Hueles al sur que tanto nos gusta, es un placer verte tan bien plantao mirando al horizonte hasta que te deje de acompañar el sol de la tarde.
Cargado de frutos amarillos con rabiosas y relucientes hojas verdes, pareces de mentira de tan perfecto que eres, contrario a tantas cosas vanas que hoy tenemos.
En tu caso no es así, basta con partir un limón aspirando su perfume, con ese jugo refrescante que penetra hasta lo más profundo del cerebro, recreando en él, un sinfín de escapadas reales o fantásticas a lugares donde algún día fuimos felices.
Siempre deseamos tener un árbol así pero lo desechábamos debido a los inviernos fríos de esta tierra. No obstante como todo lo que se quiere se puede, si depende únicamente de ti, te trajimos a casa, protegiéndote cada noche como quien se enfunda un impermeable cualquier día lluvioso y tan campante estás, como si hubieras nacido en casa, tal es así que has comenzado ya a dar incipientes frutos.
Es curioso, a veces te encuentras en un lugar desconocido, sin embargo te sientes como si te perteneciera.
Algún día podré contar que yo tuve un limonero aunque no formara parte de mi infancia ni de ningún huerto claro.
GREGORIO GIGORRO Talavera de la Reina Toledo En Aranjuez a 20 de marzo de 2017 |
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