jueves, 14 de marzo de 2013

La premonición




Se lo había contado tantas veces a su hijo que sabía de sobra todo lo que iba a ocurrir mientras vivieran en aquella casa.

Desde todos los balcones se podía ver el mar, la mujer empujó la puerta, ya tenía escogido el lugar; hacía calor y él estaba descalzo. Descubrió al velero asomando, el hombre vió a la mujer y subió morosamente la escalera. Vislumbraron la señal que alguien les hacía desde la embarcación, ambos se miraron, se tomaron de la mano y cerraron la puerta de un golpazo, dejando todo absolutamente sin mirar atrás.

GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
"La señal"
Tinta y acrílico sobre carbón
Firmado y fechado en 2.013
Medidas: 50 x 35 cm




Aranjuez, 10 de marzo de 2.013


domingo, 3 de marzo de 2013

¡New York, New York!


      Él adoraba Manhattan, lo dice al comienzo de la película, el protagonista y director que no es otro que Woody Allen, desgranando ideas escritas a la  vez que muestra escenas ciudadanas, vistas de su ciudad, testigo mudo de sus vivencias, bajo el fondo musical de la Rhapsody in Blue de Gershwin, representando un espectacular inicio. Utilizando el blanco, el negro y la gama de grises para distraer lo menos posible al espectador, creando asi una atmósfera intimista y sugestiva donde el amor y el desamor son el leitmotiv.

Una ciudad es el fondo, el decorado de tu existencia, poco importa a fín de cuentas, si es hermosa o no; lo fundamental es haber vivido en ella lo más importante de tu vida.

Mucho ha llovido desde que se filmó aquella película, pero a pesar del tiempo transcurrido, conserva ese magnetismo que sigue atrayendo con mayúscula a gran parte del mundo. Como si del Coloso de Rodas se tratara, la estatuta de la Libertad vigila la entrada al puerto. ¿Cuánta gente habrá visto llegar?, millones de personas venidas de Europa fueron atraidos por las oportunidas que les brindaba el nuevo mundo, huyendo de la guerra y de las condiciones miserables que padecían, a los europeos, se unieron los asiáticos, los africanos y los latinoamericanos; gentes de todo tipo y condición, artistas, ingenieros, científicos, gente de a pie han contribuido a crear una verdadera metrópoli, gracias a la multitud de razas, religiones, costumbres variopintas que conviven en esta parte del planeta, donde la vida florece de forma exultante.

Aunque la base es anglosajona, el mismo nombre lo delata, siendo alumna aventajada de Londres, es pragmática hasta decir basta, la poca intervención del estado mejora sensiblemente el inicio  de cualquier aventura; reina del consumo delirante, del trabajo desbordante, está siempre abierta a cualquier hora. Sigue siendo la imagen del mundo capitalista, como capital ha sabido venderse al exterior creando modas y modos de conducta que irradían al resto, formando parte de nuestro acervo cultural, por ello no son familiares sus taxis, el take away, Wall Street, Time Square, Central Park..., por poner unos cuantos ejemplos.

En este sentido, el cine ha contribuido ha difundir la cultura de este inmenso país y de esta urbe en concreto, convirtiéndose pese a su poca antiguedad en una de las ciudades más fotografiadas. Tal es asi que puede que encima de ti "La tentación vive arriba", protagonizada por Monroe, ver salir de Tiffanys a Audrey Hepburn, o escuchar en tu cabeza la voz de Frank Sinatra; encontrarte a Angie Dickinson en el vestíbulo del Met en "Vestida para matar", o toparse en la Fifth Avenue con Newman y Redford, después de dar "El golpe". La enumeración de filmes en que la ciudad ha servido de fondo es enorme, su difusión no lo es menos, haciendo que cuando estás allí te sientas como en casa.

La oferta cultura en teatro, danza, opera, arte y otras muchas actividades hacen de ella, un referente que es imprescindible conocer. Dejando abajo el frenesí de sus calles  y sus gentes que de por si constituyen un espectáculo viviente, cuando te encuentras en el mirador de cualquier rascacielos, esperas que de un momento a otro aparezca King Kong sobre uno de ellos, rodeado  de otros tantos altos edificios, abrazados por el mar que la rodea, bajo una magnífica puesta de sol.

