La noche era inmensa,
con una luna redonda, protectora,
el aire rezumaba incienso,
el gentío atestaba todo el recorrido,
el recogimiento reinaba por doquier,
roto por las sonoras trompetas y tambores,
el paso seco y firme,
los morados nazarenos al unísono,
el arrastre de las cruces,
las velas encendidas.
Él, en lo alto, reinaba vestido de oro y púrpura,
los cabellos al viento, solo camino del calvario,
Jesús de Medinaceli, nos congregó a todos,
nosotros absortos, callados,
casi en silencio, el mundo recorría las calles,
las miradas desde los balcones,
las ventanas apagadas,
la noche lucía, el viento comenzaba a soplar,
fue ayer miércoles Santo,
una fiesta íntima, sencillamente hermosa.
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| Entrada del Cristo de Medinaceli en la Iglesia de Alpajes Miércoles Santo Aranjuez (Madrid) En Aranjuez a 29 de marzo de 2018 |
Hermosas sus palabras, amo a mi país, y cada vez que asisto a una procesión siento miles de emociones que usted describe a las mil maravillas. Es un artista, un ojo especial que sabe contar muy bien las cosas que ocurren en nuestro tiempo.
ResponderEliminarSiga, soy una verdadera admiradora de su arte.
Querida Señora, me siento muy halagado por sus palabras, que me dan fuerzas para seguir en esto.
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