domingo, 23 de octubre de 2022

Tánger

 

El aroma de la hierbabuena inundaba la bañera antigua varada en la terraza llena de mesas, de sombrillas recogidas; los trinos de los pájaros saltaban entre las airosas palmeras, se asomó a la baranda de balaustres blancos impolutos, un gato paseaba,  la Medina también lucía el mismo atuendo, salpicada de alminares, al fondo la raya azul del Mediterraneo, a la derecha en la lejanía el cabo Malabata sobre los montes poblados, abajo en la plaza el bullicio de los coches, de la gente, las tiendas tan numerosas como abigarradas.

El sol le acariciaba la cara, pensó que se llevaría las sonrisas de la gente, el cuscús tan delicioso que tomaron ayer, las miradas francas, los apretones de manos, el sabor del té en la terraza del café Colón, el atardecer sobre las tumbas fenicias, los olores de las especias, el paseo descalzos al borde de la playa, los caballos, los camellos, el baño tempranero en la piscina solitaria, solo para nosotros.

Es imposible para mí, saber qué es lo que más me gustó de Tánger. Esta hermosa ciudad cuyo origen se remonta hasta los fenicios, ocupada después por los romanos, en el siglo X  el califato cordobés sentó sus reales para controlar el paso del estrecho; no hay que olvidar que su situación geográfica es estratégica, situada entre el Atlántico y la entrada al Mediterraneo con Gibraltar frente a su bahía. Más tarde llegaron españoles, portugueses...y mucho más fue un protectorado franco español, hoy forma parte del Reino de Marruecos; por todo ello los sucesivos pobladores han dejado su huella visible hasta nuestros días.

Fue nido de espías a principios del siglo XX, residencia ocasional de artistas como Matisse, Van Dongen o Tenesse Williams por citar algunos personajes ilustres que se sintieron fascinados por el lugar.

Porque su ambiente rezuma aún esa mezcla sugestiva de África frente a Europa, esa coexistencia entre el cristianismo, el islam y el judaismo, todo ello bañado por una luz clara que lo inunda todo.

Imposible en tan poco tiempo guardar todo lo sentido, saborear sus olores, la plasticidad de sus tiendas en la Medina, los atardeceres en el café Hafa frente a la costa española, pasear sin rumbo por la Kasba y después descubrir el famoso jardín de Dar Mabrouka, residencia de Ives Saint Laurent, ahora  en camino de convertirse en un hotel.

Recorriendo sus calles se palpa la herencia española, en el maltrecho teatro Cervantes, las escuelas Pías, el Hotel Continental o multitud de manzanas de casas que recuerdan a la cercana Andalucía, conviviendo con St. Andrews, templo inglés o el Gran Hotel Villa de France que habla del país Galo, sin olvidar el cementerio judio con una preciosa vista sobre el paseo Mohamed VI y el puerto deportivo amén de un montón de mezquitas y alguna sinagoga, lo que confirma el carácter internacional de la ciudad, más allá se desparraman por su bahía innumerables construcciones modernas y villas de veraneo porque Tánger es una urbe en crecimiento dotada de infraestructuras nuevas, cuya población ya sobrepasa los tres millones de almas.

Desde la azotea del hotel las luces iluminan todo el caserío, la llamada a la oración llega hasta el último rincón, el aire suave mueve las palmeras, el ferry procedente de la península está a punto de atracar; ellos se despiden y
sin decirse nada, sienten que todavía no se han marchado y sin embargo ya están pensando en volver.


GREGORIO GIGORRO
"La terraza del Gran Hotel"
Acrílico y tinta sobre cartón
Medidas: 40 x 30 cm
Firmado y fechado en 2022

En Aranjuez a 23 de octubre de 2022



miércoles, 19 de octubre de 2022

La mejor arma

 

Es algo útil pero no se puede adquirir en ninguna tienda ni centro comercial, la puede tener todo el mundo sin distinción de clase, género, edad, desde un bebé hasta la persona más longeva y en cualquier lugar del planeta; siempre ha existido y nunca morirá, pase lo que pase; además es privativo de los seres humanos igual que la fantasía.

