Mostrando entradas con la etiqueta Toledo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Toledo. Mostrar todas las entradas

domingo, 4 de marzo de 2018

La casa del gallo


Subía corriendo la cuesta, llegaba chorreando sudor, el niki pegado a la piel,
jadeante encontraba como siempre la pesada portada barroca, 
se quedaba petrificado con sus ojos de niño, recorriendo aquel mamotreto que tanto
le fascinaba.

Siempre que volvía a Santa Cruz sentía la imperiosa necesidad de despedirse de ella,
cuando se marchaba, constatando que continuaba en el mismo lugar, vigilando al pueblo
desde su veleta, coronando la torrecilla de ladrillo, horadada por arcos de medio punto,
formando simetría con la rotunda fachada.

De aquellos años, con su mirada limpia y transparente, guardaba la afición 
por las veletas, con frecuencia comparaba ésta con otras como la del Monasterio de Uclés,
más rotunda en consonancia con el edificio, contrapuesta a la del parador
de Cáceres, ésta más grácil.

¡Cuántas veces fantaseó con este palacio solariego!

Poniendo el ojo en su roñosa cerradura a través de la cual veía el zaguán sombrío,
el patio porticado, el arranque de la escalera, hasta las estancias del piso noble,
todo enorme para él.

Se veía recorriendo la bodega, jugando al escondite entre las tinajas,
palpando la humedad que deja el tiempo abandonado,
perdiéndose bajo los árboles del jardín descuidado, al abrigo de la arquería, 
frente a la iglesia de San Miguel en el arrabal.

Tantas fantasías infantiles habían hecho mella, hasta el punto de regresar una y otra vez
a comprobar peinando canas que la Casa del gallo seguía vigilando a Santa Cruz, 
ahora poblada por el murmullo insistente de las palomas.

El más nimio detalle puede servir para revivir el pasado, viviendo el presente con intensidad,
¿qué fantasía te lleva a tu infancia?, ¿cual te anima a caminar con alegría y confianza?

La fantasía es exclusivo patrimonio del ser humano, sin ella, todo se percibe gris, soso.

Claro que es necesario echarle de comer de tanto en tanto
porque ya se sabe, no solo de pan vive el hombre.


GREGORIO GIGORRO
"La casa del gallo"
Santa Cruz de la Zarza (Toledo)
En Aranjuez a 4 de marzo de 2018

domingo, 26 de noviembre de 2017

La gloria


¡Hay tantos hombres en usted!
El franciscano, el cardenal, el erudito, el estadista, el capitán...
Parafraseando a Henry de Montherlant, en el Cardenal de España, obra dedicada a Cisneros por el autor antes mencionado.
Es verdad, son tantas las facetas que esto, no es sino una reseña del estupendo libro dedicado a nuestro personaje por Joseph Pérez, premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales; solamente el apartado que corresponde a la fundación de la Universidad de Alcalá merecería un extenso ensayo, si en vida consiguió el respeto y prestigio en Europa, con su muerte alcanzó la gloria. A raíz de su defunción volvieron otra vez los corruptos con Francisco de Cobos a la cabeza que llegó a ser secretario del Emperador, los vecinos de Alcalá hartos del ambiente digamos licencioso creado por la Universidad, del nepotismo que mostró hacia su familia, hizo crecer sus protestas y acogieron con alivio su desaparición; la mayoría de su sus colaboradores más allegados cayeron en desgracia, los desordenes aumentaron hasta desembocar en la guerra de las comunidades. Su muerte supuso la puerta abierta a todos los excesos, protagonizados por los partidarios de Felipe el Hermoso, ahora cercanos al Príncipe Carlos.

Éste destituyó a Diego López de Ayala quien lideraba el ideario Cisneriano y se fió de Cobos.


A partir de 1550 se reivindica la figura de Cisneros recordando lo que hizo por la Iglesia, España y la cultura, en este sentido hay que destacar una serie de biografías entre las que destacan la escrita por Juan de Vergara y continuada por Alvar Gómez de Castro, otra valiosa es la de Quintanilla, quien fue postulador para la beatificación de Cisneros, hecho que se intentó en diferentes ocasiones y que finalmente en el XVIII Azara, Embajador en España, cerró el proceso.

En Francia a mediados del XVII aparecen biografías importantes como las de Baudier, Féchier y Richard. Más tarde Fénelon en el Diálogo de los Muertos, se trata de conversaciones en los infiernos entre varios personajes importantes en la historia, describe una conversación entre Cisneros y Richelieu que titula "La virtud vale más que el linaje"; es de destacar que en todas las biografías aparecidas nuestro personaje se le muestra superior a Richelieu, pues el primero colocó siempre el bien común por encima de los intereses particulares, preconizados por el segundo.

La fama de Cisneros continua en la Ilustración llegando a  estrenarse en 1960 "El Cardenal de España" en la comedia francesa en París, trata de los últimos días de su gobierno, él se enfrenta a la Reina Juana, mientras espera a Carlos, que por fín anuncia que no vendrá.

El hecho es que transcurridos 500 años, sigue vivo en la memoria y para que ésta no se pierda sino que se acreciente, dedicar una exposición a un persona de su altura es más que merecido, por lo cual la visita a exposición celebrada en Toledo es obligada y  para volver a dicha ciudad sobran razones.

