"Si no lo remedia a quien corresponde hacerse cargo de tu estado, dentro de poco serás pura ruina".
La capilla de los Ramírez en la iglesia de Villaescusa de Haro, provincia de Cuenca, es un monumento de primer orden, edificado por dicha familia a finales del siglo XV para servir de enterramiento; el propulsor de su construcción fue el confesor de Juana de Castilla acompañándola en sus viajes a Flandes, llegó a bautizar al que sería Carlos V, por lo tanto el obispo Ramírez fue una persona relevante en su época.
La arquitectura cuyo autor es Simón de Colonia partiendo de un cuadrado se convierte en octógono debido a las trompas colocadas en los ángulos de dicha figura geométrica, elevando la cúpula de nervios rotundos y claves decoradas formando una estrella; se accede a través de una reja importante adjudicada a Francisco de Salamanca que recuerda a la de la capilla Real de Granada, bajo arcos y hornacinas adornadas por esculturas de evangelistas, alguna desaparecida. Dentro a la derecha admiramos el majestuoso retablo con escenas de la vida de la Virgen y Cristo, como ya hemos dicho la advocación es hacía la Asunción de la Virgen, obra de Felipe Bigarny, todo un primor del último gótico, seguimos gozando de las esculturas orantes de los comitentes realizadas en alabastro, ya de pleno renacimiento, mirando al altar, a los pies de éste los bancos dispuestos para la celebración litúrgica. Todo parece aparentemente bien conservado; al fondo de la capilla una escalera se retuerce hasta llegar a un balcón de factura también gótica y mientras asciendes, las pisadas van dejando huellas y cuando te asomas para disfrutar del conjunto al pasar la mano por la parte superior del mirador compruebas con estupor que todo eso que está en el suelo está cayendo del techo, a la vez que los pájaros revolotean por el templo, porque de hecho lo es ya que cuenta con su propia sacristía con los objetos litúrgicos pertinentes aún formando parte de la iglesia parroquial.
¿Por qué se ha llegado a este estado?, es un monumento unitario, donde todos los elementos conspiran en aras de la consecución de la belleza y lo consiguen en mi opinión con creces; asi se construyó hace más de 600 años en piedra de cantería para perdurar.
El tiempo hace estragos, la dejadez no digamos, convirtiendo a la piedra en arena, en polvo, es decir en destrucción, sino se ataja y remedia esta enfermedad.
¿Dónde están los gobernantes, los técnicos, los gestores...?
¿Tienen conocimiento de lo que les cuento?
Te podrán poner montones de trabas, de excusas, qué se yo..., pero una obra de tal envergadura no puede hallarse en esta situación,
Por si sola es un reclamo turístico aunque la localidad cuenta con otros, por ejemplo aquí se comenzó la universidad, inconclusa en favor de la construcción de la de Alcalá de Henares, también existen conventos como las Justinianas, las ruinas de Santo Domingo, casas solariegas, lavaderos...; habida cuenta que nos encontramos en un pueblo agrícola donde no ví ningún tipo de industria, no vendría nada mal que fuera más visitado porque considero que ello redundaría en sus habitantes. No sirve decir que hay mucho que cuidar o que faltan fondos y otras tantas zarandajas. Tenemos el deber de preservar el legado recibido porque es la memoria, la huella de nuestro país en el mundo.
¡Qué ironía! esta familia noble tenía que cruzar tan solo una plaza para dejar esta vida y descansar en la otra eternamente, bajo un marco esmerado, delicado y solemne con mayúscula que insisto puede convertirse en polvo fugaz y nada más si no se pone coto a la dejadez; por ello reclamo la atención de aquellos que dicen ser garantes de la cultura y que a buen seguro se benefician de ella, aunque no se mojen.
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Fragmento del retablo de la capilla de la Asunción Villaescusa de Haro (Cuenca)
En Aranjuez a 14 de agosto de 2022 |