domingo, 2 de mayo de 2021

Milán

Después de empaparse de hermosura en la ciudad de los canales, era la primera vez que viajaba hasta Venecia, quedó deslumbrado habiendo recorrido cada palmo, a los dos días estaba empachado y decidió regresar; cuando uno está solo, todo el tiempo le pertenece.

Tomó un tren hasta la frontera pero se paró en Milán porque había soppero, huelga en nuestro idioma y se encontró de golpe y porrazo en la estación central de Milán sin saber que hacer, a los diecinueve años los recursos son menos que con cuarenta; el lugar era un monumento del siglo XIX con amplias escalinatas, salas de espera... que le recordaba a la estación de Atocha de Madrid, pero a lo que ibamos, no sabía si tendría que pasar la noche allí, afuera se sentía el ruido de los coches, la humedad del ambiente, la noche seguía avanzando y el continuaba esperando, se instaló para dormir en un banco vigilando su exiguo equipaje, se adormiló y cuando despertó éste había desaparecido, poco más tarde lo recuperó, no debía de tener ningún interés para quien se lo llevó.

Por fín el tren partió hasta Vintimiglia, no llevaba billete pero milagrosamente no tuvo ningún problema.

Todo esto le relataba mientras estaban sentados tomando un café en La Galería Vittorio Enmanuelle, "Il salotto di Milano, una galería comercial de lujo de finales del siglo XIX mucho antes de que se inventaran los centros comerciales, de planta de cruz latina profusamente decorada con una apariencia imponente, donde se utilizó por primera vez el cristal y el hierro para las cubiertas, a dos pasos del Teatro Scala, templo del bel canto mundial y frente a otro templo El Duomo de la la ciudad, una de las iglesias más grandes de la cristiandad, cuya dilatada construcción se llevó a cabo a lo largo de quinientos años.

Se encontraba de nuevo en la capital de la Lombardía, la ciudad industrial y la más dinámica de Italia, pero de otra manera, no estaba solo, era primavera aunque se sentía la humedad de los Alpes y de la llanura Padana.

Habiendo llegado el día anterior por la noche, después de desayunar en el hotel comenzaron a inspeccionar desde lo alto y se subieron al ático de la catedral donde un ejército de esculturas erguidas parecían mirarles sin parpadear, desde allí los edificios antiguos convivían con los rascacielos como el Pirelli o el Velasca, los barrios nuevos, la campiña y a lo lejos los Alpes.

La ciudad daba para muchos paseos y visitas. Desde la colonización romana en el año 222 A.C. había llovido mucho; más tarde los Lombardos una tribu bárbara llegaron después de que entrara en vigor el famoso edicto, el mundo a partir del sigo IV D.C. se convirtió en cristiano, merced a su promulgación por el emperador Constantino, ya en el medievo empezaron a destacar en la banca y el comercio, siendo una región discola frente al poder del Sacro Imperio Germánico hasta derivar en la liga del norte actual. frente al resto del país; ellos también dicen Roma nos roba.

En los albores del renacimiento, los señores de Milán: Visconti, Sforza, le dotaron de construcciones que aún podemos admirar y que han servido de inspiración a generaciones posteriores.

Auna por un lado la industria encaminada al diseño en todas las facetas del hogar con la agricultura, se han especializado en artículos de moda, calzados, complementos, pero todo ello con el marchamo de la calidad y el buen gusto, sus ferias son un verdadero escaparate para mostrarse ante el mundo, por cierto ver escaparates es una fiesta cuando uno se da una vuelta por las vías Manzoni, Spiga, Montenapoleoni y otras desperdigadas por el centro, donde se ve la pujanza de una ciudad rica y donde se tiene por la calle una sensación estilosa.

