Hace ya 19 años de aquella mañana en la cual, mi mujer decidió no tomar el tren pues la noche anterior al recoger la documentación en su lugar de trabajo se fue directamente de casa a gestionar sus deberes. Tampoco yo lo hice aunque tenía pensado ir a la buhardilla para pintar un rato antes de impartir una clase más tarde.
Aquella madre ese mismo día no se despidió de su hija cuando ésta se marchó a la universidad, aquel chico del que su madre se sentía orgullosa porque sería un químico importante tampoco se despidió o aquel señor que casualmente se encontró con un conocido, se paró a hablar y gracias a eso perdió el tren; aquel matrimonio de Santa Eugenia que dejaron el coche en el taller y tomaron ese tren, sin despedirse de sus dos niños, igual que nosotros niño y niña y así podría continuar hasta llegar a las 192 personas que perecieron aquella mañana aciaga del mes de marzo del año 2004, víctimas del más horrible atentado terrorista acaecido en Europa.
El corazón de España quedó destrozado, la muerte dejó un sembrado de muertos y cientos de heridos y conmocionando a todo el país.
Todo esto sucedió en vísperas de las elecciones generales que se celebrarían 3 días después, España no se encontraba en las mejores condiciones para votar serenamente.
Como consecuencia el gobierno del Partido Popular cayó, subiendo al poder el Partido Socialista; los supervivientes lloraron y enterraron a sus muertos o lo que quedaba de ellos porque fue una tarea árdua, un verdadero infierno el reconocimiento de los restos esparcidos por la onda expansiva.
Se buscaron culpables, se llevaron a cabo detenciones, se emitieron juicios y se condenó a los supuestos autores del magnicidio, no obstante los autores "intelectuales", los verdaderos que urdieron la masacre siguen sin aparecer, mientras tanto se destruyeron pruebas que pudieran esclarecer lo sucedido; aunque el tiempo ha pasado, cada 11 de marzo muchas personas siguen haciéndose la misma pregunta: ¿Quien, porqué, para qué?
Solo sé que casi 200 personas fueron arrancadas de la vida de un tajo, cuando iban a trabajar, a estudiar...ya nunca lo volverán a hacer, como tampoco podrán pasear, bañarse, jugar con sus hijos, irse de vacaciones, es verdaderamente desgarrador.
La vida, sobre todo la nuestra, pende de un hilo, todo depende de quien la mueva y de sus intereses en cada momento.
Si estamos aqui para rememorarlo, es porque aquel día ella llevó a la niña a la guardería y no tomó el tren como tampoco lo hice yo, yendo andando al trabajo sin embargo siempre mientras vivamos recordaremos aquella mañana en que se truncaron tantas vidas, tantas ilusiones rotas, ¿adónde va tanto dolor, tanta ausencia?; porque siempre pagamos los mismos la fiesta de otros a la que por supuesto no asistimos nunca no obstante siempre pagamos los platos rotos o lo que haga falta.
El valor de la vida se ha devaluado mucho, tanto que como he dicho más arriba pende de un hilo o de unos cuantos.
GREGORIO GIGORRO "La espera" Bolígrafo y acrílico sobre papel de estraza Firmado y fechado en 2011 En Aranjuez a 11 de marzo de 2023 |
Cuanta razón tienes y que poco se hace por esclarecer todo, siempre las mismas victimas, los no invitados, un saludo
ResponderEliminarHabía una pintada en una pared.....
ResponderEliminar"200 muertos a cambio de un abrazo"
Pintada en una pared... "200 MUERTOS A CAMBIO DE UN ABRAZO"
ResponderEliminarMuy sentido recuerdo, Gregorio, que es la forma de mantenerlos vivos, cada año un homenaje.
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