¿Adónde va? Le dice él,
- Al cuarto le responde ella;
- Es igual, yo voy al garaje, continua él,
a veces subes, otras bajas, así es la vida añade,
clavándole sus ojos en los suyos.
-Qué filósofo, apostilla ella.
El le sigue mirando,
si se pudiera elegir..., continua ella mirándole mientras le habla,
el otro pone cara de circunstancias, sin articular palabra,
ella se marcha, él baja;
es difícil de coincidir pero desde la primera vez notó que los ojos de ella le sonreían.
Es curioso, de todas las personas que ha encontrado,
solo ella le ha mirado con firmeza,
sin desviar sus ojos.
El ascensor como la noria, la cabina o el vagón,
son lugares cerrados, claustrofóbicos, donde las personas se suelen mostrar frías, distantes...
buscando a todas luces lo que no van a encontrar en el techo de estos artilugios;
todo sube y baja, va y viene, la vida se puede colar por cualquier rendija,
apareciendo a veces lo que no te esperas
incluso en un ascensor corriente y moliente de una casa de vecinos.
GREGORIO GIGORRO "Mirando al cielo" Óleo sobre lienzo Medidas: 40 x 30 cm Firmado y fechado en 2005 En Aranjuez a 20 de mayo de 2018 |