Uno no puede dejar de ver la pinacoteca Brera, palacio del XVII que alberga obras de Piero della Francesca, Canaletto, Caravaggio aunque el Cristo muerto de Mantegna y  Los desposorios de Rafael les dejó boquiabiertos, pero si se quiere continuar se puede ir después a la pinacoteca Ambrosiana que también tiene tela que cortar; ellos prefirieron entrar en una pastelería a probar alguna delicia local, en una de ellas un día entro Luchino Visconti a comprar marron glase y se encontró a una bella dependienta que más tarde conoceriamos como Lucia Bosé, cosas de la vida y esta continua y está por todas partes; se acercaron al Parco Sempione para descansar su vista y ver a los demás pasear.

En el Corso Garibaldi saciaron sus ganas de comer con un risotto de pescado, ñoquis de pan, espinacas con mantequilla y de postre tiramisú, siguieron viendo tiendas de diseñadores más jóvenes, ya no sonaban por aquellos lares Cerragano, Gucci, Prada, Corneliani ni Armani, algunos de los citados nacieron aquí pero no por ser desconocidos eran menos interesantes que los citados.

Les hizo mucha ilusión asistir a la ópera, encima cantaban Ahinoa Arteta y Plácido Domingo, en La Traviata, en fín un lujo, además dicho sea de paso en el teatro hay un museo interesantísimo que custodia vestuario, decorados, libretos y un sinfín de enseres a lo largo de la historia; tampoco quisieron perderse el mercado de antiguedades del barrio de Brera, porque lo de los trastos y el ambiente que rezuma les encanta, como imprescindible fue visitar Santa Maria Delle Grazie, para admirar El Cenáculo de Leonardo Da Vinci, bellísimo a pesar de su estado de conservación, las tropas napoleónicas a su paso por la región hicieron de las suyas, ahora la obra está sujeta a un sofisticado sistema de filtración.

Tampoco podían olvidar La Cartuja de Pavia a ocho kilómetros de esta ciudad, una obra maestra gótica y renacentista, mandada construir por Gian Galeozzo Visconti a partir de 1396, repleta de obras de arte y habitada aún por cartujos.

Tuvieron suerte al conocer a una chica que les indicó un restaurante cercano donde pudieron degustar Ossobuco con una copa de Barolo, muy rico, una cassata y un capuccino, por cierto en Lombardia es la región donde se produce la mejor carne de Italia.

Regresaron al hotel para recoger la bolsa y de vuelta a casa esa misma noche; habían hecho el recado por el que habían viajado hasta allí, habían transcurrido tres días, no tenían ni lista de cosas que ver, nada imprescindible, solamente quedarse con buen sabor de boca, lo que habían degustado no era ni mucho ni poco, así se quedaron con ganas de regresar pronto,

GREGORIO GIGORRO
Pañuelo de seda



domingo, 18 de abril de 2021

La mecha

 

Aquel inesperado fuego reavivó los rescoldos de lo que allí había vivido, de pronto sin avisar, afloraron a su memoria aquellas jornadas interminables, rodeado de un grupo de personas que más parecían hormigas al mando de unos cuantos zánganos, que no cejaban en el intento ni por asomo de que parasen la cadena de producción. Vigilados por el ojo que todo lo ve para velar para que nadie se saliera del tiesto.

También salieron a la luz aquellos inmensos pasillos atestados de un sinfín de productos para consumir, las luces ámbar en lo alto, los montacargas, las carretillas mecánicas conducidas con brío a través de las calles de aquel armatoste, además el trato denigrante ponía la guinda, todo ello recorrido por un frio que impregnaba todo aquel espacio desangelado, sin olvidar las conversaciones vacuas con sus compañeros durante el descanso diario, la noches frías de aquel invierno mientras a la salida les registraban sus mochilas por si se daba el caso de llevarse algo que no era suyo.

En fin un dechado de vivencias que sin embargo le había hecho crecer porque había sentido la desesperanza, la amargura, la solidaridad, el corazón... de otros seres humanos igual que él, compañeros de aquel momento.

