... Volvió al coche, condujo sin parar hasta un rio grande y manso, donde se sentó a descansar sin parar de pensar en ella, sólo en ella; en su pelo, sus ojos, sus ausencias, sus silencios..., le empezó a entrar un frio, un desasosiego nuevo para él; a veces se sentía como perdido, otras chispeaba de una especie de alegría. De pronto se dijo para sí, ¡pero si soy un viejo para ella, podría ser mi hija!, ¿vivirá sola, tendrá a alguien? Un montón de preguntas revoloteaban en su cabeza, era incapaz de ocupar sus pensamientos en otra cosa, que no fuera Linda.
Fueron pasando los días y creía verla en un mercado, sentada en una terraza o haciendo footing..., en cualquier lugar.
Apenas había transcurrido una semana, volvió a dar una vuelta, quizá para olvidar y probó un nuevo local del centro, donde había actuaciones de música en vivo; nada más flanquear la puerta, le envolvió una voz aterciopelada sobre el fondo de una dulce melodía. "Si tú me dices ven...", Linda era la que cantaba, le subió por la garganta un calor ardiente que le ahogaba, toda ella iluminada parecía una burbuja brillante, de reluciente oro; metida en aquel atuendo que resaltaba su apariencia de modelo, con el pelo azabache, recogido en un moño y arropada por la media luz de las lamparitas distribuidas alrededor del escenario. Iba desgranando aquella canción tan sugestiva, tan sugerente; el silencio reinaba en aquel lugar, donde poco antes todo era ruido de copas, de voces bañadas por aquella luz ambarina, al terminar la sala entera prorrumpió en un sonoro aplauso. Cegada por la luz, no atisbaba a ver a nadie en concreto, él se percató que un negro de dos cuerpos y medio se le acercaba con cara de pocos amigos, lo que le hizo fruncir el ceño apartándose de él, quien despareció en un pis pas.
Diego, se dio cuenta de que no estaba sola. (To be continued)
GREGORIO GIGORRO "Dispara ya" Tinta y acrílico sobre cartón Firmado y fechado en 2014 Medidas: 35 x 49 cm En Valencia a julio de 2014 |