domingo, 18 de diciembre de 2022

LA NOCHEBUENA


Aquella mañana cuando me desperté el sol seguía dormido, a través de la ventana la niebla se había comido todo, todo completamente había desaparecido pero poco a poco las casas, los campos empezaron a desperezarse hasta recuperar su apariencia habitual; la humedad se mascaba, los villancicos sonaban sin parar en la radio, el pueblo entero se preparaba para la nochebuena.


Días antes yo había puesto el nacimiento en el portalón, recogiendo el musgo sobre el que se situarían las figuritas, el río por el que cruzarían los reyes, los pajes, los pastores, el mismo donde lavarían las mujeres la ropa; cada año nos compraban un personaje que añadir a lo que ahora llamamos belén, eso sí siempre eran de barro pintado, poco después se realizaron en plástico, no era lo mismo.


Para mí recoger el musgo era mancharse las manos de barro, sentir la tierra mojada bajo las botas mientras veías desde arriba el pueblo como un belén en mitad del campo.


Mientras toda la familia trabajaba proporcionando el cordero que criaban en el corral de mis abuelos, toda la casa olía a especias, a la grasa de las morcillas secándose con el fuego de la chimenea de la cocina del patio. La gente entraba y salía con su compra de la carnicería y también de la casa donde esperaban hasta  ser atendidos.


Andrés y Antonia eran una pareja muy querida por nosotros como si fueran de la familia, trabajaban para mis padres y me enseñaban todos los quehaceres, eran sencillos, cariñosos y muy cumplidores.


Mi abuela criaba pavos, como otros cerdos, cabras o corderos para consumo doméstico, aquel día se sacrificó uno para la cena, había que ser certero con el cuchillo, al poco la sangre se derramaba en el balde de barro igual se hacía con los cerdos y otros animales; conviví desde temprana edad con la vida y la muerte de una manera natural por demás.


Toda la familia al completo se reunía en casa de mis abuelos maternos, no había ni la mitad de comodidades actuales sin embargo había sitio para todos, te sentías protegido, no había nada que temer; era normal jugar en la calle sin peligro, las puertas no se cerraban con llave excepto por la noche.


Aquella noche era distinta, nos juntábamos porque era nochebuena, se festejaba el nacimiento de Jesús, así que la comida era especial, se tomaba lombarda, besugo al horno, cordero asado, que por cierto todo el pueblo lo llevaba a la panadería para cocinarlo, cuando yo era pequeño dicho horno funcionaba con leña, estaba pegado a nuestra casa, entre las gavillas campaban a sus anchas un montón de gatos; como postre se comía fruta, no tan variada como ahora y también turrones blandos, duros, peladillas y licores para los mayores; recuerdo como mi abuelo cortaba con energía el turrón duro, no he comido otro como aquel después.


Hasta que él murió supo reunir a toda la familia, después poco a poco todo cambió, los tiempos se mudan, las personas también,


La iglesia estaba y continúa próxima a la vivienda familiar, aquella noche era fría y estrellada, la costumbre consistía en encender una hoguera enorme en la portalillo, la plazuela que está delante del templo; era agradable sentir cómo el calor de la lumbre te daba en la cara mientras la espalda seguía fría. Las campanas insistentemente llamaban a la misa del Gallo, todo el mundo acudía, después de la liturgia la celebración continuaba sobre todo en las casas, pues se visitaban familiares y amigos deseándose felices pascuas, se decía entonces.


El tiempo ha transcurrido, nos ha cambiado como ya he dicho, por eso quizá esa telaraña que a través de aquel ha tejido una maraña en nuestra memoría y por eso aquel recuerdo de la nochebuena sea muy grato para guardarlo como oro en paño.


Pero independientemente de la emotividad que destila el hecho, tengo que decir que la fiesta tenía un sentido netamente religioso y familiar a la vez, la gente era más simpática, despreocupada, menos individual en mi opinión, no por esas fechas sino durante todo el año y en cualquier lugar.


