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lunes, 7 de enero de 2019

Grana y Oro


¡Vaya título!, con ecos taurinos, así rezaba en un cartelón situado al borde de una autopista sembrada de polígonos feos a ambos lados como siempre, además de anuncios de marcas conocidas.

¿Y qué anunciaba?, pues nada menos que una joyería, sita en el pueblo que acabábamos de atravesar. ¡Qué nombre más sugestivo!, tan español, tan de otro tiempo, tan distinto a los demás productos que se ofrecían en aquella vía, y junto a la dirección de dicho establecimiento remachaba su cometido escribiendo bajo dicho título: ¡Te haremos brillar!, ensoñador, porque quien lo escribió pensó sin duda que una joya era para sentirse más hermoso o hermosa según se mire,  para lucir más, para ser algo duradero, preciado, precioso, para pasar de una generación a otra preservando el recuerdo de quien la poseyó, aunque el mismo sentido se puede obtener cuando tú compras ese tipo de obsequio para alguien que quieres y que gusta de las joyas.

Establecimientos con nombres como Capricho, La Flor y Nata, La Alegría de la Huerta, Canela Fina... tantos y tantos desperdigados, me hacen soñar porque son sugerentes, nada prosaicos ni obvios, porque abren la puerta a la fantasía; las palabras son más que signos para relacionarnos, tienen significado, alma y sentido.

Y sino que se lo digan a una directora de cine como Isabel Coixet, pongo por caso.

GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
"Negro, zaino y colorao"
Óleo sobre lienzo
Firmado y fechado en 2003
Medidas: 81 x 100 cm



En Aranjuez a 7 de enero de 2019