martes, 21 de junio de 2022

Nostalgia

 

¿Cuántas pisadas habrán soportado los guijarros relucientes de la plazoleta?

¡Qué no habrán visto y  oído los naranjos alrededor de la fuente!

¿Cuántas personas se habrán sentado sobre el friso que las rodea?

Con el sonido sinuoso y refrescante del surtidor; 

¡Cuánto recuerdo que de golpe aviva la memoria!

Después de recorrer el dédalo de callejuelas, 

de paredes blancas con geranios enrejados, 

desembocaron en aquel lugar recoleto. 

Un padre vigilaba de cerca al niño que no cesaba de jugar con el agua,

sin poder retenerla en sus manitas, 

mientras la madre velaba el plácido sueño de la niña sentada en su cochecillo.

¿Cuántas personas habrán hecho eso mismo?, descansar sin más,

otras tantas lo harán asi pasen mil años.

Hace más de veinte, ellos se detuvieron allí, sus hijos eran pequeños, ellos jóvenes,

alegres y confiados paseando por aquella ciudad que ya huele a mar.

La vida es un suspiro, pasa demasiado deprisa. 

"Yo tenía veinte años, de repente tengo ochenta", era una frase de Jean Cocteau;

no andaba descaminado.

Las cosas encierran sin saberlo, multitud de secretos calladamente, 

cuando menos te lo esperas un olor, un sabor, qué se yo...,

el detalle más diminuto te transporta de golpe hasta otras épocas de tu vida,

sin beberlo ni comerlo el tiempo se esfuma sin poderlo retener aunque sí 

rememorarlo.

GREGORIO GIGORRO
"Capricho" (fragmento)
Técnica mixta sobre papel 
Firmado y fechado en 2020




En Aranjuez a 21 de junio de 2022



sábado, 4 de junio de 2022

Sol y sombra

 

En los aledaños del coso, el ambiente era festivo, como no podía ser de otra manera.

Los caballos estaban siendo enjaezados para el espejo plaza, los utileros descargaban de los coches las herramientas para la faena, al igual que los picadores vestidos con traje de luces; también los fotógrafos prestos para captar ese rostro llamativo o aquel personaje conocido que se dejaría caer ante tal acontecimiento; los bares y restaurantes atestados de clientes, los policias vigilantes, los sombreros cordobeses, los abanicos...

Los señores y señoras, público en general arreglados para la ocasión iban tomando poco a poco asiento para disfrutar de la corrida.

El aire olía a humedad después de regar aceras, calzadas y el albero, bajo el cielo azul intenso la plaza aparecía abarrotada, "una buena entrada", como díría un entendido, el viento ligero daba un respiro a la tarde calurosa de este mes de mayo.

Suena la música y comienza el festejo; los toreros, sus cuadrillas, los mulilleros, barrenderos y demás personal detrás de los alguaciles a caballo desfilan con garbo.

Los acordes de un pasodoble resuenan justo encima de ellos, el olor a puro se masca, se oye el ruido de los abanicos, de los vendedores de bebidas y los olés del gentío mientras el primer diestro se arranca por naturales, los aplausos son sonoros, sentidos, algún pito que otro hay, hasta llegar a la suerte de matar, después de picar y banderillear al astado. Se produce un inmenso silencio, el torero se enfrenta sin remedio al toro, es la hora de la verdad, uno de los dos saldrá indemne.

Hacer de la muerte una fiesta defendiendo la vida, llevado a cabo como si fuera una liturgía, rezumando arte por los cuatro costados; tiene que gustar mucho, aunque quizá sea díficil de comprenderlo.

A mi me conmueve, es emocionante, el vello se me eriza y los ojos se humedecen, ¿porqué será?

Puede que recuerde las ocasiones en que mis padres me llevaban a los toros, él fumaba un puro, ella se abanicaba, los dos no perdían ripio del ruedo, también comían, reían... como muchas otras parejas corrientes.

