sábado, 21 de junio de 2014

Linda



¿Qué quieres beber?, tus ojos, le respondió él; su sonrisa al hablar distraía la hinchazón bajo esos luceros azules, hartos de aguantar las impertinencias de una clientela, digamos, poco fina. Linda, trabajaba hasta las tantas, detrás de la barra de un local al borde de una carretera general, para conseguir enviar más dinero a sus hijas y a sus padres, quienes les cuidaban en el lejano Brasil, mientras que ella se abría paso como modelo en Europa, o al menos, eso les decía cada vez que se comunicaban. Él, había llegado a esa edad en la que te aparcan como profesional estando aún lúcido, pero que gracias a una buena jubilación podía llevar una vida holgada después de dar sus mejores conocimientos y buenas relaciones en el mundo del espectáculo, precisamente sobre ese mundo había girado su trabajo. Dejó su ciudad, una buena mañana; viudo con hijos mayores y sus respectivas familias, el caso es que no parecían tener tiempo para su padre, por lo  tanto nada le ataba a el lugar que le vio nacer; cambió los aires alegres del sur por los de una gran ciudad situada en la meseta; sin  rumbo, pues no conocía a nadie pero sin embargo tenía unas ganas locas de  seguir viviendo.
 
Cuando el calor aprieta en esas noches en que los grillos pueblan el aire pringoso, aparcó el coche frente a un bar de potentes focos rosas; entró y se dirigió hasta el fondo, donde una chica morena de grandes ojos como el mar, le miró fijamente, se pidió un whisky con hielo sin apartar su mirada de la de ella, tenía buena pinta, con un aire distinguido que la apartaba de sus compañeras de curro, pintarrajeadas como puertas y con atuendos reducidos a la mínima expresión.
 
 
Acabó su consumición y le preguntó su nombre -Linda- le respondió, bajo su mirada envuelta en el humo  y las voces que colmaban el bar.
 
Hasta mañana, le dijo él.
 
                                                                        Continuará...

GREGORIO GIGORRO
"Equilibrio"
Tinta y acrílico sobre papel
Firmado y fechado en 2014
Medidas: 14 x 28 cm



En Aranjuez a  21 de junio de 2014
 

domingo, 15 de junio de 2014

A pies juntillas


Si fuera un árbol, sería una palmera porque siempre mira al sur, además no importa que le despeine el viento.
 
Si fuese un ave, elegiría ser golondrina, pues se acuerda de su infancia, las encuentra frágiles y gráciles formando círculos cuando cae la tarde.
 
Si fuera una planta, preferiría ser un junco, siempre que llega el caso se cimbrea, está fresquito y es un alivio al llegar los calores.
 
Si fuese una flor, por la mañana querría convertirse en rosa, aunque tenga espinas, mientras por la noche en un jazmín; le encanta su fragancia embriagadora.
 
Si fuera una canción, le tocaría el turno al bolero, es el alegato más elegante acerca del desamor; siempre le cantaba uno a su hijo siendo pequeño.
 
Si fuese un calzado sería unas sandalias de tacón alto, con los dedos pintados al aire.
 
Si fuera una prenda de vestir sería...
 
Buenos días, Princesa, ¿Con qué estabas soñando?




Gregorio Gigorro
GREGORIO GIGORRO
"La excursión"
Óleo sobre lienzo
Firmado y fechado en 1998
Medidas: 116 x 89 cm





En Aranjuez a 15 de junio de 2014

 

miércoles, 11 de junio de 2014

Bonito



Bonito es todo aquello que nos agrada, nos gusta, que disfrutamos cada vez que está ante nosotros, lo relacionamos con lo bueno y opuesto a lo feo; también con el concepto de bello aunque en este sentido dicho término lo encontramos digamos más elevado.

Pero también es el nombre de un pescado, el bonito, ni muy grande ni muy chico, de color plateado, recorrido por unas franjas longitudinales, de carne rosada y muy rico cuando se sabe cocinar; en otros idiomas el nombre de dicho pescado no es ni la mitad de bonito, perdón, otra vez por la palabrita.

