domingo, 4 de mayo de 2025

El último premio

 Hace unos días en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), Álvaro Pombo recibió dicho galardón, es decir el premio Cervantes, el más importante en lengua española nada menos. Qué llamativo es darse cuenta que el insigne escritor al que recordamos cada 23 de abril al igual que Shakespeare o Garcilaso de la Vega fallecidos en la misma fecha, no recibió en toda su vida ninguno, estando tan vigente todavía en nuestro tiempo, ¡con lo que ha llovido desde entonces! y por una sola obra habiendo escrito muchas más.

Su existencia transcurrió guerreando, comprando trigo para el avituallamiento de las tropas de su majestad, padeció el cautiverio, la cárcel..., todo el rato pringao en asuntos que le importaban una jiga; creo que cuando sus huesos reposaron en la cárcel real de Sevilla dió un buen empellón a su obra o eso quiero pensar.

Él no siendo reconocido, al que se plagió la segunda parte del El Quijote vivió agobiado por las deudas, la salud aunque hasta el final mantuvo ese pálpito por la vida como se muestra en el prólogo de Persiles y Segismunda; no sé cómo se tomaría esto del Premio Cervantes.

Álvaro Pombo con una larga trayectoria jalonada por obras literarias reseñables, ha llegado a recibirlo en silla de ruedas con 90 años, escribió el discurso pero no pudo leerlo, en su lugar lo hizo un señor que nos deleito con su lectura.

A pesar de todo, él no ha perdido su sencillez, cercanía, sentido del humor, lo que más me gustó fue "Escribo como hablo", más naturalidad no cabe.

Ni comparto, ni entiendo por parte de España la falta de reconocimiento a las personas valiosas cuando están vivas, no al final de la vida, es demasiado frecuente esta aptitud en nuestro país.

¿Por qué se maltrata a los hombres ilustres y se bendice a los mediocres?, quizá porque la E de España también es el inicio de la palabra Envidia o como dijo Fiodor Dostoyevski: "La tolerancia llegará a tal nivel que las personas inteligentes tendrán prohibido pensar para no ofender a los imbéciles", tal vez por eso se marchan a otros lugares donde los aprecien más, hartos de vivir dos vidas: una para sobrevivir, la otra para volar y eso cansa mucho sin embargo y a pesar de todo, un momento, solo uno, de éxito compensa tantos años de fracaso.

Gregorio Gigorro
Cartel anunciador de las fiestas del Carmen 1999



En Aranjuez a 4 de mayo de 2025



 


4 comentarios:

  1. Es una gran verdad lo que dices gracias una vez más por tus escritos y tú pintura un gran abrazo Armando

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  2. Así es , escribes muy bonito, preciosa pintura

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  3. Totalmente de acuerdo, hay que premiar a los vivos para apoyarles durante el desarrollo de su trabajo, es lo que tiene sentido.
    Precioso tu cartel, Gregorio, tan bonitos los colores y tan alegres como siempre.

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  4. Si, la envidia es el pecado capital de este maravilloso pais llamado España

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