No podré vivir todas las historias remotas o cercanas en el tiempo.
No podré ser tantísimos personajes, protagonistas de aquellas; viajar a los mil y un países con sus montañas, llanos, bosques, ciudades y monumentos, desaparecidos o transformados.
No podré ser el autor de la infinidad de los descubrimientos científicos, físicos y de todo tipo, que se han llevado a cabo en todos los campos de la investigación. Pero sí podré revivir todo eso, sentirme rey o villano, esclavo o filósofo, bailarín o camionero.....; vivir en la Venecia del siglo XV o en Park Avenue de Nueva York en la actualidad. Ser una rata o un león, un naranjo en la India o una lagartija sobre una hoja de hiedra.
Porque la lectura da alas para viajar, sin moverte de tu silla, para saciar la curiosidad inmensa que tiene el ser humano.
Siempre que me compraban los libros para el colegio, me gustaba ese olor a tinta, a nuevo, aquellas páginas encerraban un mundo lleno de tesoros por descubrir; porque el saber si ocupa lugar, basta darse una vuelta por una gran biblioteca, de repente pienso en la de Alejandría, compendio del saber clásico o la de El Escorial, del saber medieval y renacentista, por poner dos ejemplos señeros.
Después de esto, le miró a los ojos y le dijó: papá, ¿me cuentas un cuento?.
Él, se sentó en la cama y comenzó: "Erase una vez, en un país lejano........
GREGORIO GIGORRO "Pepi leyendo" Acrílico sobre cartón Firmado y fechado en 2001 Aranjuez, 23 de Abril de 2.012 |