No dejaba de ver entre tanto la inmensa columna negra elevándose al cielo, desparramando sus cenizas por campos lejanos arrastrados por el viento. La noche se cerró y el cielo rompió aguas inundándolo todo.

Al otro día desde la ventana la vega seguía descansando a sus pies, en el horizonte todavía se vislumbraba una delgada columna de humo, el sol volvía a lucir aquella mañana de primavera.

 

GREGORIO GIGORRO
"Cachito de cielo"
Óleo sobre lienzo
Firmado y fechado en 2008
Medidas: 90 x 90 cm



En Aranjuez a 19 de abril de 2021


jueves, 15 de abril de 2021

La rana


¡Uh!, si creía que eras una rana,

 le espeto una niña sorprendida por su presencia.

 -Oye, tengo yo pinta de ser una rana-, le respondió ella divertida. 

-No, claro que no, pero es que esperamos la visita de una que además habla inglés y por eso pensé...-

-No te preocupes, pero eso sí, cuando venga, espero que me avisarás 

porque me gustaría aprender ese idioma y si lo habla una rana yo no voy a ser menos. -Le respondió. Siguió limpiando los cuartos de baño, deprisa y corriendo, 

no era para menos habida cuenta del alumnado de aquel colegio. 

Al fregar un lavabo, alzó la mirada en el espejo,

se paró fijamente y pensó para sus adentros: "Tengo los ojos saltones, yo creo que resaltan más por la mascarilla, pero nada más".

 


GREGORIO GIGORRO
"Pedazo de fuente"
Acrílico sobre papel
Firmado y fechado en 2006
Medidas: 35 X 22,5 cm


En Aranjuez a 15 de abril de 2021

domingo, 4 de abril de 2021

La foca

 

Él no paraba de fotografiar a los globos multicolores que salpicaban la bahía aquella mañana soleada; ella de pronto le tiró de la chaqueta con fuerza.

¿Qué quieres, Sara?, -le respondió contrariado-

-Papá, en aquella roca hay una foca-

- ¿Qué dices?, no puede ser, le dijo-

-Mira allí, abajo, por favor, le insistió la niña-

Él enfocó su mirada y para su sorpresa, era cierto lo que su hija le decía.

Efectivamente por el periódico se enteraron después que había llegado el animal,

montado en un inmenso bloque de hielo, desgajado de un iceberg que se estaba deshelando.

Allá por las regiones más gélidas de la tierra, ella que dormía tranquilamente siguió con sus sueños horas y horas, a medida que su cama blanca se iba desplazando hacía lugares más cálidos, hasta llegar a aquella ciudad plácida donde los bosques frondosos llegaban hasta el mar dejando atrás montañas que aparecían cuando la niebla se lo permitía.

Ajena a todo, el animal no paraba de zambullirse en el agua una y otra vez; encaramada en la roca disfrutaba del sol, de los vuelos de las gaviotas que sobrevolaban la playa, todo debía de ser un acontecimiento para ella pues de dónde venía no había ni color, ni olor, ni ruido.

Ahora pienso qué van a hacer las focas después de comer sino dormir sin parar; tiempo para soñar no le faltaba. ¿Quién le iba a decir a ella que compartiría portada junto al campeonato de globos celebrado ese mismo día a bombo y platillo?

Cuando menos te lo esperas la vida te da sorpresas.

 

 

GREGORIO GIGORRO
"Aranjuez nevado"
Acrílico sobre cartón
Firmado y fechado en 2021
Medidas: 40 x 30 cm


En Aranjuez a 4 de abril de 2021


        

viernes, 19 de marzo de 2021

Los girasoles

 

Después de haber recorrido cada palmo de la calle, después de remirar cada establecimiento de arriba a abajo, volvió sobre sus pasos hasta ella; parada frente a la barroca fachada de San Juan de Dios. Para admitir sin más remedio que el bar que buscaban para desayunar, había sido sustituido por un supermercado, donde se vende de todo, en los que nada tiene sustancia, de esos en los que todo es plástico, cosas de usar y tirar, decorado con colores estridentes, para llamar la atención de cualquier viandante distraído, falto de una visión adecuada, por eso son descaradamente llamativos.

