domingo, 1 de marzo de 2015

Mañana



Cualquier día de éstos, terminará el crudo invierno que deja los campos yermos, que más parece un desierto que otra cosa.
 
Cualquier día, le despertará el estruendo de los pájaros revoloteando, los brotes como por arte de magia, empezaran a hacerse notar, el deshielo desde las altas montañas inundarán los valles de frescor y verdor.
 
Cualquier día, volverán juguetonas las mariposas, por arte de magia poblaran todos los jardines.
 
Cualquier día de éstos, él abrirá la ventana de par en par y entrará un sol radiante, colmándole los pulmones.
 
Cualquier día de éstos, la primavera renaciente anegará hasta el último rincón de su casa y se sentirá tan a gusto que no querrá marcharse nunca.
 
 


GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
"La gorda y el flaco"
Acrílico y tinta sobre lienzo
Firmado y fechado en 2015
Medidas 33 x 41 cm




En Aranjuez a 1 de marzo de 2015

domingo, 22 de febrero de 2015

Lena


Subió gateando sin darse un respiro, detrás de algo azul, se le antojaba un pájaro con muchas alas que el viento zarandeaba sin parar; así llegó hasta la copa del árbol más alto de la calle, cuando estaba a un tris de alcanzarlo, se lo arrebató el incansable aire,  con la boquita abierta y sus ojillos verdes de par en par, se quedó de una pieza, al mirar hacia abajo, le dio un vuelco el corazón, ¿qué hago? -se preguntaba-, al  rato, apareció un gorrión y  le contó sus cuitas, pero éste le dijo de la premura que tenía por conseguir comida para sus pajarillos y se marchó brincando de rama en rama.
 
La gatita no veía nadie a quien acudir, lejos de  su casa, además empezaba a sentir sed. Más tarde apareció un saltamontes, habiéndole contado lo que le ocurría el insecto le dijo que necesitaba encontrar un hueco en el tronco donde guarecerse del frio de la noche.
 
Al poco, apareció una mariquita que tampoco pudo ayudarle pues tenía una cita con su amiga Pepa, una mariposa muy presumida le decía, pero el único que logró distraerlo fue el mirlo que no paraba de cantar y al menos pudo deleitarse un rato con sus trinos.
 
El día iba transcurriendo, el sol empezaba a calentar y su estómago a sonar; sin atreverse a moverse, pues era tan miedosa como curiosa. Sin embargo sus sentidos maullidos fueron oídos por casualidad por Curra, la vieja perra de la señora Herminia que paseaba por allí con otros perros del barrio, ella conocía muy bien la  voz de nuestra gatita,  miró hacia arriba diciéndole: ¿Pero qué haces ahí?, ¡Baja inmediatamente, si no quieres preocupar a nuestra ama!
 
De una carrera, con mucho ruido,  pues el tropel de sus acompañantes no era para menos, fue a buscar a su dueña, quien tenía el mismo olfato que Curra, llegó a grandes zancadas hasta el enorme árbol. Llamó a Lena a voz en grito, agitando un pañuelo azul; el felino sorprendido por el objeto zarandeado, bajó en un periquete, comprobando con asombro que era semejante al que ella había perseguido.
 
Repuesta del susto, se dejaba dar lametones de la vieja perra en sus orejas, mientras tomaba el sol  repanchingada tan ricamente.
 
 
GREGORIO GIGORRO
Pepi and the cat
Acrílico sobre cartón
Firmado y fechado en 2013
Medidas: 35  x 50 cm



Aranjuez a 22 de febrero de 2015
 

domingo, 15 de febrero de 2015

La colección Abelló


Seguían guardando en su interior ese nerviosismo de antaño, cuando esperaban a abrir algún regalo inesperado; por eso esperaron pacientemente la fila de acceso a la muestra, bajo la monumental fachada del palacio de Cibeles, en una risueña mañana, de un frio domingo de enero. Una vez dentro, empezaron a saborear con parsimonia cada pieza, como lo que es, algo único y exclusivo, atesorado poco a poco por dos personas guiadas por el buen gusto y el corazón a la par; y eso se nota, de ello, ellos dos sabían algo.
 
Pues no creo que sea de recibo acumular obras pictóricas o cualquier objeto artístico, únicamente siguiendo la moda imperante, teniendo en cuenta que el comprador lo que quiere es disfrutar de lo comprado, sin menospreciar la inversión que pueda reportar a posteriori.
 