Si lo que celebramos ha perdido su sentido, entonces por qué lo hacemos, qué festejamos realmente; hasta el punto que se sustituye felices navidades por felices fiestas con demasiada frecuencia por no hablar de los adornos o decoraciones navideñas donde casi ha desaparecido cualquier alusión religiosa,


El sentido y el sentimiento deben ir de la mano, sino ¿adónde vamos?.


Pues a celebrar la nochebuena como Dios manda.


¿Qué es para ti la navidad?

Gregorio Gigorro
"La luz del mundo"
Bolígrafo y tinta sobre papel
Firmado y fechado en 2022
Medidas: 21 X 15 cm




En Aranjuez a 18 de diciembre de 2022




 


domingo, 4 de diciembre de 2022

Don Antonio de Oro Pulido

 Paseando sin rumbo al observar la fachada de aquella casa descubrió el nombre de la calle donde se encontraba, le pareció sugerente, sugestivo, la curiosidad le llevó a indagar quien fue aquel señor de nombre tan peculiar. 

Nació en Ciempozuelos en 1904, localidad de la provincia de Madrid, en la cual mucho antes lo hizo Ventura Rodríguez, insigne arquitecto del siglo XVIII, realizador de obras de envergadura, tanto en la corte como en el resto de España, sin embargo no existe museo alguno en su patria chica que atestigue su importante legado; el recuerdo de ambos se reduce al nombre de una vía pública para el primero y para el segundo los de una plaza y un colegio público; nadie es profeta en su tierra, según reza el dicho aunque esto suele cambiar después de muerto cuando se trata de personajes ilustres de nuestro país.

Don Antonio llegó a África con el grado de capitán para conseguir más tarde el de teniente coronel, fue administrador del Sáhara español.

Como es sabido en virtud de la conferencia de Berlín celebrada entre noviembre de 1884 a febrero de 1885, promovida por Alemania y Francia para resolver los problemas de expansión colonial en África y solucionar su reparto; debido a ello a España se le adjudicó el norte de África occidental ejerciendo un protectorado con Francia que recibiría el sur y que se desarrolló desde 1912 acabando en 1956 cuando  Marruecos consiguió la independencia.

Lejos quedaba el imperio español con sus luces y sus sombras.

Nuestro personaje representa el espíritu aventurero de aquellos conquistadores también españoles que llevaron a cabo tantos logros pero ya en el siglo XIX lo sabido es que nuestro país era una sombra de lo que fue en el ámbito internacional, por ello se le trató de menos, dándole los restos del susodicho reparto colonial.

En el año 2005 se publicó "El Laurens de Arabía español" cuyo autor es Francisco López Barrios en el cual se corrobora ese talante romántico, tan de moda en Europa atraída por descubrir el exotismo oriental y que según López Barrios representó don Antonio de Oro Pulido. Además de administrar el terreno otorgado fundó partiendo de un poblado maltrecho, El Aaiún cuyo significado son las fuentes, convirtiéndose en una ciudad que relegó a Villa Cisneros, capital de la provincia. Murió en Tetuán a consecuencia de sepsis el 28 de diciembre de 1940, por cierto dicha ciudad es la más andaluza de Marruecos; nueve años después de su óbito, Manuel Aliá Medina, geólogo también español, descubrió en Bucraa los yacimientos de fosfatos más grandes del mundo, que fueron explotados por la empresa estatal Fos Bucraa hasta 1976, cuando España dejó la colonia su merced.

Él no pudo sospechar la riqueza que administraba y es que nada es lo que parece. El problema del Sáhara y de sus habitantes continúa sin resolverse a fecha de hoy y parece ser harto complicado; el tiempo dirá lo que tenga que decir y esperemos que el sentido común tome carta de naturaleza para que se consiga un desenlace justo.

GREGORIO GIGORRO
"Garbo"
Bolígrafo sobre papel 
Firmado y fechado en 2022
Medidas 15,5 x 8,5 cm





En Aranjuez a 4 de diciembre de 2022