jueves, 16 de julio de 2015

El sur


El cielo plomizo parece arder sobre la llanura yerma, aunque sembrada de naves industriales a ambos lados de la autopista, desierta a las tres de la  tarde pasadas; no hay un alma.
 
Toman el camino de servicio, paralelo a la vía, al poco tiempo de incorporarse ven a un chico, de unos diecisiete años, delgado, moreno, con indumentaria deportiva y una bolsa de lona en ristre.
 
Le adelantan, pasados unos veinte metros, se detiene en seco el automóvil; él se apea, le llama agitando una mano; el joven en un santiamén está delante del vehículo.
 
"Vamos a Ocaña", le dice el hombre; no es mucho pero menos da una piedra, continua; "vale, voy con ustedes", le responde. Ella se encuentra perpleja, intentando desentrañar ese impulso, esa manera de actuar tan temeraria de su marido.
 
Él les mira sereno, se corta el calor, se siente el sudor de sus cuerpos.
 
¿Qué haces por aquí, con la que está cayendo?, el chico le responde: "Pues antes que nada, agradecerles su gesto, esto ya no es normal en nuestro país; me dirijo hacia el sur, ¿en Ocaña hay estación de tren?, creo que si, le dice el conductor, sino la hubiera, te acercamos hasta donde la haya.
 
Ahora el sorprendido es el viajero, ¿porqué?, le pregunta, ¿y porqué no?, le responde el conductor.
 
 
GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
"Mirando al mar"
Gouche sobre papel
Firmado  y fechado en 1997
Medidas:28 x 19 cm



En Aranjuez a 16 de julio de 2015
 

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