domingo, 4 de abril de 2021

La foca

 

Él no paraba de fotografiar a los globos multicolores que salpicaban la bahía aquella mañana soleada; ella de pronto le tiró de la chaqueta con fuerza.

¿Qué quieres, Sara?, -le respondió contrariado-

-Papá, en aquella roca hay una foca-

- ¿Qué dices?, no puede ser, le dijo-

-Mira allí, abajo, por favor, le insistió la niña-

Él enfocó su mirada y para su sorpresa, era cierto lo que su hija le decía.

Efectivamente por el periódico se enteraron después que había llegado el animal,

montado en un inmenso bloque de hielo, desgajado de un iceberg que se estaba deshelando.

Allá por las regiones más gélidas de la tierra, ella que dormía tranquilamente siguió con sus sueños horas y horas, a medida que su cama blanca se iba desplazando hacía lugares más cálidos, hasta llegar a aquella ciudad plácida donde los bosques frondosos llegaban hasta el mar dejando atrás montañas que aparecían cuando la niebla se lo permitía.

Ajena a todo, el animal no paraba de zambullirse en el agua una y otra vez; encaramada en la roca disfrutaba del sol, de los vuelos de las gaviotas que sobrevolaban la playa, todo debía de ser un acontecimiento para ella pues de dónde venía no había ni color, ni olor, ni ruido.

Ahora pienso qué van a hacer las focas después de comer sino dormir sin parar; tiempo para soñar no le faltaba. ¿Quién le iba a decir a ella que compartiría portada junto al campeonato de globos celebrado ese mismo día a bombo y platillo?

Cuando menos te lo esperas la vida te da sorpresas.

 

 

GREGORIO GIGORRO
"Aranjuez nevado"
Acrílico sobre cartón
Firmado y fechado en 2021
Medidas: 40 x 30 cm


En Aranjuez a 4 de abril de 2021


        

viernes, 19 de marzo de 2021

Los girasoles

 

Después de haber recorrido cada palmo de la calle, después de remirar cada establecimiento de arriba a abajo, volvió sobre sus pasos hasta ella; parada frente a la barroca fachada de San Juan de Dios. Para admitir sin más remedio que el bar que buscaban para desayunar, había sido sustituido por un supermercado, donde se vende de todo, en los que nada tiene sustancia, de esos en los que todo es plástico, cosas de usar y tirar, decorado con colores estridentes, para llamar la atención de cualquier viandante distraído, falto de una visión adecuada, por eso son descaradamente llamativos.

Ellos se miraron desconsolados, buscaron otro sitio para tomar un café, aunque no fuera igual.

Adonde iban todo tenía sabor, olor; se oía el ruido de las conversaciones mientras que el sol entraba a raudales por los ventanales, eran asiduos a Los Girasoles, ese era el nombre de dicho bar. Inolvidable aquel Jueves Santo, aquella cena después de la procesión porque estaban juntos los cuatro disfrutando de lo lindo como tantas veces en aquella ciudad que los había visto crecer.

Se podía ver como los dueños preparaban la comida detrás de la barra mientras podías tomar una caña siempre con una tapa generosa, los propietarios eran una familia entrada en años, el tiempo pasó por ellos como para todo el mundo, faltos de continuadores en el negocio tuvieron que cerrar; la verdad es que se merecían descansar después de tanto ajetreo y puede que en el cambio ellos hayan ganado.

En fin, Los Girasoles era un bar de barrio, eso sí con solera y prestancia en el cogollo de Granada, con su barra de acero inoxidable, con sillas discretas de madera, piso de terrazo marrón claro, paredes verde pastel...; puede que la decoración fuera mejorable aunque lo superaba con creces el ambiente popular de un lugar que como tantos otros como ultramarinos, pastelerías, zapaterías, floristerías, van desapareciendo por todos lados, sustituidos por franquicias con un trato desangelado y unos productos insulsos.

Habrá un momento en que todo eso permanecerá en el recuerdo enmarañado de nuestras vidas; otros que vendrán no echarán en falta lo que desapareció por no haberlo conocido. De cualquier forma, unos y otros no valoraran en su justa medida lo que tenemos hasta que lo perdemos.

 

GREGORIO GIGORRO
"Por la calle de Alcalá" 1993
36,8 x 32 cm
Acrílico sobre papel

En Aranjuez a 19 de marzo de 2021



sábado, 13 de marzo de 2021

EL GUARDIAN

 

Permanece el eco de las voces, 

de los nervios del estreno, aunque ya todo ha terminado; 

descansan las tramoyas, los focos, los decorados,

los camerinos están desiertos, sin embargo, huele aún a maquillaje,

los instrumentos duermen en sus estuches, la música ha cesado;

se han ido todos, desde el primero hasta el último del teatro,

reina el silencio, roto por el ruido de pasos, 

subiendo y bajando escaleras, mirando hasta el mínimo detalle,

para que mañana vuelva a alzarse el telón.

Él se pasea como Pedro por su casa,

contempla la amplia sala vacía,

se detiene para adivinar de donde viene aquel ruido,

es una máquina vieja, se dice como yo,

engrasarla para que el público continúe soñando cada día,

examinando hasta el último vericueto;

se marcha como cada noche, con la mirada nostálgica. 

Mañana será otro día, otra función, otra sorpresa... nunca se sabe;

Cada representación es distinta, aunque se trate de la misma obra.

