La inocencia, la frescura, la curiosidad...
También se puede perder la cartera, la maleta que llevas, el tren que esperabas o el reloj que te regalaron.
No es lo mismo perder la vista que perderte de vista;
Perder tiempo que perder el tiempo,
o perder un plato pongo por caso o perder la vajilla de tu abuela.
Se puede perder de todo lo imaginable,
pero bajo ningún concepto se debe perder la dignidad, el amor propio, el respeto a sí mismo,
y desde luego tampoco la esperanza, sin ésta las ganas de vivir desaparecen y entonces se pierde la vida.
Puedes despojar de todo al otro, excepto de la esperanza, quizá sea lo único que le quede como decía Santa Teresa de Calcuta.
Ganar
Espontaneidad, firmeza, fortaleza, calma.
Los años te dan otra perspectiva de la existencia,
aprendes a saber esperar,
adquieres destreza en mentirte, muy distinto a engañarte.
La verdad no tiene remedio, lo que es, es de verdad,
los humanos nos movemos en una ambivalencia continua, entre dos polos antagónicos,
por ello hay que conseguir el equilibrio aunque no sea fácil.
Se ganan algunas batallas, sin embargo la guerra, no es cuestión baladí,
aunque lo que anheles sea conseguir la paz,
de cualquier modo, "Más se perdió en Cuba y vinieron cantando".
En Arroyo de la Luz (Cáceres) De camino al Teatro Romano de Mérida 26 de agosto de 2017 |
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