viernes, 17 de enero de 2025

Una ojeada

 

Las palmeras se cimbrean

levemente gracias a la brisa,

la mañana es rabiosamente luminosa,

ella mira el horizonte desde la terraza

mientras él la observa sentado 

en una butaca de mimbre;

un hombre corre a través de la plaza

desierta a esas horas,

otro descansa después de un paseo en bicicleta,

mucho más allá alguien frente al mar

quieto  quizá piense en lo que harán

los pobladores del otro lado del charco;

mientras grupos de personas se resguardan

a la sombra de aquel frondoso jardín.

Millones de seres humanos miran,

se miran, se entrevén, se ojean,

se ven de veras..., qué sé yo,

lo que sí sé es que una cosa es mirar

y otra bien distinta es ver.




Nos gustaría mucho contar con vuestra presencia.