Si no hubiera tanto ruido, habría mas calma, incluso llegaríamos a escuchar el silencio; pero si no hubiera música a la vida le faltaría algo importante, porque flota en el aire, se lleva, va y viene, es etérea, es el fondo de nuestra existencia, cala hondo, asociándola a mil sensaciones que te acompañan siempre, que presiden situaciones, haciendo que la recuerdes en momentos inolvidables.
¡Cuántas parejas han salido después de bailar un bolero!, otras escuchando jazz, tal vez escuchando en silencio un aria, el himno de su equipo ganador o un concierto de Mozart o de cualquier otro barroco; quizá se le han puesto rojos los ojos cuando suena la banda durante la procesión de la patrona de su pueblo, puede que haya sonreído escuchando a sus hijos tararear las canciones que sonaban en el coche yendo a alguna excursión.
Pasarán las modas, sucederán cientos de acontecimientos, transcurrirá el tiempo; nos iremos, otros vendrán, pero la música permanecerá hasta el final de todo, porque te eleva, te da alas hasta sentirte pleno; pues hay tanta grandeza a nuestro alrededor que te hace grande.
¡Viva la música, por siempre!
GREGORIO GIGORRO Boceto Bolígrafo sobre papel En Aranjuez a 23 de noviembre de 2019 |