martes, 13 de septiembre de 2022

Las cosas del querer

Aturdida por las preguntas del comisario, Marta respondía con los ojos llorosos, no imaginaba el lío en el que se había metido; sus padres escuchaban boquiabiertos el relato de su hija.

Ella ante lo poco que avanzaba su relación con un compañero del instituto, algo menor que la muchacha, dieciséis años para más señas tenía Álvaro, Marta decidió inventarse un rapto, creyendo así captar la atención del muchacho.

Sus padres estaban de viaje siendo ella mayor de edad, hija única, contando con la confianza de estos, la dejaron sola, total tardarían unos ocho días en regresar. 

Poseían un apartamento que había estado alquilado precisamente por un estudiante pero al encontrar trabajo en otra ciudad decidió prescindir de ese alojamiento, allí se escondió la chica y comenzó a enviar wasap a su compañero, alertándole de la situación en la que se encontraba, el chico se asustó ante lo que Marta le relataba, hasta tal punto que pidió ayuda a la policía, ella en su ceguera, no tuvo en cuenta o quizá por desconocimiento que se podía geolocalizar a cualquiera si además se trata del cuerpo nacional de policía, para ellos la cuestión era pan comido, ni que decir tiene que fue muy fácil pillarla.

Ahora en presencia de sus padres, Marta estaba abochornada, jurando y perjurando que se iba a entregar, para parar esta broma pesada, porque ella había notado a Álvaro muy alterado, sus padres hicieron lo imposible como es lógico por mitigar la situación, como no tenía antecedentes penales además de ser una estudiante notable, todo ello dio pie a que la autoridad mirara para otro lado.

Por otra parte se dio la circunstancia de que al padre del chaval le destinaron a otro país porque éste había ascendido de puesto en la multinacional para la que trabajaba, al final la familia al completo cambió el sol y los paseos mirando al Mediterráneo por la bruma grisácea y el frío de una ciudad del norte del viejo continente.

Como suele decirse, nuestra chica se quedó compuesta y sin novio, aunque con dieciocho años la vida seguro que tenía mucho que depararle.


Fotografía cedida por Isabel Gigorro
Agosto 2022


En Aranjuez a 13 de septiembre de 2022