miércoles, 14 de octubre de 2020

Comer de lo lindo

Las flores necesitan agua y estiércol para vivir, lo mismo que un coche precisa de combustible para arrancar; nosotros necesitamos alimentos que nos nutran, preferentemente por la mañana para encarar mejor el día, probablemente un gran día, a lo mejor el último.

Dichos alimentos deben ser saludables, de esos que saben, huelen, te sientan bien, sin necesidad de leer en un envase el sabor que contienen, si te sientas a degustarlos es bien distinto que, si vas como loco, las prisas no son buenas y el estómago al final se resiente.

Me pregunto que toman muchas personas cuando desayunan; no sé, no sé, pero lo que sí sé, es que les sientan fatal, sobre todo a tenor de los acontecimientos porque se toman decisiones carentes de toda lógica y sentido común, quizá haya cierta relación entre lo que se come, se piensa y se siente. Si una persona duerme mal al otro día se levanta de mal humor y lo paga con el otro, si ocurre lo contrario se lo suele guardar en vez de alegrar la vida al prójimo, es recurrente lo de... ¡Qué buen día va a hacer hoy!, no te preocupes le responde el otro, seguro que viene alguien y lo jode.

A la vez se habla mucho de la ayuda, de la implicación social, de la solidaridad y demás temas candentes mientras somos peor educados, más malhumorados que nunca y más desquiciados.

Y es que el ser humano quiere a sus semejantes, pero los quiere cuanto más lejos mejor.


GREGORIO GIGORRO
Bodegón


                    En Aranjuez a 14 de octubre de 2020

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