sábado, 17 de octubre de 2015

De poca monta


Si se pudiera guardar el sol en la cara, después del denso estío, o el sabor del melocotón desbordando tus labios relucientes;

Porqué no las duchas cobijados por el ciprés, secándonos más tarde bajo las estrellas con el soniquete sordo de los grillos.

Guardar también, el aroma de la hierbabuena tras la caricia de tu mano, o quizá, no sé..., tantas pequeñas cosas sin importancia.

De poca monta, que sin embargo nos importan, que salvarías sin pensarlo dos veces, para no ahogarte en cualquier naufragio interior.

¡Vaya si los hay!

En fin, si se pudiera retener todo lo bueno que uno es capaz de atesorar a lo largo del verano, sería como guardar toda la arena del mar en un cubito o detener en el aire una pompa de jabón; pero el invierno llega irremediablemente aunque no quieras, más si se lleva la primavera dentro, la fría estación es mucho más llevadera.

La verdad no tiene remedio, pero siempre puede abordarse con humor y eso es una ventaja.

ISABEL GIGORRO
Lena
En Aranjuez a 17 de octubre de 2015