El ruido de las ruedas sobre la pista, debió despertarle de un sueño intermitente como la lluvia que chorreaba por la ventanilla, mientras el avión se iba parando, él comenzaba a desperezarse como el resto de los viajeros.
La excursión había comenzado de facto, aunque su cabeza y sobre todo su corazón le decían lo contrario, pues desde el momento que decidió darse una vuelta por Londres empezó a viajar realmente.
Siempre que lo hacía, deseaba sentarse al lado de la ventanilla; desde las alturas todo era como en un cuento: las ciudades, los lagos, las montañas...Se acordaba de las maquetas que siendo niño había visto en la Casa de Campo en Madrid.
Todo era una interminable alfombra de algodón como los dulces que vendían en las ferias de los pueblos.
Después de las pertinentes explicaciones de la azafata, abandonó el aparato, enseguida compró un billete hasta London Victoria Station y en un pis pas llegó al centro de la ciudad.
Al llegar, el bullicio en otro idioma le alertó del lugar donde se encontraba al igual que la lluvia que sin descanso caía suavemente.
Y comenzó a pasear con su preciosa mercancía preservándola del líquido elemento. Pronto percibió que todo le era familiar, que todo estaba como lo recordaba y tuvo la sensación de sentirse como en casa.
GREGORIO GIGORRO "Picadilly Circus" Óleo sobre lienzo Fechado y firmado en 2.010 Medidas: 81 X 65 cm |
Londres 21 de marzo de 2.010