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sábado, 14 de abril de 2018

"DESI" Tercera parte


Ambrosio campaba a sus anchas disfrutando como un niño por el campo de su infancia, Daniel al poco de llegar le comentó con ojos vivarachos que en la granja sucedían cosas curiosas durante una comida, el tío no dijo nada mientras comía el sabroso guiso; un buen día dejó atrás los confines de la explotación agraria y se tumbó en un prado reventado de amapolas y flores amarillas aspirando el aire suave que corría, sintiendo el silencio, acariciado por el sol se durmió plácidamente. De pronto le despertó una canción y, ¡nada menos que Suspiros de España!, se incorporó, oteó el horizonte y no había nadie, ni nada de nada, hasta que vio estupefacto a una gallina rodeada de florecillas como si fueran un público mudo, cantaba con una gracia y una seguridad aplastantes, boquiabierto solo reaccionó al zumbido de una abeja, tragó saliva sin poderse mover, esperó a que terminara la actuación y con mucho sigilo se alejó para no asustar al animal.

Aquella noche, tomando el fresco se lo contó al sobrino con  emoción, de pronto le revolotearon un montón de ideas en su cabeza; podría ser la bomba, la atracción mas rutilante jamás vista -se decía para sí-,  pero necesitaba de la ayuda de Daniel, éste se mostró encantado y muy ilusionado.

Tenía que crear una ambiente de confianza en Desi, para que ésta cantara, Daniel le dijo que su repertorio era amplio, desde la copla, el bolero, hasta la opera.

El primer asunto se saldaría colocando a su lado un plato de comida sobre un mantel verde y grande para que así se encontrase como en casa y recordara la granja.

Oye, pan comido, hicieron la prueba con música estando presente Ambrosio y salió redonda la actuación, nuestra gallina estaba en su salsa, Ambrosio vio en Desi la gallina de los huevos de oro. De este modo a la primera actuación le siguieron un montón más, la prensa se hizo eco de un acontecimiento inaudito, una gallina cantaba como una prima donna del bel canto, no había género musical que se le resistiera.

Y es que la vida incluso en el caso de nuestra Desi te da sorpresas cuando menos  te lo esperas, y sin son agradables pues mucho mejor.

GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
"La cabra Lola"
Cartón fallero, pintado  y barnizado
2017


En Aranjuez a 14 de abril de 2018





domingo, 28 de enero de 2018

La segunda parte de Desi


 No le gustaba la rudeza de su amo, sólo preocupado por el producto copioso de nuestra gallina, quien se quejaba a la vaca Paca; ésta a su vez le respondía: "Desi, no te lamentes, lleva un porrón de tiempo tocándome las domingas y ni un besito me ha dado, ¿qué quieres?, los humanos son así, les interesamos cuando ganan con nosotros, nada más".

Eso depende -Le respondía Desi-

Porque Daniel es cariñoso conmigo, me cuenta cuentos, yo le correspondo cantando.

No me digas, qué calladito te lo tenías.

Así era, porque entre huevo y huevo, ella cantaba y veía sorprendida como el adolescente se sentía encandilado, tan embelesado estaba que un día durante la comida se lo contó a su padre, éste no dio crédito. Papá, parece una cantante de ópera.

Nuestra gallina en sus ratos libres no paraba de imitar los gorgoritos que las primas donnas entonaban, los lamentos de amor ante los desdenes de sus enamorados.

Día tras día el joven dueño se deleitaba con la rareza del animal; tanto insistió Daniel con  su tozudez que escondido tras el tractor esperó como le había indicado su hijo, a la actuación de Desi. Poco a poco comenzó a desgranar las notas de Madame Butterfly sin interrupción, al terminar se oyeron unos tímidos aplausos cerca de allí, posteriormente recibió como premio unos suculentos bichitos que degustó lentamente.

El amo se quedó boquiabierto y pensativo en su escondrijo, pasó la semana y después otra y otra más, la vida transcurría en la granja plácidamente. Los gorriones seguían con sus sones, las cabras como cabras, las vacas dando leche, las gallinas con lo propio y Desi con sus cánticos.

El amo no la miraba igual, incluso empezó a ser tierno con ella, ésta se encontraba más cómoda, más relajada cuando le veía, sin sospechar a qué se debía este cambio.

Mira tú por donde sin venir a cuento, apareció Ambrosio, el hermano pequeño del jefe, pasaba con su circo cerca de allí, pues estaba de gira por aquellas tierras y le entraron unas ganas locas de volver a estar donde pasó su infancia; la vida del espectáculo le obligaba a moverse de un lado a otro. Pensó que un descanso le vendría bien.

En el mercadito de la Iglesia de San George
2017



En Aranjuez  28 de enero de 2018