Se encontraban plácidamente sentados con una cerveza, para mitigar el calor sofocante,
la tarde se iba despidiendo mientras las golondrinas se recortaban en el cielo límpido,
tras los tejados gastados se erguía la imponente iglesia,
se oían conversaciones, los cascos de un caballo sobre los adoquines;
el sol se marchó, se encendieron los faroles,
la plaza se puso íntima como un patio de vecinos,
las calles silenciosas, las fachadas en las cuales había aparatos de aire acondicionado,
luces dentro de las casas, algún gato paseando, nadie más.
La gente ya no se sienta al fresco, dijó él,
tampoco recibe cartas de amor, añadió ella.
GREGORIO GIGORRO "El abuelo" Óleo sobre lienzo 92 x 65 cm Firmado y fechado en 1980 En Aranjuez a 13 de mayo de 2024 |