¡Nueva York, for ever...!

Gregorio Gigorro
GREGORIO GIGORRO
"Desde Brooklyn"
Tinta y acrílico sobre cartón
Firmado y fechado en 2.013
Medidas: 35 x 50 cm



Aranjuez, 3 de marzo de 2.013

sábado, 23 de febrero de 2013

La princesita


¿En qué piensas princesa, mientras me miras?

Déjame adivinarlo, a buen seguro que una corte de mariposas de colores, de mariquitas, de saltamontes, de un montón de bichitos de entre las hojas; todos saldrán en tropel a darte los buenos días. Las margaritas, después de que tú sembrarás sólo una, no pudieron resistir la tentación de verte y crecieron por doquier, vestidas de un naranja subido, ni qué decir tiene de los pensamientos morados, de las violas amarillas..., y del mirlo que se planta cerca de tu ventana, como diciéndote: "Venga, venga, date prisa, ha llegado el día"; todos ellos y muchos más te esperan fuera.

Pero sin duda, princesa, lo mejor de lo mejor lo llevas bien guardado dentro de ti, ¡A qué si!


GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
"Princesa"
Tinta, acrílico y lápices acuarelables sobre papel de embalar
Firmado y fechado en 2.013
Medidas: 40 x 50 cm



Aranjuez, 23 de febrero de 2.013


jueves, 21 de febrero de 2013

Como un soplo



Fue el mejor regalo en su décimo cumpleaños, verla con la jaula por la calle bajo el sol, era impagable.

Le puso por nombre Federico Chopin, dicho apelativo le hacía justicia; compartía pared que no jaula con otro canario amarillo, él era verderón, de apariencia más discreta pero cantaba como ninguno, arropados por el rojo reventón de los geranios.

No cesaban  de proporcionar incansablemente la compañía que sólo los animales saben dar a las personas que lo necesitan.

Mi mujer  se acordababa de aquel que tuvo siendo pequeña y no dudó en regalárselo a Isabel pensando que así alimentaría buenos recuerdos; yo siempre les saludaba, alertándoles a guardar silencio pues era pronto para festejar la mañana, aún dormían las chicas de la casa. Federico después de pasar poco más de dos años con nosotros ha parado de cantar, ha volado sin alas para siempre, sin despedirse. Ayer, estaba bien, hoy simplemente ya no está, ha dejado de existir para formar parte de nuestra memoria como tantos otros seres que desaparecen de nuestras vidas, dejando una huella imborrable.

Nos queda la ausencia, la nada, para abrir paso a otras vivencias, a otros recuerdos. Formamos parte de la vida estando vivos, pero no somos la vida, que indiferente sigue su curso sin nosotros. El otro día mi hija no me dió un beso de despedida, le dije: "No lo vuelvas a hacer, lo necesito para caminar".

Vivir es un camino sin vuelta, no lo olvidemos nunca, por eso hay que gozar de cada día como si fuese el último. En ese camino necesitarás hacer acopio de los buenos ratos con mamá, de los baños de sol, de los trinos de tus pajaritos, de las caricias del gato, de tus juegos, de tus risas..., porque habrá muchas piedras; a veces se te hará cuesta arriba, por eso en tu equipaje, tendrás que llevar lo mejor.

Ante las malas hierbas que puedas encontrar, no pierdas ni un segundo y sigue andando firmemente por tu camino.

GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
"La pareja"
Tinta y acrílico sobre papel de embalaje
Firmado y fechado en 2.013
Medidas: 50 x 40 cm



Madrid, 11 de febrero de 2.013

jueves, 14 de febrero de 2013

El circo


Con frecuencia escuchamos frases como ésta: "Es un payaso, hace payasadas", "¡Menudo circo tengo montado!", otras veces oigo: "Si tuviera un circo me crecerían los enanos", pero siempre son peyorativas.

¡Qué poco humor tenemos, qué ausencia de sentido común, qué imaginación tan nula!

