Será el agua, o el aire o los malos humos, la pésima voluntad; el caso es que la cordura brilla por su ausencia.
Aprovechando la debilidad de un gobierno que parece andarse por las ramas, como otras veces lo han hecho, recuérdese la separación de Cataluña en la época de Felipe IV, aunque no fue la única, una parte de dicha región se erige en adalid de un morrocotudo disparate, cantando a bombo y platillo lo maravillosos que van a estar según dicen ellos, estando al margen del resto de España; si algún que otro no se hubiera apropiado de los bienes ajenos, las arcas de esa parte del país no se encontrarían en maltrecha situación, un ladrón es eso, sin importar donde delinca.
Todas las partes del estado, quien lo duda, tienen su singularidad, pero eso no es óbice para entenderse; unidos somos más fuertes, lo contrario es dividir y nos vencerán. Y luego está la unidad territorial consagrada en la Constitución, y el hecho de pertenecer a la Unión Europea hace que España como estado miembro, disfrute de derechos y obligaciones.
En fín, hay muchas cuestiones y demasiados embustes que han hecho posible que se produzca este estado de cosas, desde más de treinta años.
Si fueran tan patriotas mirarían más por su pueblo y mucho menos por sus bolsillos; no se debe mirar a otro lado porque si es así pasa lo que pasa.
Se puede ser, pongo por caso: español, catalán, católico y seguidor del barsa, pero sobre todo, buena persona y todo en un solo individuo.
Ah, ¡vigilen el agua que tomen!, que nos está volviendo tarumbas, por supuesto no a todos; a pesar de todo deseo que hayan pasado un buen día en Cataluña y en el resto de España.
GREGORIO GIGORRO "La Plaza Real" Óleo sobre lienzo Firmado y fechado en 2000 Medidas 81 x 65 cm En Aranjuez a 28 de septiembre de 2015 |