A la atracción por los toros no le va a la zaga la que siento por los caballos, desde bien pequeño a él le pedía que me me comprase uno, después de mucho insisir tuve que conformarme con los caballos de papel que mi padre dibujaba a petición mía. Me siguen gustando los toros, los caballos y a ella la madre de mis hijos, además los trajes de faralaes; también persistió en lo mismo a su madre, ésta no lo consideró oportuno y  se condujo de igual manera que mi padre, nos quedamos sin lo uno ni lo otro,

Asi que cualquier día ella se vestirá de esa guisa y yo de corto con sombrero cordobes y botas camperas sobre un hermoso caballo.

Dejar cualquier cosa en el tintero si te importa de verdad no es de recibo, total vivir son cuatro días y la mitad transcurren durmiendo.

¿Te quedan muchas faenas qué rematar?

GREGORIO GIGORRO
Boceto taurino
Firmado y fechado en 2022


En Aranjuez a 4 de junio de 2022




domingo, 22 de mayo de 2022

Abd al Rahman III

 

Él, que todo lo tuvo: dominador de territorios, poseedor de multitud de riquezas, excelente en sus relaciones con otros estrategas, dueño de la vida de sus súbditos y defensor de su fé, que sin embargo a su muerte, entre sus papeles se encontró un diario donde figuraba que solamente fue feliz catorce días de su larga existencia, ni siquiera seguidos.

Al-Nasir era su sobrenombre, en español "el vencedor", nació en el año 890 y murió en el 961, faltaban aún 15 años para terminar Medina Azahara, la ciudad construida a las afueras de Córdoba, de la que se decía tenía 14.000 puertas y 4313 columnas traídas de Bizancio, Roma y de distintos puntos de la Península Ibérica.

Antes de cumplir los 23 años comenzó su reinado, habiendo sucedido a su abuelo porque éste mandó matar a su padre a causa de una conspiración. La sucesión no era cuestión menor pues los emires tenían una copiosa descendencia de distintas esposas, pero al ser del mismo padre, todos los hijos eran legítimos; para evitar males mayores se les alejaba de palacio, viviendo en almunias, a las afueras de la ciudad.

Él se crió con el abuelo, se cuenta que era un joven de carácter discreto y muy estudioso, que sabía quien había matado a su padre y quizá Abdalah, su abuelo buscaba en el nieto algún rasgo del hijo desaparecido, alimentando asi el miedo a cualquier cambio que pudiera perjudicarle, quizá de esta manera empezó a nacer ese miedo a lo largo de su vida hasta el punto de tener a un verdugo siempre cerca de él, no se fiaba de nadie, aunque quizá el único que le conoció y por eso no le temió fue su médico que para más señas era judio, se ocupó de su salud con esmero aunque como es natural no pudo impedir que la muerte le venciera.

Doblegó a los rebeldes andalusíes, puso a raya a los reinos cristianos y extendió su poder por el norte de África; hablaba de igual a igual con el emperador bizantino y con el del sacro imperio, cuentan que era de rostro atractivo, piel clara, ojos azules y cabello rubio, también era generosos, refinado, de hecho fue poeta, pero también cruel y sanguinario hasta la saciedad, tanto que en presencia de la corte mandó decapitar a un hijo por conspirar contra él; le sucedería el hermano del finado, Al-Hakam, quien terminaría la famosa ciudad a las puertas de Córdoba, empresa que le obsesionó sobremanera, porque para él era una forma de perpetuarse en la memoria, emulando a egipcios y romanos.

Su descendencia fue abundante, tuvo 11 hijos y 16 hijas, fue el primer califa de Occidente, asi se desgajaba de los Abasíes, fue el más tolerante de los Omeyas pues en Córdoba vivían árabes, judios y mozárabes, convirtió a la ciudad en la más poderosa de aquella época, nunca pudo imaginar que todo aquello por lo que luchó se fue al traste a los 50 años de su muerte; después de vivir 73 años, este hombre que tuvo el mundo a sus pies, consiguió que su saldo en cuanto a la felicidad se redujera tan solo a 14 días.

