La cabeza le bullía con la multitud de imágenes hermosas, después de visitar el palacio y la deliciosa Casita del Príncipe. La comida que tomaron les alivió del cansancio y del calor pegajoso, el tedio les comenzaba a invadir pero ello no fue obstáculo para visitar el Cristo del Pardo pues se encontraban a tiro de piedra de allí. En el interior reinaban el frescor y el silencio, sentado en un banco recorría plácidamente el lienzo majestuoso de Ricci que a modo de retablo llenaba la cabecera de la iglesia, reconstruida después de la guerra civil. La Virgen representada en todo su esplendor, rodeada de ángeles en la parte superior, estaba escoltada en la inferior por dos santos (San Pedro y San Francisco), mirándola extasiados, ¡qué lujo estar solos ante tal obra!, a un paso se encontraba la escultura yacente de Cristo, iluminada bajo la cúpula, dando la impresión de estar bajo un catafalco digno de un rey, no era para menos; la obra derramaba a raudales toda la tristeza y el recogimiento que uno pueda imaginar.
Afuera el ruido sordo de las cigarras les hablaba manifiestamente de una hora, en la que el mundo está desierto de gentes y solamente personas como ellos, se aventuraban a disfrutar de momentos sublimes, sin ser molestados por nadie. ¡Y pensar que a diez minutos de allí la autopista se encontraba atestada a esas horas!, ¡cuántos paraísos nos perdemos estando tan cerca! Después de refrescarse la cara en una fuente continuaron su viaje hacia la montaña, sin importarles el calor que les esperaba.
Efectivamente, la autopista estaba a rebosar de vehículos, pues era viernes y multitud de personas cada fín de semana intentaban escapar de la monotonía; una vez superado el tapón de la circulación, ellas se echaron una siestecita y él se desvió para tomar otro camino hacia la montaña, se dieron un respiro en una fuente sólida y hermosa.Él se acordó de cuando era pequeño y con su familia paraban en ese mismo lugar para refrescarse, al poco rato comenzaron a descender y continuaron gozando de un paisaje boscoso con un montón de curvas, hasta llegar a La Granja de San Ildefonso, diminuto si se ve a lo lejos bajo la inmensa montaña y con mucho empaque cuando se pasea por sus hermosos jardines. ¡Qué buen gusto tuvieron Felipe V e Isabel de Farnesio!, comprando esa propiedad a los religiosos que la habitaban, no quisieron competir con la escarpada orografía, al contrario la domesticaron y la poblaron de fuentes bellsimas; ahora nosotros gracias a ellos disfrutamos de toda una historia mitológica petrificada, bien cuidada, con sus frondosos parterres, llenos de flores. Fue el primer lugar donde la niña quedó sorprendida cuando vió las esculturas diseminadas por dicho lugar.
Como el día daba para más, él deseaba llevarles hasta la cercana Segovia, allí rodearon la ciudad, subiendo hasta Zamarramala, desde donde se contempla todo el hermosísimo conjunto monumental, descollando sobre éste, las torres de San Esteban, de la Catedral y del Alcázar, recortándose detrás la sierra como telón de fondo. La tarde caía, decidieron marcharse a casa tranquilamente cuando ya había oscurecido.
GREGORIO GIGORRO "Un paseo por el parque" Óleo sobre lienzo Firmado y fechado en 2.000 Medidas: 60 x 120 cm Aranjuez, 27 de julio de 2.012 |
Felicidades Gregorio. Muy bien planteado.
ResponderEliminar¡Qué bonito tu relato y tu excursión! Según iba leyendo, iba haciendo yo ese mismo recorrido que ya he visitado en alguna ocasión. No sabría decir cual de todos ellos me gusta más. Supongo que a cada uno lo suyo. Ideal, ¡qué ganas me han dado de volver a visitar esos maravillosos lugares! Da igual que llueva o que haga mucho calor, si es pronto o tarde. ¡qué más da! Lo único que importa es .....La ilusión de la excursión.
ResponderEliminarMuchas gracias Gregorio. Un beso enorme para ti y tus chicas.
Carmen (Maitia)
Hola Gregorio;
ResponderEliminarBuen relato y buena pintura, bien estructurado el cuadro, con ese sello tan particular que imprimes a tus obras y define tu estilo pictórico.
Enhorabuena.
Feliz Verano.
Saludos.
Bien, pero echo en falta la descripción del Palacio del Pardo.....
ResponderEliminarFelipe,me ha alegrado mucho tu comentario,es verdad que un palacio como el del Pardo, merece
Eliminarpor si solo, un relato cuando menos mediano; lo escribiré muy pronto porque es un lugar muy
valioso. Un abrazo
!!!!!!!!SALUDOS GREGORIO, PRECIOSO RELATO DE VIAJE Y NO DIGAMOS LA PINTURA, FELIZ SEMANA!!!!!!!!!!!
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