vió subido al tejado, descubriendo un cielo repleto de arreboles y nubarrones morados alrededor de la cúpula de San Cayetano, todo eso con el pretexto de limpiar las claraboyas.

En aquel lugar hace ya más de veintitrés años recibió la llamada de ella instándole sin dilaciones a que viniera, la niña estaba en camino; para cualquier padre sus hijos siguen siendo niños sin importar la edad que tengan. Ahora acompañaban a la niña de sus ojos a aquel barrio para vivir por su cuenta, curiosamente bastaba subir la cuesta para dar al final de ésta con la buhardilla de marras.

Ironías o casualidades de la vida, todo parece un círculo, te encuentras en un sitio, te vas a otro distinto y vuelves al primero porque sencillamente la vida te lleva, por nada del mundo puedes ir en contra.

El caso es que desde aquel lunes radiante de enero frío y soleado, han transcurrido veintitrés años como ya he dicho y aquel bebé que miraba sin cesar a todos lados, escrutando todo con vivos ojos bajo un tocado blanco que realzaba su tez morena, esa niña pizpireta que se divertía disfrazándose de mil maneras se había convertido en toda una mujer, llena de ilusiones, con una firmeza fuera de serie y unas ganas de vivir a su manera.

GREGORIO GIGORRO
"En el parque"
Acrílico sobre papel
Medidas: 20 x 20 cm
Firmado y fechado en 2001


En Aranjuez a 21 de enero de 2024