Morir
en los Ángeles pilla más cerca del cielo, aunque sabemos que vivías en San
Diego; un océano te separaba de tu Barcelona natal tendida también sobre el mar
luminoso.
Qué
distinto debe percibirse el mundo cuando te alejas tanto de tu tierra para
inventarte historias que sin embargo transcurren en ella, escritas en tierra
extraña y en la lengua de Cervantes.
Quien
te iba a decir que la Sombra del viento según los entendidos en literatura
decidieron elegirlo como uno de los mejores 100 libros en los últimos veinte
años, que también como toda tu obra disfruta de una difusión planetaria.
No
me sorprende porque gracias a ti, yo no he leído tus libros solamente, los he
devorado, tan enganchado a una lectura apasionante debido a las historias y su
desarrollo me fascina por lo sugestivo, por la fantasía a raudales, por el
movimiento trepidante de los personajes en cada obra.
La
narrativa en tus manos ha rejuvenecido, sintiendo muchas veces la presencia de
la imagen más propia de otro arte.
Te
has ido muy pronto, dejando inconclusos proyectos, viajes... qué se yo, la vida
y nada más, pero no hay duda que has abierto una brecha que se agrandará en
cada uno de los que nos encanta leer.
Un
libro es el mejor viaje que se puede hacer sin moverse de donde uno esté.
Descansa
en paz.