La tenue lluvia se deslizaba por la hermosa cristalera que daba sobre la avenida, a media tarde comenzaron a llegar hasta la puerta del hotel, coches despampanantes de los que descendían rutilantes estrellas del celuloide internacional; los fotógrafos prestos en su trabajo disparaban a las celebridades y acompañantes que subían la escalinata como Pedro por su casa.
En el interior, el servicio impecablemente uniformado, sonreía sin levantar una ceja, como si les hubieran servido desde siempre. La mesa del vestíbulo se hallaba coronada por un gran centro de liliums blancos, desplegando su perfume daba la bienvenida a tanto lustre y postín.
A la derecha, se encontraba una elegante nave, escoltada por columnas de capiteles jónicos, adornada por palmeras, veladores de luz tamizada y vestida por alfombras de la Granja; era un enorme salón de estar donde los grupos de personas departían tranquilamente ante un café o un té ajenos a tanto ajetreo.
Entre tanto el piano desgranaba las notas sugestivas de un bolero, la voz aterciopelada de una mujer de piel cobriza encandilaba hasta las copas, que parecían vibrar.
Señor, le dio un golpecito en el hombro el camarero; él, abrió sus ojos saliendo del sueñecito mientras escuchaba la misma canción con la que estaba soñando, sentado en el mismo lugar y teniendo conocimiento del espectáculo de los recién llegados al hotel en aquel cálido mes de septiembre y continuó embelesado esperando su consumición.
GREGORIO GIGORRO De la serie "Sabor a ti" Exposición de pintura y objetos de autor en Metrópolis Platz Donosti 2016 Del 9 de abril a fines de mayo twitter@gregoriogigorro |
En Aranjuez a 3 de abril de 2016