Ella caminaba lentamente sobre la alfombra roja, como si de una estrella del séptimo arte se tratara, con sus zapatitos de pulsera que tanto le gustaban a él; sin más atributos que su sencillez natural, ajena a las miradas de los adultos congregados a la entrada del templo. Eso, le bastaba. Se diría que el mismísimo astro rey le había pedido permiso para lucir en aquel resplandeciente día.
Sí, su princesita era y es así, no hacia falta que llevara corona, ni cetro..., ningún oropel para distinguirse del resto.
Ella poseía, ese no sé qué, o ese qué sé yo, es decir, el tipo de ser que hace girar la cabeza de los otros, mientras pasa por la vida.
Después de todo, para cualquier padre que se precie de serlo; su hija, no es sino su princesita
GREGORIO GIGORRO "Carita de Rosa" -fragmento- Óleo y tinta sobre lienzo Firmado y fechado en 2015 Medidas: 60 x 30 cm En Aranjuez a 7 de marzo 2015 |
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