A principios del siglo XVI aparece en escena una mujer de nombre Malinche durante la conquista de México acaecida en 1521 por Hernán Cortés, era un indígena que gracias a su belleza, una despierta inteligencia y el dominio de varios idiomas llamó la atención de los conquistadores.
Se sabe que nació en Veracruz pero no la fecha, fue vendida en varias ocasiones como esclava, su padre al contraer segundas nupcias debido a la díficil relación con su madrastra marchó del hogar paterno, tenía 19 años cuando se produjo la conquista; ella junto con el religioso Jerónimo de Aguilar colaboraron con los españoles como intérpretes para las relaciones con los indígenas.
En toda conquista desde tiempo inmemorial, abría que remontarse a los imperios de oriente continuando con los griegos y los romanos, los hombres formaban parte del botín, por lo que la esclavitud era normal, por lo cual se esclavizaron a los aztecas, después se les bautizaba, pues la evangelización era prioritaria para España y más tarde entregarles en según que casos a oficiales o militares del ejército, ella fue entregada al capitán Portocarrero con quien se casaría, pero al tener éste que marchar a la metrópoli no le acompañó, como quiera que las relaciones entre Malinche y Cortés se estrecharon, el roce hace el cariño hasta tal punto que llegó a ser la amante del éste dando como fruto a Martín, el primer mestizo hijo bastardo de la pareja ya que el conquistador estaba casado, lo que no impidió que lo reconociera como hijo, un hecho reseñable que se ratificaría con la Real Cédula de Carlos V en 1541 por la que se autorizaba los matrimonios entre españoles e indígenas.
Más tarde se establece en la ciudad de México casándose con Jaramillo, otro militar que sabía de la relación íntima con su jefe, a buen seguro que a cuenta de este hecho se produjeron más de un altercado entre ellos. Se dice que murió de viruela pero no consta en ningún registro y es raro siendo su marido el alcalde de la ciudad; otros piensan que su vida se alargó más, creyendo que marchó a España concretamente a Valladolid donde al parecer estaba su hijo.
Pues bien, partiendo de este personaje como puente entre dos mundos, esa mujer que tomó el nombre de Marina al ser bautizada ha inspirado a Nacho Cano a estrenar Malinche, el musical, después de diez años de trabajo sin descanso y no exento de trabas, protagonizada por un elenco estupendo y numeroso formado por actores, bailarines, cantantes, músicos y un largo etc, sin olvidar todo el cuantioso cuadro de eléctricos, escenógrafos, montadores, figurinistas, en fín un sinfín de personas para hacer realidad este proyecto de envergadura. Donde se cuenta un momento de la historía española que pretende destacar uno de los tantos personajes ilustres que ha dado nuestro país en el que hay muchos de donde tirar, quiere dar una visión distinta de la historía conjugada con un espectáculo rabiosamente actual a la vez donde uno puede aprender, entretenerse y en definitiva disfrutar.
Los rigores netamente históricos son más propios de un señor como López Linares que ha realizado un magnífico documental sobre la primera globalización.
Cano, artista de renombre en todo el mundo sabe lo importante que es el arte y su difusión, además de la experiencia que adquieren los integrantes del reparto al participar en un proyecto de este nivel, importante para el trabajo de estos y su prolongación en el tiempo.
Comprendo que haya críticas, nunca llueve a gusto de todos pero éstas deben de ser constructivas y menos quisquillosas, es curioso que cuando vamos a ver otros musicales como Mamma mia o Billy Elliot, no somos tan exigentes, a veces pienso que es por el mero hecho de venir de fuera, se diría que les libra de todo, "son perfectos".
Demasiadas zancadillas se ponen a personas que intentan montar algo, sea un espectáculo, una empresa o qué se yo, Malinche es una buena oferta cultural en Madrid, no la única pero sí la última que puede atraer a muchos visitantes y eso no es moco de pavo; cuando una persona asiste a cualquier evento debe usar el transporte individual o colectivo, suele comer algo antes o después, existe la posibilidad de comprar una prenda, un paquete de tábaco, tomar un café, una copa, mil cosas.
Tanto los que hacen posible que el telón suba para que los artistas hagan su trabajo y el público pueda disfrutar de ello, absolutamente todos quieren vivir.
Así que viva Malinche, el musical y todos los musicales, las obras de teatro, de cine, las exposiciones, todas las actividades y muchas más para que todos podamos seguir viviendo sin dejar de soñar.
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GREGORIO GIGORRO Retrato de Isabel Tinta y óleo sobre lienzo Firmado y fechado en 2010 Medidas: 27 x 21,5 cm
En Aranjuez a 18 de noviembre de 2022 |