Qué poco hemos cambiado en lo esencial, ¿dónde estriba, de qué depende?, si el ser humano está en principio dotado para conseguir lo que quiera, si al parecer tener o no poseer bienes materiales a fin de cuentas eso no debe ser la clave, lo digo por la experiencia vivida, y si probaramos con ser más que con tener, puede que esa ansiedad por la lucha de poder, esa falta de calma, tal vez nos ayudaría en la medida de nuestras posibilidades y circunstancias a conseguir ese estado tan apreciado por el hombre que sin embargo desaparece como la arena en las manos o las pompas de jabón, reduciéndose a momentos aislados en muchos casos. Pocas personas con relación a miles y miles en nuestro planeta y a través de tiempos inmemoriales han sentido y vivido prolongadamente en el tiempo la ansiada felicidad.

¿Qué es para tí la felicidad?

GREGORIO GIGORRO
Bandeja elaborada en Centro cerámico de Talavera
2022


En Aranjuez a 23 de mayo de 2022



lunes, 16 de mayo de 2022

Desacierto

 Había cumplido su sueño: rezar el día de Santa Clara en el Vaticano, después de atravesar la majestuosa entrada, donde a ambos lados se encuentran situadas dos esculturas Berninescas de Santa Teresa y San Juan de la Cruz, tuvo que escuchar con estupor la pregunta del vigilante, "¿Viene a rezar?, pues claro respondió; escuchaba los disparos de las cámaras fotográficas como si de un circo se tratara: rezar en la capital del catolicismo".

La noche anterior se habían enfadado, quizá pensó que la solución era ir hasta la Plaza de San Pedro. A la misma hora él desde la Placeta de Villa Medici sabía donde estaba ella, tuvo un intento de darle una sorpresa, presentándose en la Basílica, seguro que se habría sorprendido, pero se entregó al disfrute solitario de esa ciudad a la que adoraba.

Ahora ella pensaba, me he enfadado, perdiendo un día para estar juntos, quizá el último.

Mientras que la aeronave descendía en picado, pegado a la ventanilla él pensaba, qué ridículo, no me he despedido de mis hijos, de nada, todo está prendido con alfileres, no he acabado nada.

Con todo eso como previsora que era hizo cálculos, sumando y restando; no se debían de preocupar, sus retoños podrían respirar tranquilos una temporada, les pagarían el seguro de sus padres,

Entre tanto el pasaje estaba en su mayoría histérico, no era para menos.

Por una extraña razón, ellos aceptaron el destino estoicamente, se dieron un besito y ...., aterrizaron por fín, tomaron un taxi y más tarde el condujo su propio coche hasta su casa, al poco rato sentados en la cocina bajo el silencio de la noche, pensaron: "De buena nos hemos librado. Ni que decir tiene que dieron mil gracias por estar a salvo, sintieron y se dijeron que no volverían a hacer la idiotez que hoy 11 de agosto hemos hecho.

Esa misma mañana paseaban solitarios por Roma, por la noche a la altura de Guadalajara todo podría haberse convertido en polvo, nada más, todo se habría esfumado; no solo su vida sino la de 150 personas más en un santiamén.

La vida de cualquiera puede dar un vuelco en unos segundos y no vivir para contarlo.

Gregorio Gigorro

En Fuengirola a 16 de mayo de 2022

domingo, 8 de mayo de 2022

La condesa de Lebrija

 

Desde bien jovencita apuntó maneras, ya a los trece años empezó a coleccionar objetos antiguos, su familia perteneciente a la nobleza también lo hacía sobre todo en el terreno pictórico; era lógico que a ella le gustara pues todo lo que se cria, termina aflorando.

Se casó en la Moreda, la residencia familiar, enviudó sin tener descendencia y consagró el resto de su vida a salvar de la destrucción y del olvido obras de arte antiguo, para ello ya sin marido compró el palacio de la calle Cuna, próximo a La Encarnación, le rehizo completamente para poder colocar todo su legado, debido a las medidas de los mosaicos romanos se estructuró dicho espacio prolongándose las obras más de diez años, convirtiéndose en la residencia noble con más pavimentos romanos del mundo, donde conviven éstos tesoros de temas mitológicos con yeserías árabes, columnas renacentistas, brocales, esculturas, zócalos...; la escalera principal sin ir más lejos proviene del desaparecido convento de San Francisco, es un delirio imponente de la cerámica del XVI. El piso noble custodia el mobiliario de la casa, repleto de alfombras, cuadros, vajillas, lámparas... en su mayoría del siglo XIX.