 

 

GREGORIO GIGORRO
"De cine"
Acrílico sobre papel
Medidas: 46 X 39 cm
Firmado y fechado en 1994



En Aranjuez a 14 de marzo de 2021


sábado, 6 de marzo de 2021

COMO EL AIRE

 

El mar no se cierra, 

el campo no tiene puertas,

ni el cielo ventanas,

todo es inmenso bajo la noche oscura,

como conmovedor es observar el camino sinuoso de las hormigas,

el ruido del regato que discurre por el bosque,

el verde rabioso de una lechuga,

o la pupila transparente de un niño,

tanta grandeza te hace grande,

siendo pequeño ante el mundo.


Gregorio Gigorro
GREGORIO GIGORRO
Placa cerámica
19 X 23 cm
    Firmado y fechado en 2021





domingo, 14 de febrero de 2021

Nubarrones

 

Comienzan a caer gotas antes de llover,

más tarde la lluvia cae sobre la tierra,

puede que sea agua de borrajas

o tal vez como agua de mayo;

también puede ser chuzos de punta

o llover a cántaros, si es así se empaparán los campos,

correrá el agua por los albañales,

reventarán las cañerías, todo se llenará de charcos.

 

Hay personas que se meten en todos ellos,

otras tienen el agua al cuello

y sin embargo las hay que se mueven como pez en el agua;

de cualquier manera, siempre que llueve escampa

y si ha sido una tormenta después viene la calma.

 

En estos casos viene muy bien conseguir un buen paraguas,

donde resguardarnos mientras dure el chaparrón,

porque todo pasa 

y el sol vuelve a lucir tarde o temprano,

aunque nos hayamos calado hasta los huesos.

 


miércoles, 14 de octubre de 2020

Comer de lo lindo

Las flores necesitan agua y estiércol para vivir, lo mismo que un coche precisa de combustible para arrancar; nosotros necesitamos alimentos que nos nutran, preferentemente por la mañana para encarar mejor el día, probablemente un gran día, a lo mejor el último.

Dichos alimentos deben ser saludables, de esos que saben, huelen, te sientan bien, sin necesidad de leer en un envase el sabor que contienen, si te sientas a degustarlos es bien distinto que, si vas como loco, las prisas no son buenas y el estómago al final se resiente.

Me pregunto que toman muchas personas cuando desayunan; no sé, no sé, pero lo que sí sé, es que les sientan fatal, sobre todo a tenor de los acontecimientos porque se toman decisiones carentes de toda lógica y sentido común, quizá haya cierta relación entre lo que se come, se piensa y se siente. Si una persona duerme mal al otro día se levanta de mal humor y lo paga con el otro, si ocurre lo contrario se lo suele guardar en vez de alegrar la vida al prójimo, es recurrente lo de... ¡Qué buen día va a hacer hoy!, no te preocupes le responde el otro, seguro que viene alguien y lo jode.

A la vez se habla mucho de la ayuda, de la implicación social, de la solidaridad y demás temas candentes mientras somos peor educados, más malhumorados que nunca y más desquiciados.

Y es que el ser humano quiere a sus semejantes, pero los quiere cuanto más lejos mejor.


GREGORIO GIGORRO
Bodegón


                    En Aranjuez a 14 de octubre de 2020

domingo, 4 de octubre de 2020

Ahí queda eso

 No es moco de pavo que se hayan dejado de ingresar más de ocho millones de euros en concepto de entradas en el Museo del Prado durante la pandemia que nos asola; no es el único ejemplo, pero sí el más señero.

Dicho Museo recibe del Estado una cantidad que no cubre ni el salario de su plantilla, sin embargo, era casi autosuficiente debido a la taquilla, eventos, audioguías y demás apartados, pero la situación ha cambiado para él y otros muchos museos debido a la falta de turismo, por ello precisarán mayor ayuda estatal o privada.

Pensaba todo esto mientras disfrutaba del retrato de la familia de Carlos IV, gran admirador del artista, así como la Duquesa de Osuna, la de Alba entre otros nobles.

Y continúo con la Adoración de los Reyes de Rubens que acabó en manos de Felipe IV habiendo pertenecido antes a don Rodrigo Calderón; gracias a este rey la colección de pintura del pintor flamenco es la más numerosa del mundo y se custodia aquí, además de la nutrida muestra de la escuela italiana, véase la cantidad de Tizianos que atesoró Carlos V y amplió Felipe II, por no hablar de la obra de Velázquez, Murillo, Ribera y tantos pintores de una reseñable genialidad; todo ello comprado y pagado por los monarcas de cada época, aunque esta tradición se remonta a Isabel I de Castilla, buena muestra de ello se puede admirar en la Capilla Real de Granada.

Con el tiempo todo ello se convirtió en las Colecciones Reales y a partir de 1819 bajo Fernando VII se materializó en este templo de la belleza.

Después de pasear por la galería central, de cuyos muros cuelgan lo más granado, salieron por la puerta de Goya, la tarde era soleada, la plaza estaba vacía, sin guías turísticos, ni vendedores de recuerdos, tampoco taxis esperando clientes, ni gente variopinta que va y viene con acentos de otros lugares, cuatro gatos como quien dice.

También afuera hay muchas personas que han dejado de ingresar en sus arcas pues este templo genera alrededor mucha riqueza, mucho bienestar.

Antaño la trascendencia de la vida era primordial, nada se hacía a corto plazo, lo que se realizaba era para perdurar, por eso podemos ver esta colección, disfrutarla, nosotros y los que vengan, sin olvidar que fue la monarquía el principal artífice del mejor museo de pintura antigua del mundo.

Ahí queda eso.

 

GREGORIO GIGORRO
"Un lugar para soñar"
Tinta y acrílico sobre papel
29,5 x 40,5 cm
Firmado y fechado en 2011


En Aranjuez a 4 de octubre de 2020