Ellos se miraron desconsolados, buscaron otro sitio para tomar un café, aunque no fuera igual.

Adonde iban todo tenía sabor, olor; se oía el ruido de las conversaciones mientras que el sol entraba a raudales por los ventanales, eran asiduos a Los Girasoles, ese era el nombre de dicho bar. Inolvidable aquel Jueves Santo, aquella cena después de la procesión porque estaban juntos los cuatro disfrutando de lo lindo como tantas veces en aquella ciudad que los había visto crecer.

Se podía ver como los dueños preparaban la comida detrás de la barra mientras podías tomar una caña siempre con una tapa generosa, los propietarios eran una familia entrada en años, el tiempo pasó por ellos como para todo el mundo, faltos de continuadores en el negocio tuvieron que cerrar; la verdad es que se merecían descansar después de tanto ajetreo y puede que en el cambio ellos hayan ganado.

En fin, Los Girasoles era un bar de barrio, eso sí con solera y prestancia en el cogollo de Granada, con su barra de acero inoxidable, con sillas discretas de madera, piso de terrazo marrón claro, paredes verde pastel...; puede que la decoración fuera mejorable aunque lo superaba con creces el ambiente popular de un lugar que como tantos otros como ultramarinos, pastelerías, zapaterías, floristerías, van desapareciendo por todos lados, sustituidos por franquicias con un trato desangelado y unos productos insulsos.

Habrá un momento en que todo eso permanecerá en el recuerdo enmarañado de nuestras vidas; otros que vendrán no echarán en falta lo que desapareció por no haberlo conocido. De cualquier forma, unos y otros no valoraran en su justa medida lo que tenemos hasta que lo perdemos.

 

GREGORIO GIGORRO
"Por la calle de Alcalá" 1993
36,8 x 32 cm
Acrílico sobre papel

En Aranjuez a 19 de marzo de 2021



sábado, 13 de marzo de 2021

EL GUARDIAN

 

Permanece el eco de las voces, 

de los nervios del estreno, aunque ya todo ha terminado; 

descansan las tramoyas, los focos, los decorados,

los camerinos están desiertos, sin embargo, huele aún a maquillaje,

los instrumentos duermen en sus estuches, la música ha cesado;

se han ido todos, desde el primero hasta el último del teatro,

reina el silencio, roto por el ruido de pasos, 

subiendo y bajando escaleras, mirando hasta el mínimo detalle,

para que mañana vuelva a alzarse el telón.

Él se pasea como Pedro por su casa,

contempla la amplia sala vacía,

se detiene para adivinar de donde viene aquel ruido,

es una máquina vieja, se dice como yo,

engrasarla para que el público continúe soñando cada día,

examinando hasta el último vericueto;

se marcha como cada noche, con la mirada nostálgica. 

Mañana será otro día, otra función, otra sorpresa... nunca se sabe;

Cada representación es distinta, aunque se trate de la misma obra.

 

 

GREGORIO GIGORRO
"De cine"
Acrílico sobre papel
Medidas: 46 X 39 cm
Firmado y fechado en 1994



En Aranjuez a 14 de marzo de 2021


sábado, 6 de marzo de 2021

COMO EL AIRE

 

El mar no se cierra, 

el campo no tiene puertas,

ni el cielo ventanas,

todo es inmenso bajo la noche oscura,

como conmovedor es observar el camino sinuoso de las hormigas,

el ruido del regato que discurre por el bosque,

el verde rabioso de una lechuga,

o la pupila transparente de un niño,

tanta grandeza te hace grande,

siendo pequeño ante el mundo.


Gregorio Gigorro
GREGORIO GIGORRO
Placa cerámica
19 X 23 cm
    Firmado y fechado en 2021