Para mí es un espectáculo fascinante que me lleva a la infancia, aquella época en que llegaban al pueblo los titiriteros, venidos de otros lugares para alegrarnos la vida; en un abrir y cerrar de ojos la carpa estaba  preparada para el momento de la actuación por la noche. Aquel niño como tantos otros vibraban de emoción al ver los saltos vertiginosos de los acróbatas, la contorsionista gorda, gordísima se movía gracilmente sobre el caballo, las cabras obedientes, se desplazaban por la pista,  los enanos bailaban al ritmo de la música, los leones dóciles se doblegaban al domador sin vacilar en demostrar su valentía ante las fieras;  la guinda eran los payasos, esos personajes pintados como puertas, vestidos estramboticamente, haciendo las delicias de los más pequeños con sus payasadas.

Hace poco murió Miliki,  un gran payaso con el que toda una generación disfrutó de lo lindo. ¡Qué importante es reirse!, ¡qué maravilla es conseguirlo sin meterse con nadie!

Cuando se iban  con su  música a otra parte pensaba: "¡Qué vida  tan agitada, tan movida, tan poco apegada a  las cosas!, sólo con el afán de divertir a los demás, haciendo de tripas corazón, comiéndose la basura que tenemos dentro, para repartirnos flores sin espinas.

La vida es como un circo, donde todos los personajes "bailan" al son del director; la danza como los trajes cambian dependiendo del momento,  de la situación que toque; alrededor se encuentra el público,  sin éste  no hay espectáculo, asiste pero no participa de él, sin embargo lo agradece con ese lenguaje  tan sonoro y gratificante como es el aplauso.

¿Tú que prefieres ser, público o payaso?

Con el tiempo aquellos artistas ambulantes fueron desapareciendo en favor de la televisión y otros inventos que nos iban haciendo la vida más cara pero más confortable aunque también con menos  gracia. No creo que cualquier tiempo pasado fuese mejor, sencillamente eramos más jóvenes, teniamos menos prejuicios y menos recuerdos, haciendo que el equipaje fuera más ligero, porque lo que  pesa son los recuerdos, no los kilos,  en un mundo  tan preocupado por la apariencia como el nuestro.

De cualquier manera, ambulante o estable, deseo con todo mi corazón que viva siempre el circo. La risa es la mejor arma que desarma a cualquier contrincante.




Gregorio Gigorro
GREGORIO GIGORRO
Bandeja
Acrílico sobre cartón
Firmado  y fechado en 2.011
Medidas: 46 x 56 cm





Aranjuez,  14 de febrero de 2.013






domingo, 3 de febrero de 2013

Ingratitud



A voz de pronto se me ocurre, qué  ingrata es la vida con aquellos que nos han regalado tanto y que poco han recibido de nosotros.

Cada año, el veintidós de abril, se rememora la muerte acaecida en 1.616 de don Miguel de Cervantes Saavedra, por ello se procede a la lectura del Quijote, su más completa obra, durante varios días en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en sucesivas sesiones. Hemos tenido la suerte de poder participar en dicha lectura en dos ocasiones.

Da verdadera pena comprobar como un hombre de su talla, habiendo dado tanto de sí, viviera como lo hizo, recuérdese que se habla de nuestro idioma como de la lengua de Cervantes, gracias a la gran difusión de su obra en todo el mundo. Aunque tuvo poca fortuna, siempre estuvo luchando contra las adversidades de todo tipo, lejos de anularle, sacó provecho de la penuria, de los desatinos de su cruel destino sacando a la luz lo mejor de si mismo para toda la humanidad. Fruto de una vida plena, repleta de amoríos, de cambios de residencia en difentes ciudades españolas como Madrid, Sevilla y Valladolid, su estancia en Italia al servicio del Cardenal Acquaviva, posteriormente sufrió cautiverio en Argel, su infeliz matrimonio con Catalina de Salazar, padeció la pena de cárcel en Sevilla... y mucho más situaciones que no favorecían en modo alguno el desarrollo de su capacidad creativa.

Su vida no podría ser tachada de aburrida, siempre deseando, estoy seguro, de encontrar la paz; podría ser que su estancia en la cárcel real de Sevilla, fuera el lugar donde pudo empezar a escribir su obra más conocida. De cualquier manera, conociendo su biografía verdaderamente es admirable el partido obtenido de tanto revés, regalándonos maravillosas historias siempre sugerentes y jugosas que nos hablan de lo poco que ha cambiado la condición humana.

