No derramó ni una lágrima al ser introducido el féretro en el nicho,
que a duras penas había conseguido para el eterno descanso de su madre,
dieciséis días con sus noches tuvo que esperar para llevar a cabo tan ardua tarea.
gracias a un buen amigo pudo conservar el cuerpo,
como si de un pescado se tratara, hasta reunir la plata que necesitaba,
pero su entereza estaba a prueba de bombas, de esas que estallaban en su país,
del que salió por pies, con lo puesto y poco más.
La situación allí era y es insostenible.
Noche tras noche rememoraba recuerdos y vivencias junto a la difunta,
a la que había estado muy unida; era la hija de los cinco hermanos varones.
Acabado el pequeño responso el sepulturero llevó a cabo su trabajo.
- Mamá, ¿cuándo volveremos a nuestra casa?, éste no es nuestro país,
María Elena se encogió de hombros - Ahora ésta es tu casa, tu tierra -
Le respondió con firmeza a la vez que esbozaba una forzada sonrisa.
Una fuente de Huesca En Aranjuez a 1 de agosto de 2017 |
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