martes, 25 de febrero de 2020

Alma mía


Esa fuerza arrolladora,
incansable que lucha con todas sus fuerzas,
contra las ataduras del cuerpo,
al que sobrepasa con creces,
que se eleva sobre él,
intangible,
otorgando ese halo,
convirtiendo lo puramente físico en algo mágico,
etéreo casi divino.

El alma se pasa la vida
intentando escaparse de los límites terrenales,
y al final se va para seguir su camino,
no se sabe adonde,
porque ella es inmortal.



GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
Boceto de jarrón grecorromano
Bolígrafo y acrílico sobre papel
35 x 25 cm
2012






En Aranjuez a 25 de febrero de 2020

miércoles, 19 de febrero de 2020

Como Juan y Manuela


Si la ves y le das una voz, ella no vuelve la cabeza,
tampoco escucha los trinos de los pájaros ni la música de una guitarra,
ni el estruendo del viento..., pero los ve. En cambio si te colocas frente a frente,
puede leer tus labios atentamente como si se tratara de un libro, entonces te responde,
pronunciando con dificultad, aunque se ha tenido que esforzar para poder ayudar a su hija.

Él afortunadamente ha tenido mejor suerte gracias al aparato colocado detrás de su orejas,
por ello disfruta del mundo a su alrededor.

Manuela se libra de escuchar las tantísimas sandeces que desembuchamos los humanos,
Juan se las cuenta despacito y así a trompicones componen día a día la naranja entera, 
como cualquier pareja en cualquier parte del mundo y en su misma situación.


GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
Modelo para pañuelo


En Aranjuez a 18 de febrero de 2020

martes, 11 de febrero de 2020

Jessica


Mientras miraba a  través de la ventana la cortina de agua pertinaz, sin moverse como obnubilada, en el cristal veía aquella muchacha joven, tomando un avión con su hijito rumbo a hacer las Españas, huyendo de si misma, debiendo el boleto para hacer posible tala aventura.
Soñaba con ser actriz, ni físico ni tampoco cualidades le faltaban,se movió sin cesar mas que una noria, con el tiempo consiguió trabajar haciendo bolos en el teatro,después como limpiadora, cuidadora de ancianos, con todo eso no lograba sus fines y los gastos iban casi a la par con los ingresos. Más tarde empezó a trabajar de bailarina en esos bares en los que el alma cabe en un vaso de whisky y la clientela va a hacer de todo excepto disfrutar del baile, el espectáculo no está a la vista de todos.
Se vio envuelta en trapicheos, en maneras turbias de conseguir la plata que necesitaba para costear el colegio de su hijo, pues para ella la educación era fundamental, así lo aprendió de sus papás.

El caso es que una noche se le acercó después de la actuación un señor asiático, muy delgado y más alto de lo habitual en esa raza, le acompañaban otros dos que se quedaron mas atrás del primero; se aproximó y en un perfecto castellano le dijo manteniendo la mirada -No echarás de menos el mar con esos ojos tan preciosos- Después de este encuentro fortuito vino la primera copa, la primera cita, el primer  paseo...
-Perdone, señorita soy Arturo Menéndez, el abogado de oficio.
-Le dijo con suavidad.
Ella de pronto regresó de donde estaba y  un poco atontada, acertó a responder -Ah, si gracias, por venir tan pronto, soy Jessica Benavides.


GREGORIO GIGORRO
"LA CITA"




En Aranjuez a 17 de febrero de 2020

sábado, 8 de febrero de 2020

Veneno

Veneno, niña tú  eres puro veneno para mi corazón,
pa no verte cruce el charco,
pa no recordarte borré todas tus huellas,
pa no amarte me compré un perro, por lo menos era más fiel que tú,
porque tú eres veneno,
niña de mis ojos y de todo lo demás,
pero ni por esas,
todo lo  que hice para olvidarte cayó en saco roto,
porque tú niña de mis desvelos me rompiste el corazón,
el corazón, el corazón.
Y se acabó.

Gregorio Gigorro
Ensoñación
Óleo sobre lienzo
60 X 60 cm
2003



En Aranjuez a 8 de febrero de 2020

domingo, 2 de febrero de 2020

Con mucho gusto




Prefiero las calles en curva a las que son rectas porque me acuerdo de la de mi pueblo,
mucho mas tarde descubrí otras con la misma idea en barrios como Chelsea y Belgravia 
en mi querido Londres; la teoría en este sentido la aprendí en el tratado de arquitectura 
de Leon Battista Alberti donde se decía que las calles de forma curva daban más sensación
de amplitud.

Como también me gustan los adoquines cuadrados que tachonaban las calles de ciudades
como Madrid o París, al igual que lo anterior me devuelven al lugar que me vio nacer,
me encanta el olor húmedo e intenso de una lechuga, el sabor refrescante de un melón,
el aroma a sudor fresco, me recuerda a cuando mi padre volvía de trabajar o la gasolina
de la Vespa de mi tío, la basura humeante cuando limpiaba los corrales de las ovejas,
adoro las palmeras de Palm Beach en Miami porque en realidad lo que añoro son los
paseos con mis padres y mis hermanos por la explanada de Alicante y lo que me volvía 
loco era el pavimento porque era y sigue siendo un mar de color de olas de mentira.

Todo esto viene como dice la canción de  un tiempo de rosas y por cierto imposible olvidar
el color de los pimpollos, los niños vestidos de comunión en el mes de junio chorreando
de calor con el fondo de la banda de música.

Todo esto y mucho mas está grabado en mi, como cuando se marcan las reses con el sello 
de la ganadería, a fuego y ese fuego te reconforta, te acompaña siempre a lo largo de la
vida, lo sentido toma carta de naturaleza en lo que tú aprendes posteriormente.

Porque el valor de recordar está en el sentimiento porque antes lo has olido, tocado, disfrutado, te has ruborizado, emocionado, alegrado, llorado...

Un montón de sensaciones importantes para escribir en las páginas blancas de tu libro.

Las rosas son muy hermosas pero tienen espinas, sin dejar de ser lo que son, como  también es necesario saber que nacen abonadas por el estiércol, cuanto peor huele mayor fragancia despiden éstas; como la vida misma en nuestros labios está sellada la muerte.

GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
"Boceto para un sueño"
Óleo sobre lienzo
Firmado y fechado en 2014
Medidas: 54 X 81 cm


En Aranjuez a 2 de febrero de 2020