"Se dice que allí nacen las estrellas."
La tierra se va tornando rojiza, los cerros boscosos, la carretera se retuerce una y otra vez, el río también de agua rojiza nos acompaña bajo la frondosa arboleda.
Atravesamos pueblos de torres airosas de ladrillo, campos repletos de casas abandonadas, el único poblador de éstos hermosos parajes es el abandono más absoluto. Donde antes florecía la vida, había campos de cultivos, rebaños, el ruido de la gente, el trasiego de tractores y animales, ahora hay desolación; por aquí no hay prisa ni ocupaciones de propiedades tampoco precios desorbitados..., todas esas cosas tan frecuentes en las grandes aglomeraciones.
Dos jabalíes cruzan la carretera, una bandada de pájaros se recorta sobre el cielo, la ciudad aparece asentada sobre la vega del Turia.
Se divisan barrios modernos al lado el ensanche de principios del XX, una especie de ciudad jardín; a través de un viaducto airoso verdadera obra de ingeniería debido a Fernando Hué Barrera que da un vértigo considerable debido a su gran altura, se desemboca en el casco antiguo, un conjunto medieval recoleto y armonioso en cl cual todo está a mano.
Teruel es famosa por sus torres del Salvador, San Pedro, San Martín y la de la catedral, todas ellas mudéjares, templos del siglo XIV construidos en ladrillo con adornos cerámicos hechos por musulmanes que vivían allí como en tantos otros lugares, una simbiosis curiosa.
También es la ciudad de los amantes, Isabel de Segura y Juan Diego Marcilla, historia que data del siglo XIII con final desgraciado, acontecimiento que se festeja cada año para recrear el ambiente de la época; los sepulcros bellísimos cuyo autor es Juan de Avalos se encuentran en San Pedro al igual que el retablo de Yoly del mismo autor es el de la catedral que cuenta con un techo pintado del siglo XIII, verdaderamente relevante por ser un muestrario muy completo de la vida en el medievo, por cierto las únicas catedrales construidas en ladrillo son ésta y la de Tarazona.
A esto hay que agregar ejemplos diseminados por la ciudad de casas modernistas debidas al arquitecto Pablo Monguiú o la escalinata neomudéjar que salva la pronunciada altura del paseo del Óvalo con la estación del ferrocarril de principios del XX.
La vida se articula alrededor de la plaza del Torico donde ves y te ven pero para darse cuenta de donde te encuentras, nada menos que gozar de los miradores, el campo rodea la ciudad por todos lados con la llanura fértil del río a sus pies.
Es la capital de provincia menos poblada de España, con 36.000 habitantes a medio camino entre Zaragoza y Valencia, importantes ciudades. Hay un evidente desnivel en este dato pues contando con servicios de transportes como el tren, autobuses y algún hospital a todas luces según me informé resultan insuficientes.
De cualquier ciudad pueden verse los monumentos, probar la gastronomía no obsante si hablas con sus vecinos quizá la visión cambie.
A pesar de todo ello me quedo con la vista encaramada en lo alto, con las siluetas de sus torres descollando sobre el cielo, según se dice en ella nacen las estrellas.
Teruel
Desde el mirador
En Aranjuez a 16 de septiembre de 2025
Teruel existe ¡menos mal!
ResponderEliminar💫🌟⭐️🌠
Si, Teruel existe y también Palencia, dos lugares aún por descubrir para mí.
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