miércoles, 20 de septiembre de 2017

La parada

Se sentó a nuestro lado porque sí,
o porque quería fumar un cigarrillo,
no tenía y se lo dimos,
o porque nos vio parados bajo la marquesina,
esperando el autobús.

El caso es que se puso a hablar, sus ojos le relucían,
charlaba despacio, desgranando cada frase sencilla y concisamente,
"Los vestidos que yo coso te hacen soñar, están bien hechos,
resaltan lo mejor de ti, no pasan desapercibidos",
nos contaba ella.

Alrededor el ruido no cesaba, el sol pegaba fuerte,
ellos tres, tan campantes seguían esperando.

Soñar sigue siendo difícil, cuando ves que no se valora la excelencia,
curiosamente se manosea este concepto de forma abusiva.
El mundo sigue su camino idiotizando a la mayoría que por desidia se deja adocenar,
de esta manera lo excelente pierde valor en favor de lo vulgar,
por eso casi todo es banal en los humanos,
quizá influya la ausencia de un sueño colectivo:
Ser  un poco mejores, mejores personas por supuesto.

En Salamanca en Julio de 2016,

En Aranjuez a 20 de septiembre de 2017



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