La lengua de Cervantes posee un montón de sinónimos para designar una misma cosa, objeto o situación cualquiera que sea, lo que la convierte en algo muy sabroso, a la hora de establecer relaciones de toda índole entre los millones y millones de hispanoparlantes en todo el mundo.

Sin duda, la prolífica producción tanto en la literatura, el cine, el teatro, la música hecha en nuestro idioma ha concitado el interés creciente por su aprendizaje en cualquier parte del planeta, sin olvidar los éxitos obtenidos en el deporte así  como en la canción, llevados a cabo por profesionales no sólo españoles sino también por iberoamericanos y de otros países.

De cualquier modo hay que considerar que todo vehículo de comunicación creado por el ser humano para entenderse parte de la arbitrariedad, si bien la raíz viene de lejos, es decir nuestras fuentes son griegas y romanas. Por poner unos ejemplos, el museo, lugar donde se guardan obras de arte, se llama así porque en la antigua Grecia, frente a dicho lugar se encontraba la estatua de un héroe llamado Museo, o sea que si su nombre hubiera sido Facundo, pongo por  caso,  para ver pintura iríamos a un Facundo, así Mecenas, personaje de la antigua Roma, protector de los artistas, si se hubiera llamado Colomino, pues a los personajes que ayudan a los susodichos se les designaría por extensión con dicho vocablo; ni que decir tiene que la enumeración de casos sería interminable.

¿Porqué llamamos mesa a una mesa  y no coche y a éste gato y al felino, paraguas y éste corbata y así sucesivamente?, sería un galimatías impresionante.

Ya que nuestro código de relación existe y se fija en la Real Academia de la Lengua, aunque está continuamente en constante evolución como la vida, es de  recibo aprenderlo en profundidad y hablarlo con propiedad,  en este  sentido  la lectura y la escritura ayudan considerablemente; por no hablar de la variedad de matices y acentos que aportan todos los países hispanoparlantes, me viene a la memoria la dulzura de  los mexicanos al hablar o de los colombianos,  todo ello enriquece una  barbaridad, además en nuestro caso la cultura árabe entre otras ha enriquecido nuestro vocabulario llenándolo de vocablos sugestivos,  como almazara, jazmín, jacaranda...

Las  palabras hablan por si solas, cuando se pronuncian en un tono delicado alejado de la sobriedad castellana, destilan calma  y música en el oído, son bonitas, perdón.

Para no cansaros más, os diré que cuando uno se encuentra en Iberoamérica, siente que lo hispánico está partido en dos, es decir somos parte de un todo.

Como  decía Gabriel García Márquez, "No hay otro mundo al que nos podamos mudar".
 
GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
"Bajo la parra rojiza"
Acrílico sobre papel Arches
Firmado  y fechado en 2007
Medidas: 40 x 30 cm




Aranjuez a 11 de junio de 2014
 

domingo, 8 de junio de 2014

¡Corre, corre caballito!


Imposible, cómo va a correr un animalito de madera, encima atravesado por el medio con un artilugio que le cruza todo el lomo, cual equino de feria, ¡pues no, de ninguna manera!
 
Lo cierto es que la propia postura del animal, invita a pensar que está saltando una valla de un hipódromo cualquiera. Da igual, él lo protegía con mimo, mientras el caballito se encontraba resguardado dentro de una bolsa junto a su nuevo amo, agazapado en el vagón de un metro, atestado a esas horas, se decía: "Es curioso, hace tan solo un rato no tenía esta preocupación, es decir, hacer llegar sano y salvo a este cacho de madera sacado de un contenedor, de esos donde se desecha cualquier pieza por no importa que nimio desperfecto, este mundo es así. Todo ocurrió porque al abrir la puerta, lo vio junto a otro que era su gemelo, bajo una mesa y exclamó: "¡Qué caballos tan bonitos!", repentinamente la dueña se lo ofreció, pero se negó de entrada aduciendo que no podría mostrar sus impresiones sobre todo lo que veía si la respuesta era esa; la verdad, no le parecía bien.
 
