Es un potro desbocao que no sabe a dónde va,
retoza, galopa, salta hasta volar,
busca a la yegua sin cesar,
cualquier lugar es bueno para revolcarse,
el monte cerca del río bajo las estrellas,
con tormentas, con truenos, con sequía;
el caballo crece, la sangre le hierve,
la vida pasa sin detenerse,
el otoño llega para todo el mundo,
comienza el cansancio, los deseos se suavizan,
la marcha se aminora,
para él y para su hembra,
un día de frío invierno,
se sentarán a descansar,
cansados de tanto subir o bajar cuestas,
se mirarán con calma y ternura,
por fin dormirán para no despertar.