La primavera seguía con sus lluvias, sus vientos, desapacible, cambiante, pero muy bonita, como siempre.
Él, continuaba esperando a Margarita que no daba señales de vida, tampoco podía buscarla ni preguntar por ella; además, ¿de donde he sacado la idea de que vive aquí?, puede ser una turista curiosa, que se ha adentrado en el cogollo del pueblo, en lugar de quedarse con los cuatro monumentos que visitar. De todas maneras quien soy yo para interesarme por una desconocida por muy guapa que sea.
Podría ser casi su padre o al menos tengo esa impresión, lo normal es que tenga pareja, que este casada o como hacen ahora, se van a vivir, tienen algún hijo y después van a la boda de sus padres. Bueno, para de decir tonterías, tú a lo tuyo, mientras colocaba las bebidas servidas por la mañana, al acabar la tarea, cabezón y obsesivo como era volvió a las andadas.
Quizá trabaja aquí y ha tomado unas vacaciones o un viaje a causa de su empleo, puede que algún familiar esté pocho y lo esté cuidando, o....
-Dos cafés vieneses con picatostes.
-Enseguida, y claro se le volvió a reproducir su imagen; los dos clientes se sentaron en el mismo lugar donde ella había estado. Uno de ellos dijo al otro - ¿Sabes que han abierto la biblioteca de palacio?-
- Ah sí, ¿y para qué?, le preguntó-
- Pues para poner en orden, el fondo enorme de legajos que allí se custodian, creo que han contratado a una bibliotecaria muy guapa y simpática; eso me han dicho, mirando a su compañero con ojos picarones.
Narciso se quedó pensativo, con aire ensoñador.
-¿Será la misma persona de la que me estoy acordando?
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GREGORIO GIGORRO "Abanico" 2017
En Aranjuez a 6 de abril de 2017 |