Todo ello aderezado con patios, galerías, adornados con helechos, geranios, clivias y otras tantas especies, en fín un museo muy especial en el corazón de Sevilla.

Esta riqueza arqueológica procede de Itálica, ciudad romana fundada en el CCVIII a.c. por Escipión El Africano, cuna de emperadores como Trajano y Adriano, sepultada bajo el actual Santiponce, debajo reposan aún una parte de la urbe.

Gracias al tesón y al dinero de la condesa se salvaron del abandono verdaderas maravillas, del opus tessellatumi, debido a su impulso la arqueología tomó nuevos bríos sin escatimar esfuerzos; además en la casa se organizaban tertulias con personas de diferentes ámbitos, sobre todo vinculadas a la cultura y a la política como Sorolla o Huntington entre otros, se sabe que este último participó en las excavaciones. En dichas veladas ella perseguía concienciarles para salvaguardar nuestro inmenso patrimonio; a la vez se dedicó a mejorar la vida de sus semejantes, construyendo para ello un hospital para niños desfavorecidos en Dos Hermanas, pueblo próximo a la capital Hispalense, fue la primera mujer en ingresar en La Real Academía de Santa Isabel de Hungría y su ciudad agradecida por la labor llevada a cabo la nombró hija predilecta en 1917.

Se da la circunstancia que nació en 1851 en Sanlúcar de Barrameda, el mismo año que otra mujer de rompe y rasga, doña Emilia Pardo Bazán, a la que no le pusieron nada fácil reconocer su valía en nuestro país.

Doña Regla Manjón y Mergelina que asi se llamaba nuestra condesa, vivió en su casa hasta el final de sus días; al no tener descendencia la herencia pasó a un sobrino quien tampoco la tuvo hasta llegar otro miembro de la familia con hijos; pues bien debido a la sensibilidad de éstos podemos disfrutar del increíble patrimonio aqui conservado, es un ejemplo pero no el único.

Por todo ello es un monumento de primer orden que merece más que una visita.


GREGORIO GIGORRO
Fuente de la serie Angeles pintada a mano
Centro Cerámico de Talavera






En Aranjuez a 8 de mayo de 2022



domingo, 24 de abril de 2022

Angustia

 Los días eran una fiesta continua para aquella familia, sin embargo las noches eran harina de otro costal, la casa parecía convertirse en algo vivo, un ser que se enseñoreaba del lugar como si le perteneciera.

¿De quién eran esas pisadas arrastradas en el piso de arriba?, allí dormían los niños como angelitos, ella les acababa de arropar. ¿De dónde venía ese olor nauseabundo en la habitación del fondo?, de la que los perros huían despavoridos y no salía ni con lejía día tras día. ¿Quién encendía y apagaba bruscamente las luces de aquella casa, cuando caía la noche?, mientras todos dormían o quizá no.

Así llevaban más de diez años en aquel caserón alquilado para las vacaciones, adosado a la iglesia de aquel pueblo cercano a Barcelona; donde vivían días alegres y largos cada estío, la familia y sus amigos disfrutaban de lo lindo pero cuando caía el sol se sentía un peso denso, una presencia, algo que tomaba posesión del lugar enseñoreándose, recorriendo cada rincón, impregnando todo de un aire lúgubre e inquietante.

No conseguía acostumbrarse a ver que los cacharros de la cocina se caían ni que la tocaran en la cama mientras su marido dormía a pierna suelta; la ponía de los nervios, las sombras se paseaban sin poder atraparlas ni olvidarlas, sin saber qué era aquello, ella se despertaba sudorosa, alterada pues los toqueteos se repetían, las pisadas, los ruidos, el hedor insoportable. En ciertas ocasiones algunos de los suyos por el día hacían alguna broma sobre lo jaranero que había estado el fantasma pero nada más.

Aquella noche era particularmente calurosa, el cielo desde por la tarde se había ido encapotando y el viento empezaba a soplar con fuerza; que las vigas sonarán o las puertas no cerraban bien estaba dentro de lo lógico sobre todo allí.