En el Siglo de Oro Español, se dieron cita en todos los campos del arte, lo más granado de nuestra historia por su calidad y cantidad, en una época en que la decadencia económica y política eran patentes. Sin embargo por encima de las dificultades que el artista pudiera tener y sigue teniendo, las ganas imperiosas de llevar a  cabo los sueños que uno tiene son mas fuertes que todo los valladares juntos.

Poco antes de morir, dedicó a su protector, don Pedro Fernández de Castro y Andrade, séptimo Conde  de Lemos, los trabajos de Persiles y Segismunda, donde escribió: "El tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan y con todo esto, llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir..."

Llegó a conocer la difusión del Quijote, también se enfrentó a la segunda parte escrita por Avellaneda, como sabemos; pero su situación económica no varió notablemente." El Quijote" es el libro más traducido después de la "Biblia", muy difundido, muy apreciado, una fuente de inspiración para multitud de artistas de toda índole, escrito en un idioma como el que hablamos que nos acerca a millones de personas separadas por un océano; te das cuenta de lo importante que es lo hispánico, el idioma español, cuando cruzas el charco. Recalco al decir, el tesoro que nos regaló, y cuan ingratos somos en vida con aquellos que nos la hacen ver de otra manera. 


Gregorio Gigorro
GREGORIO GIGORRO
"La habitación que yo tenía"
Óleo sobre lienzo
Firmado y fechado en 2.005
Medidas: 100 x 80 cm


Aranjuez, a 3  de febrero de 2.013


martes, 22 de enero de 2013

El andén


El otro día una amiga esperando su tren vió que un niño tiraba de su corpulento padre a primera hora de la mañana, cuando ellos abandonaban el vagón de metro que al pequeño le acercaba al colegio y al mayor a su trabajo; el andén estaba  lleno de gente, de entre todo eso salía una melodía que desgranaba un hombre con su trompeta. El niño que a duras penas andaba, pues contaba poco más de dos años, se paró en seco; el padre seguía caminando pero él insistía, por fín se pararon, aunque fueron casi las únicas personas de entre ese montón que escupía el metro a esas horas.

Un reciente estudio realizado en los Estados Unidos situaba a un músico interpretando una serie de piezas, en una céntrica estación de metro, a una hora punta y durante unas tres horas. El resultado fue revelador del mundo que habitamos pues la inmensa mayoría que circulaba por aquel lugar no se paró a escuchar, supongo que por la premura de llegar al trabajo o por ocupaciones varias. Al cabo del tiempo transcurrido, el citado señor obtuvo treinta y seis dólares por su trabajo, lo llamativo fue que poco antes dicho señor que es un afamado músico tenía vendidas todas las localidades a noventa dólares cada una  en el teatro donde dió varios conciertos.

La prisa, la ansiedad, la ceguera... no nos permite reconocer por si solos que a nuestro alrededor hay seres diferentes que destilan ese no sé que, ese que sé yo, que muchos no tienen; esas personas se encuentran entre nosotros pero no nos damos cuenta a no ser que paguemos lo razonable por una butaca y la crítica haya bendecido de antemano al concertista y por supuesto que hayamos acabado nuestros respectivos trabajos.

Por suerte, el otro día tomé el metro, ¡si, por suerte!, porque cuando me disponía a salir a la calle, en un ensanche del pasillo, se encontraba un pianista y una violinista tocando una melodía ensoñadora, ya utilizada en el cine, todo se llenó de luz para mí, me paré, disfruté y les dí unas monedas que deposité en el estuche del violín en el suelo, que no estaba a rebosar precisamente; después emocionado les dí las gracias, pero en ese rato observé que casi nadie se paró.

Como dice mi mujer: "¿Cuándo nos vamos a dar cuenta que los ojos son para ver y el corazón para sentir?" A menudo, olvidamos que se puede disfrutar de la belleza en cualquier lugar y en cualquier momento, simplemente parándose.


GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
"El violinista"
Tinta y acrílico sobre cartón
Firmado y fechado en 2.013
Medidas: 35 x 50 cm



En Aranjuez a 22 de enero de  2.013