Al final, claudicó y llegó a su casa, al otro mundo, ese donde el ruido lo ponen los pájaros por las mañanas y los grillos por las noches. Pronto le encontró un sitio adecuado y se lo regaló a ella; allí sigue el animal quieto, aunque él siempre piensa que puede saltar volviéndose a ver en aquel tiovivo al lado de su hermano pequeño, rodeado de caballos que sujetos por  barras coloreadas, atravesaban sus lomos gordinflones, subiendo y bajando sin parar de dar vueltas, y saludando a sus padres cada vez que les veían.

GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
"La jugada"
Acrílico sobre papel de estraza
Firmado y fechado en 1998
Medidas: 35 x 51cm


En Aranjuez a 8 de junio de 2014

sábado, 31 de mayo de 2014

Vestida de tul


Ella, miraba sin ver desde sus ojos azules, con su vestido pomposo de bailarina, con sus zapatitos rosas, como su vestido rosa, junto con otras tantas muñecas desde el escaparate, frente a la gran avenida por la que discurrían, como siempre un rio de gentes de miradas vidriosas, sin ver quizá, ensimismados en sus mundos, que se cruzan sin tocarse.
 
Ella, siempre quiso tener una muñeca, siempre, pero no llegó, hasta que su hija mayor, se la regaló, pasados los ochenta años; ya supo esperar.
 
Ellas, vestidas de forma ordinaria aunque aparentemente elegantes, arrastraban sus vestidos acompañadas por sus parejas con trajes embutidos que más bien parecían prestados, hasta la entrada principal de la iglesia, bajo la mirada pétrea de la virgen rodeada de ángeles; mientras esperaban la llegada de la novia, que por fin llegó como si fuera a una fiesta de verano, casi dispuesta a refrescarse en la piscina de un chalet en una calurosa tarde; nada más lejos de la intimidad que requería la supuesta celebración. En el interior, la elegante e inmensa nave parecía mucho más grande, quizá por el vacío, por la vacuidad de un espectáculo sin gracia, sin casi sentido.
 
Él, abre la portezuela de un despampanante coche negro y, ¿qué ve?, pues a ella vestida de blanco impoluto con su mirada clara, su franca sonrisa y su corona de flores blancas sobre su cabeza. Él, la apretuja colmándole de besos y le dice: "Buen día, princesita"; y da un portazo diciéndole sinceramente adiós con el brazo en alto, antes le ha entregado una caja con una preciosa muñeca, vestida de bailarina; a lo mejor no se esperaba ese obsequio, pero él cree que será de su agrado.
 
Ella, con sólo diez años recién cumplidos no ha necesitado tanto tiempo para mecer a esa muñeca que de golpe y porrazo ha abandonado a sus compañeras de vitrina, como tampoco, para recibir todos los regalos que en ese día le harán. Así es la vida.
 
Gregorio Gigorro
GREGORIO GIGORRO
"The treasure"
Acrylic on paper
Signed and dated in 2011
Dimensions: 30 x 50 cm


Aranjuez, 1 de junio de 2014
 

sábado, 17 de mayo de 2014

Celebración


Se encontraban sentados a la mesa preparada para la ocasión, mientras se agarraban con mimo las manos hablándose con ojos tiernos.
 
Abajo la plaza redonda les envolvía, ellos comenzaron a desmenuzar sabrosos recuerdos, entretanto las sombras cubrieron todo de ensueño, la noche se puso íntima como un patio de vecinos. El silencio campaba a sus anchas, solamente roto por el chorro monótono de la fuente y por el canto de algún grillo despistado. La luna, como una guadaña, rasgaba el firmamento y un montón de estrellas se desparramaron por doquier.
 
¿Qué quieres tomar? -El fresco-, le respondió ella.
 