En la colección Abelló, hay diferentes apartados de distintas temáticas (paisajes, retratos, bodegones), de muchas épocas y diversos estilos que dialogan sin problemas estéticos, en un feliz montaje, primando siempre la calidad de las obras expuestas. Aunque en lo mostrado, se aprecia mayor cantidad de trabajos españoles, también están representados talleres italianos o germánicos y no se limita a un momento histórico sino que comienza con el gótico internacional hasta llegar a Bacon, pasando por el renacimiento, el barroco, el neoclasicismo y el arte de nuestro días; no creo que mi papel sea facilitar la enumeración de las ciento sesenta piezas colgadas, como los autores en este caso no se van a enfadar, puedo deciros que me encantó la maternidad del Divino Morales, el joven gallero de Murillo, el jardín de Rusiñol, la playa de Sorolla o el doble trabajo de Modigliani, sin olvidar el clásico óleo de Picasso, soberbio en mi opinión; mención aparte merecen los dibujos tanto del malagueño como de Schiele y otros.
 
Enhorabuena, por este regalo en el corazón de Madrid, ojalá que muchas personas disfruten con ello tanto como nosotros; pues gracias a la labor de coleccionistas como el Señor Abelló, los artistas hemos podido vivir desde tiempo inmemorial de nuestro trabajo. La figura del mecenas es primordial para el desarrollo del arte y su supervivencia, es el patrimonio que vamos a dejar a las futuras generaciones, por lo cual sería conveniente que la cultura fuera un asunto de Estado, pues es algo que prestigia a quien lo fomenta, ayudando a crear una imagen personal y duradera frente al resto del mundo.
 
GREGORIO GIGORRO
"A correr"
Óleo sobre lienzo
Firmado y fechado en 2011
Medidas: 19 x 59 cm




En Aranjuez a 15 de febrero de 2015
 

sábado, 14 de febrero de 2015

Pedro



A buen seguro, que le criaron entre algodones, fue el más pequeño, el tercero, el inesperado; vino a este mundo una primavera muy lluviosa, aquel mes de abril se calaron hasta las ideas. Creció robusto, risueño y muy juguetón, era el juguete de sus padres y hermanos, aunque un poco torpe de movimientos; empezaron a darle importancia cuando notaron que el niño no hablaba y su mirada vagaba absorta por su habitación, en el parque, en cualquier lugar..., y comenzó el rosario por las consultas de médicos de todas las especialidades, para diagnosticar su estado.
 
A pesar de todos los esfuerzos, no evolucionaba ni de lejos, como el resto de sus hermanos, deportistas, buenos estudiantes y ejemplares hijos. Pedro, seguía parado, sin parpadear, inmóvil sin dejar de mirar los trenes incansables que llegaban y partían desembuchando ríos de personas.
 
Él, continuaba en su mundo, de pie; su madre así parecía, se dio cuenta de la presencia de un hombre de mediana edad que le observaba también sin perder ripio, la mujer se le acercó y con voz cansada le dijo: "Lleva cuatro horas sin moverse, sin dejar de ver, el ir y venir de la vida, bajo la inmensa bóveda de la estación, sin esperar a nada, a nadie y tiene ya dieciséis primaveras". Debe ser muy doloroso para usted, no lo dudo y una lástima para él, podría ser mi hijo; le respondió el señor. Pero señora, continuó, este batiburrillo de gente deambulando de un lado para otro, frenética, sin respiro, sin mirarse, sin verse, ¿ Adónde creen que van, qué vacío pretenden llenar...?
 
¿Qué y a quién creen que esperan o hacia dónde van? A lo mejor, aguardan a un tal Godot y a lo peor ni siquiera lo saben.

PILAR CUNS
Gregorio Gigorro


En Aranjuez a 14 de febrero de 2015
 

sábado, 24 de enero de 2015

El garbeo

El gallo solitario canta, los gorriones se columpian en las ramas del granado, oteando el horizonte, ausente de gatos, éstos dormitan bajo la banca de madera, los capullos de las rosas están a punto de reventar; la mañana se ha despertado cubierta por una densa niebla, que cubre hasta hacer desaparecer casas, calles, campos y parezcan suspendidas las cúpulas y las torres.
 
Sus pisadas resuenan sobre la gravilla al atravesar el callejón , escoltado por una tapia plagada de reluciente hiedra; unos chicos preparan sus bicicletas para dar un paseo, el ruido de los coches, de vidriosos ojos, rompen el silencio. Continua bajando, hasta llegar al paseo, de robustos árboles, con el telón de fondo, también pardo del jardín. El movimiento de autos y personas aumenta, huele a churros, las señoras van y vienen con bolsas de la compra; un grupo de hombres charla animadamente sobre el pavimento brillante de la plaza.
 