No está sujeta a ninguna moda, ni modo de vivir así que siempre va a la última, está presente; si la tienes la puedes compartir con el de enfrente o con la persona de al lado, con los vecinos del quinto, también con los de abajo.

¡Ah no se necesita saber ningún idioma!, te relaja, rejuvenece, hermana sin ser familia, tampoco produce enfermedad alguna, ni es letal; no hace daño a nadie, al contrario.

Bueno, a estas alturas, tengo que decirles por dar un dato que empieza por s, no es soso ni mucho menos salado, tampoco es dulce... ¡Es la sonrisa!, hermana de la risa y la carcajada. La mejor arma que desarma al más pintado, siempre acompañada de la mirada sencilla, firme de quien la da, no cotiza en bolsa pero es un valor seguro que abre las puertas de cualquier encuentro o relación, es la mejor carta de presentación.

Sonreir, reir es mejor que llorar y si la vida es una obra de teatro que siempre acaba mal, para qué nos la vamos a tomar en serio, mejor hacerlo con humor a raudales, porque vivir son cuatro días.


GREGORIO GIGORRO
"Mírame"
Acrílico sobre cartón
Firmado y fechado en 2013
Medidas: 60 x 39,5 cm


En Aranjuez a 19 de octubre de 2022


lunes, 10 de octubre de 2022

Ascensión (Continuación)



Cruzaron la calle sorteando los charcos y los coches que la surcaban en ambas direcciones, la lluvia no cesaba, el cielo era plomizo salpicado de oscuros nubarrones.

Abrió la puerta de La Rosa del Azafrán, así se llamaba el bar, cediéndole el paso ella agradecida esbozó una sonrisa; al entrar el calor les dio de sopetón en la cara, estaba atestado de gente que venía a trabajar al lugar, las voces se oían subidas de tono mientras el camarero no paraba de servir a los parroquianos, hombres en su mayoría.

Se sentaron en la única mesa libre, pegada a la ventana, los cristales chorreaban sin descanso. Enseguida llegó el chico limpiándola con rapidez, mirándole con voz sonora le dijo- ¿Lo de siempre Genaro y la señora qué va a tomar, igual que el señor? ´-Le advierto que aquí los churros y las porras son de categoría- y le responde ella-Ah pues yo los quiero probar-

-Entonces Miguel tráenos dos cafés con leche y seis porras-

-A la orden don Genaro-le respondió el chaval.

-¿Qué hace una mujer como usted por estos andurriales?

-Recurrente respuesta, a lo que ella respondió lo que leyó en aquel periódico olvidado, ¿Quiere bajar de cinco a veinte kilos?

Genaro soltó una carcajada bien sonora al escuchar la razón de "la visita"

-Verá, estaba hasta la coronilla de buscar personal para la descarga de camiones que afortunadamente va a más y se me ocurrió la frasecita de marras, de veras que siento el equívoco.

Ella le miraba y después de un breve silencio le respondió resuelta.

-Mire Genaro no hay mal que por bien no venga, aquí estamos dos desconocidos sentados, la vida sigue y la verdad me parece una buena ocurrencia la que usted ha tenido, por cierto, ¿Ha conseguido lo que perseguía? a lo cual apostilló -Estamos en ello-

Las porras y los churros estaban muy ricos, el cielo seguía haciendo aguas, de pronto el móvil de Genaro sonó con insistencia, sus obligaciones le reclamaban; se despidieron con un apretón de manos volviendo a disculparse por lo sucedido a lo que ella le repitió-Nos volveremos a ver en otras circunstancias- Eso espero, dijo él.

Transcurrieron dos meses de aquello, por desgracia un operario sufrió un fatal accidente, Genaro como jefe que era se marchó a dar el pésame a la familia, en la sala donde se encontraba vió a una señora de espaldas que hablaba con los allegados del difunto, al acercarse ella se volvió, era Ascensión sin duda pero manifiestamente cambiada.

¿Pero qué hace una flor fuera de su maceta?, Ascensión esbozó una sonrisa-¡Genaro, qué sorpresa!, ¡Por Dios me va usted a sonrojar!-le dijo con cierta timidez.

GREGORIO GIGORRO
"Pepi y el pez" (fragmento)
Acrílico sobre cartón
Firmado y fechado en 2013


En Aranjuez a 11 de octubre de 2022