domingo, 20 de octubre de 2019

Marqués de Campo Florido


Don Lázaro Galdiano se dedicó durante toda su vida a atesorar obras de arte  de todos los estilos para mayor gloria y disfrute de la patria después de  su fallecimiento. Como él, mucho antes los  Medici, la monarquía de los Austrias, de los Borbones entre otros para continuar más cerca de nosotros con el señor citado más arriba ya en el diecinueve, con Cambó, Cerralbo  y actualmente con la colección Masaveu que acaba de abrir sus puertas en Madrid; podría mencionar otros tantos ejemplos a este respecto, en general el común denominador es ser coleccionistas, normalmente de artistas reconocidos, estar muertos y ser personajes de iniciativa privada y no pertenecer generalmente a la época actual, hablo desde luego del caso de nuestro país.

Todo empezó con Mecenas, amigo y protector de artistas de su  tiempo, como Ovidio o Virgilio entre otros en la Roma de Augusto, en otras épocas la clase alta estaba obligada por estatus a ayudar al creador para conseguir pasar a la historia y además gracias a la labor llevada a cabo con el artista esta le servía de ayuda y de acicate para su vida y profesión, pero la clase alta actual no tiene o no pertenece a esa clase de personas de antaño y el estado no parece tener mucho interés en sacar adelante la ley de mecenazgo en una nación como ésta con un patrimonio inmenso y  un filón que no se acaba a nivel creativo en todos sus ámbitos.

Adquirir una obra sea cual sea de alguien reconocido no es ningún riesgo, sin embargo apostar por las personas que viven y ejercen esta profesión si es mojarse, es preservar, acrecentar y dejar nuestro granito de arena para las futuras generaciones.

¿Qué hubiera sido de Goya sin la ayuda de los Duques de Osuna o de Alba?, si hasta se le negó la beca de Roma lo que no fue obstáculo para ir a Italia, pagado de su bolsillo.

La figura del mecenas es fundamental para el artista o investigador, pues necesita un apoyo firme para seguir creando obras que como he dicho se quedarán para la posteridad, por todo ello insisto en que una ley que ampare tanto al creador como a la obra así como el incentivo hacia sectores influyentes para que se comprometan en dicha tarea mejoraría mucho la situación actual, pues considero que no se puede vivir de las rentas, solamente del legado de otros tiempos.

Museo Lazaro Galdiano
Madrid



En Aranjuez a 20 de octubre de 2019