Se marcharon pronto a la cama, antes de esto su cuñado entró en la alcoba para pedirle el despertador, al marcharse cerró la puerta y en un segundo sintió que penetraba en la habitación algo; intentó quitarle importancia y se tumbó en la cama, él se durmió pronto porque tenía que madrugar.

El calor chorreaba por todo su cuerpo, esa presencia, ese ser deforme tal vez una sombra se paseaba sin cesar por el lugar, a la vez que el techo se iluminaba de tanto en tanto con los relámpagos, los truenos daban la réplica al crujir de las vigas mientras la lluvia descargaba con furia sobre los cristales, entre tanto ella percibía que ese ser iba y venía por la habitación vertiginosamente, con sus nervios a flor de piel, moviéndose continuamente, de pronto se produjo un silencio, todo pareció calmarse  y ella se incorporó en el lecho abriendo de par en par los ojos. Una negra sombra como una nube flotaba en lo alto, ella estaba petrificada, agarrotada sin atreverse a moverse ni un ápice.

En un santiamén aquella extraña figura se precipitó propinándole un sonoro tortazo que le cruzó la cara, dejándole dolorida, atónita, buscando de donde venía aquello que se escurría y que acaba de golpearla con contundencia, rompió a llorar amargamente, sin saber quien había sido el autor, al mismo tiempo se agarró a su marido que con su llanto se despertó sobresaltado.

La tormenta había acabado, ella estaba hecha un mar de lágrimas, desquiciada por los nervios y a punto de reventar, el vaso de la paciencia se colmó y se derramó a raudales.

Dejaron aquella casa para siempre.

El abandono hizo estragos en aquel caserón, con peligro de derrumbe se demolió y al retirar los escombros quedó al descubierto un cementerio repleto de tumbas, mausoleos al lado de la iglesia.

Sin saberlo habían perturbado el sueño eterno a otros seres, ya desaparecidos de la faz de la tierra; y a los muertos hay que dejarlos en paz porque sino las almas de éstos pueden molestar seriamente la vida de los vivos.

Gregorio Gigorro



En Aranjuez a 24 de abril de 2022



miércoles, 20 de abril de 2022

Inolvidable

 El montón de sensaciones, de sentimientos que te embargan, conmoviéndote ante el tamaño despliegue de toda una ciudad engalanada más, si cabe para la celebración; cómo olvidar el desfile de cientos de nazarenos, de niños vestidos igual que los mayores ofreciendo caramelos a los que les ven pasar, la música rotunda y solemne guardando impecable el compás, mientras los hombres vestidos de traje sobrios, ellas con mantilla, peineta y de riguroso negro aguardan sin prisa la llegada del Paso, llevado con primor por los costaleros ocultos bajo éste.

Imposible obviar el intenso olor a incienso, a velas, a cirios, también a azahar bajo un cielo límpido o cobijados por la luna.

El pueblo se vuelca en este espectáculo de fe donde no cabía un alfiler en todo el recorrido, donde nadie es impasible, donde todo es importante y gozoso, cuidando hasta el más mínimo detalle.

Miles de miradas confluyen en La Macarena, El Cachorro, la Esperanza, Jesús del Gran Poder y otras imágenes, todas soberbias y ricamente ataviadas, representantes del fervor popular que sobrepasa las creencias entroncando con lo antropológico, conviviendo en armonía lo profano y lo religioso en una ciudad irrepetible como es Sevilla, clásica y barroca por demás.

Es difícil captar por muy fino que sea el objetivo, esa fragancia que destilan los arreglos florales, la intensidad de unos ojos, la densidad de una vela, lo umbroso de un patio, la calma del Guadalquivir bajo el puente de Triana, grácil y fuerte a la vez o la risa de las campanas de la Giralda muy de mañana, el domingo de resurrección.

Hay que vivirlo para poder contarlo, señores; y siempre te quedarás corto porque es exuberante la abundancia de detalles, imposibles de enumerar pues la riqueza en sentido amplio nos viene de lejos.

Nosotros disfrutamos del poso de tanta historia con la consiguiente tradición trasmitida de generación en generación, vigente hasta el día de hoy en la celebración de la Semana Santa aquí y por ende en toda España.

Ven y verás canela fina.


La Esperanza Macarena



En Aranjuez a 21 de abril de 2022