El aire fresco le llena los pulmones, la humedad le moja y cala hasta los huesos; el sol no tiene prisa por lucir, pero seguro que lo hará, cuando la niebla desaparezca. Entonces los paseos se llenaran de viandantes buscando el tímido calor, más tarde las sombras irán cubriéndolo todo, se encenderán las farolas y olerá al humo de las chimeneas.
 
Sus pasos volverán a resonar sobre la gravilla, de vuelta a casa; probablemente escuche el maullido de los gatos pidiendo su comida, quizá se siente a descansar con su mirada, recorrerá las cosas como para confirmar que todo esta en su lugar y envuelto en el silencio duerma un ratito, mientras los palos de la chimenea ardan sin prisa.


GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
"La parada"
Tinta y acrílico sobre papel kraft
Firmado y fechado en 2014
Medidas: 80 x 120 cm




En Aranjuez a 24 de enero de 20115


 
 

sábado, 10 de enero de 2015

Granada


Bajo la desnuda cúpula, sostenida por elegantes pilares estriados, coronados con capiteles corintios, que recordaban a los de la vecina catedral, resonaban solemnes los acordes del Ave María de Haëndel; su voz era clara y poderosa, su  presencia digna de una soprano. Todos los invitados asistían encopetados al enlace nupcial, tenían el guapo subido aquella luminosa mañana de diciembre, olía bien, se sentía uno a gusto entre toda aquella gente que veía por primera vez;  y en eso estaba, cuando se acordó de su propia boda, en aquella tarde del final de aquel verano lejano; en ambas ocasiones le envolvía la emoción y la nostalgia.
 
El propio marco en este caso más que en el otro, arropaba el acto, dotándolo de una aire intimo sin menoscabo de la grandiosidad que poseía, pues el altar estaba prácticamente en el centro, con lo cual posibilitaba que todos los asistentes se situaran alrededor, quedando los novios expuestos a merced de sus miradas, cariñosas y sonrientes.
 
Después de las manidas fotos, irrumpieron en el quicio del ingreso los recién casados, bajando tranquilamente la escalinata alfombrada de rojo corintio, flanqueada por maceteros de margaritas blancas. De frente les esperaba un coche muy particular, un Ford  descapotable de 1920, color beige, que daba el contrapunto al cortejo, sin parar de lanzar una lluvia de globos, de serpentinas, tirados a través de tubos también multicolores.
 
Era una fiesta en toda regla, que no dejó indiferente a los turistas que pasaban, como tampoco lo fue para las bandadas de palomas que salían despavoridas ante tal alborozo.
 
El cuento que podía continuar mucho más, bien podría haber comenzado así: "Aquella mañana, Granada era una fiesta".
 
GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
"Jardines del Partal"
Acrílico sobre papel
Firmado y fechado en 2000
Medidas 72 x 50 cm



En Aranjuez a 10 de enero de 2015
 

sábado, 20 de diciembre de 2014

Aire fresco



Os muestro un abanico que más parece un pericón, como muestra vale un botón; en todo caso se trata de un objeto muy español como la peineta, por poner un ejemplo; coleccionado por reinas como Isabel de Farnesio, esposa de Felipe V, allá por el siglo XVIII; no la única desde luego.
 
Se convirtió en un verdadero lenguaje para la seducción, era el accesorio imprescindible para las damas en sus paseos, en las tardes de toros y en otras lides, en un mundo sin prisas, ni agobios, visto desde las perspectiva actual, por supuesto.
 
De variados materiales, fue testigo de los cambios en el gusto estético a través del tiempo y como tal evolucionó sobre todo en cuanto a los temas, más que en los materiales utilizados.
 
Formó parte de esa imagen pintoresca de España en el romanticismo, tan difundida durante el siglo XIX por toda Europa.
 
Además también servía y sirve para aliviarse de los calores y sofocones y que curiosamente habiendo incluso temperaturas más elevadas en otras latitudes, salvo en China o Japón no ha tenido mucho predicamento ni entre las señoras ni entre los caballeros, pues hay abanicos para ellos también.
 
Abandonado mayoritariamente el uso para el que fue creado quedó relegado para decorar a veces estancias o dar un cachete a alguien si es preciso; de cualquier manera siempre está bien cambiar de aire y si es fresco mucho mejor, en la variedad está el gusto y como muestra sirve este pericón.
 
GREGORIO GIGORRO
GREGORIO GIGORRO
"Pericón con pájaros y mariposas"
Tinta y acrílico sobre tela
Firmado y fechado en 2014
Medidas: 30  x 59 cm




En Aranjuez a 20 de diciembre de 2014