 
GREGORIO GIGORRO
"Pilar"
Tinta y Acrílico sobre lino
Firmado y fechado en 2014
Medidas: 40 x 40 cm





Aranjuez, 17 de mayo de 2014
 
 

domingo, 11 de mayo de 2014

Teatro


No era difícil imaginarse una representación teatral, sentado en aquel lugar magnífico, dos mil años atrás; sobre todo siguiendo las amenas explicaciones de la guía, que si no le gustaba el trabajo representaba estupendamente su papel.
 
El público engalanado para la ocasión se acomodaba según su posición social: las autoridades se situaban cerca de la escena, los solteros separados de los casados, los más pudientes vestidos de blanco, los niños acompañados por sus pedagogos y las mujeres a otro lado, así hasta completar el aforo.
 
Ha llovido mucho desde los tiempos de Augusto, pero el hecho, es que sigue siendo el escenario perfecto, cada verano y desde hace mucho tiempo, para celebrar el Festival de teatro clásico en la antigua Emérita Augusta.

La acústica es maravillosa, lo pude comprobar escuchando a un coro, que nos sobrecogió, sus voces dulces y rotundas resonaron bajo la imponente columnata, bellísima por cierto, de clara raigambre helenística; su forma longitudinal se contrapone al enorme graderío semicircular, justo en el centro de ésta se abre un eje perpendicular ocupado por un jardín florido bajo arquerías, por el que es fácil imaginar a los "escogidos" paseando al finalizar cada función. Ni que decir tiene que no siempre estaban presentes los autores clásicos, como Sófocles o Eurípides; cuando el público era el pueblo se representaban piezas que rayaban en lo soez; de cualquier forma desde los griegos, los dramaturgos se  ocuparon de hablar de los sentimientos más importantes, como el amor, los celos, el odio, el poder, la gloria..., y estos no han cambiado a grandes rasgos a lo largo del tiempo,por eso nos siguen importando tanto. Por  otra parte, el teatro no era puro "teatro", como decía el bolero; era el centro cultural de la época, al igual que el anfiteatro vecino de aquel. Era el lugar donde se expresaban los ideales del Imperio; en muchos casos los espectáculos eran pagados por una persona solvente (Auditor) que tenía otras miras más altas, por ejemplo, el hecho de subvencionar, hablaba de su buen nombre y le allanaba el camino para conseguir sus fines. Trajano, antes de llegar a ser emperador, llevó a cabo una serie de actuaciones públicas que mejoraron su imagen de cara a la plebe.
 
Roma supo extender su mejoras en todos los territorios conquistados, desde la red viaria pasando por las relaciones comerciales, la ingeniería, el arte, sin olvidar el Derecho, que sigue siendo primordial para nuestra sociedad. Pero el tiempo lo muda casi todo, hasta hacerlo poco reconocible; aquella esplendida ciudad como tantas otras, quedó sepultada permaneciendo dormida, hasta que en 1910 comenzaron las excavaciones, sacando a la luz el anfiteatro, el  teatro, el templo de Diana y numerosos vestigios de aquel pasado.

En los años 80 del siglo XX se procedió a construir el Museo de Arte Romano, de soberbia factura y con un importantísimo contenido en cuanto a las piezas custodiadas; pues bien al comenzar los trabajos de cimentación descubrieron una porción de un barrio de época augustea, con sus calles, casas, pavimentos, columnas...; imagínense que hubieran encontrado de haber continuado. Y es que Mérida está por descubrir, si vienes a verla, te deslumbrará, hasta tal punto que los desmanes cometidos con posterioridad quedan empequeñecidos ante la grandeza de los restos hallados. Sin ir más lejos, el embalse de Proserpina construido en aquel tiempo sigue abasteciendo de agua a la ciudad.
 
Como dice el dicho: "Quien tuvo retuvo"
 
GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
"Boceto para un foulard"
Acrílico, tinta sobre cartón
Firmado y fechado en 2014
Medidas: 75 x 25 cm


En Aranjuez a 10 de mayo de 2014