Después de recorrer muchos caminos,
subir hasta la cima de las montañas,
cruzar desiertos ardientes y solitarios,
llegar a veredas frondosas,
y pasear por llanuras,
donde a veces discurrían ríos caudalosos.
Un buen día, me posé en tu mirada serena,
en tus ojos chispeantes,
que destilaban una curiosidad arrolladora.
Desde aquel momento irrepetible,
mágico por demás,
juntos comenzamos a caminar con el mismo horizonte,
dos miradas dirigidas hacia el mismo punto.
Hemos esquivado tropezones,
caído en socavones,
navegado a través de mares procelosos,
a veces bajo tormentas rabiosas,
pero después siempre viene la calma,
incluso, otras hemos conseguido la ansiada paz,
se dice que veinte años o más como tú bien sabes,
no son nada,
la verdad es que han pasado tan deprisa,
que nos han sabido a poco.
Sigue arropándome bajo el manto de la noche,
sintiendo el cielo inmenso, indiferente,
tan ajeno a nuestras vidas.
GREGORIO GIGORRO "En la Concha" Acrílico sobre tablilla entelada Firmado y fechado en 2016 Medidas: 24 x 18 cm En Aranjez a 29 de octubre de 2017 |
El amor mueve montañas, sin amor yo no soy nada.
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