domingo, 4 de octubre de 2020

Ahí queda eso

 No es moco de pavo que se hayan dejado de ingresar más de ocho millones de euros en concepto de entradas en el Museo del Prado durante la pandemia que nos asola; no es el único ejemplo, pero sí el más señero.

Dicho Museo recibe del Estado una cantidad que no cubre ni el salario de su plantilla, sin embargo, era casi autosuficiente debido a la taquilla, eventos, audioguías y demás apartados, pero la situación ha cambiado para él y otros muchos museos debido a la falta de turismo, por ello precisarán mayor ayuda estatal o privada.

Pensaba todo esto mientras disfrutaba del retrato de la familia de Carlos IV, gran admirador del artista, así como la Duquesa de Osuna, la de Alba entre otros nobles.

Y continúo con la Adoración de los Reyes de Rubens que acabó en manos de Felipe IV habiendo pertenecido antes a don Rodrigo Calderón; gracias a este rey la colección de pintura del pintor flamenco es la más numerosa del mundo y se custodia aquí, además de la nutrida muestra de la escuela italiana, véase la cantidad de Tizianos que atesoró Carlos V y amplió Felipe II, por no hablar de la obra de Velázquez, Murillo, Ribera y tantos pintores de una reseñable genialidad; todo ello comprado y pagado por los monarcas de cada época, aunque esta tradición se remonta a Isabel I de Castilla, buena muestra de ello se puede admirar en la Capilla Real de Granada.

Con el tiempo todo ello se convirtió en las Colecciones Reales y a partir de 1819 bajo Fernando VII se materializó en este templo de la belleza.

Después de pasear por la galería central, de cuyos muros cuelgan lo más granado, salieron por la puerta de Goya, la tarde era soleada, la plaza estaba vacía, sin guías turísticos, ni vendedores de recuerdos, tampoco taxis esperando clientes, ni gente variopinta que va y viene con acentos de otros lugares, cuatro gatos como quien dice.

También afuera hay muchas personas que han dejado de ingresar en sus arcas pues este templo genera alrededor mucha riqueza, mucho bienestar.

Antaño la trascendencia de la vida era primordial, nada se hacía a corto plazo, lo que se realizaba era para perdurar, por eso podemos ver esta colección, disfrutarla, nosotros y los que vengan, sin olvidar que fue la monarquía el principal artífice del mejor museo de pintura antigua del mundo.

Ahí queda eso.

 

GREGORIO GIGORRO
"Un lugar para soñar"
Tinta y acrílico sobre papel
29,5 x 40,5 cm
Firmado y fechado en 2011


En Aranjuez a 4 de octubre de 2020

                                                        

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