GREGORIO GIGORRO
Universidad de Alcalá de Henares
(Detalle de su fachada)


En Aranjuez a 26 de noviembre de 2017



domingo, 12 de noviembre de 2017

El Cardenal Cisneros



Recorre con detenimiento el sepulcro de este español eminente, reparando en el derroche de iconografía renacentista que tanto le recuerda al del Príncipe Juan en Ávila; el primero maltratado por la guerra civil pues estuvo ardiendo días transformando el frío mármol en cálido yeso. Ahora lo encontramos en la capilla, soberbia por cierto, de la Universidad de Alcalá, antaño en La Magistral de la misma ciudad.

No deja de pensar en lo mucho que hubiese cambiado la política española si el primogénito de los Reyes Católicos no hubiese fallecido tan joven, la Casa de Austria no se habría entronizado en nuestro país o si el Príncipe Carlos le hubiese llegado a conocer, ya que éste desembarcó en Villaviciosa el 19 de septiembre de 1517 y la muerte de Cisneros se produjo el 8 de noviembre del mismo año. El séquito que acompañaba al Príncipe no tenía ningún interés en que se tuviera lugar el encuentro entre ambos. 

Parece probable la fecha de su nacimiento hacia 1436 en Torrelaguna, vive practicamente en la sombra hasta 1492 en que es nombrado Confesor de la Reina Isabel, sustituyendo en el cargo a Fray Hernando de Talavera que pasó a desempeñar el de Obispo de la recién estrenada Diócesis de Granada. 

Cuentan que gracias a un tío suyo, Clérigo en Roa le inició en el aprendizaje y en el interés por el saber, más tarde estudió Leyes y posteriormente Humanidades en Alcalá. Es hacia 1484 cuando se produce un cambio radical en la vida de este hombre, pues ingresa en los franciscanos en la rama de los observantes, opuesta a los claustrales, cumpliendo a rajatabla de por vida los votos de pobreza, obediencia y castidad. El ascenso se produce en 1495 al ser nombrado Arzobispo de Toledo, a la muerte del Cardenal Mendoza, su mentor. A partir de ese momento los acontecimientos le son favorables colocándole en un lugar importantísimo en la historia.

Es difícil sintetizar una existencia tan compleja ya que cultivó multitud de facetas en un momento fundamental para la construcción del primer Estado Moderno.

Yo destacaría como fundamental en su ideario la importancia dada al bien público sobre el particular, por ello se vio envuelto en un montón de disputas, de negociaciones, siempre poniendo sus miras en fortalecer el poder real, debilitando a la nobleza levantisca, en favor de la gente menuda; así acometió todas las reformas posibles debido a su cargo, utilizando la diplomacia cuando la ocasión lo requería del mismo modo que la fuerza.

No le debió de resultar nada fácil compaginar la austeridad franciscana con el boato que conllevaba desempeñar el Arzobispado de Toledo, como tampoco velar por el bien común a la vez que se le acusaba de nepotismo, al favorecer a su familia.

De las mútiples obras que llevó a cabo, una de ellas fue la creación de pósitos, para impedir la hambruna del pueblo, levantados en principio en Toledo, Alcalá, Torrelaguna y Cisneros, a la vez que defendía la agricultura, en este sentido encargó  un libro a Gabriel Alonso de Herrera, amén de llevar a cabo una serie de actuaciones en Alcalá; también fue defensor de un proteccionismo económico, limitando las exportaciones de lana al exterior y fomentando las manufacturas de tejidos en nuestro país, procurando no depender tanto de las importaciones de éstos, provenientes de los Países Bajos.

Otra labor primordial fue la reforma del Arzobispado en Toledo, así como la del Clero, intentando elevar su nivel cultural, por esa razón creó la Universidad de Alcalá con un cariz netamente religioso, fomentando las lenguas orientales para mejor comprensión de la Sagrada Escritura, dando como fruto la Biblia Políglota y teniendo entre sus colaboradores a Antonio de Nebrija, utilizando para sufragar dichas empresas las cuantiosas rentas de la rica Diócesis que ostentaba.

Ejerció en dos ocasiones la Regencia del Reino en 1506 a la muerte de Felipe I, esposo de doña Juana de Castilla, anulando todas las mercedes que éste había concedido a sus partidarios; Cisneros se hace cargo del gobierno debido a las condiciones de la salud de Juana y a la ausencia de Fernando, su padre,  preocupado por sus posesiones en Italia, del que por supuesto obtuvo el beneplácito para ocupar el puesto mencionado.

Al regresar el Rey Católico, premió la lealtad de Cisneros, recordemos que a la muerte de Isabel al Rey se le había expulsado del Reino que había gobernado con ella, con su vuelta el castigo cae sobre sus enemigos en tanto que al Regente le nombra Cardenal de Santa Balbina en 1507. La pocas simpatía que Fernando mostraba por Francisco no le impidió al primero reconocerle como el gran estadista que era.

La nueva dignidad recién estrenada complicaba aún más la vida de este Franciscano de corazón.

Segunda Regencia: Don Fernando murió en Madrigalejo en 1516, en su testamento se recoge que debido a la incapacidad de Juana, nombra a su hijo Alonso que era Arzobispo de Zaragoza, Gobernador de Aragón y a Cisneros de Castilla; mientras su nieto el Príncipe Carlos no viniera a España, a la sazón vivía en Flandes. Aún más se confirma el aprecio que tenía el Rey por el Cardenal. De esta manera estuvo gobernando hasta que la Parca vino a buscarle como diría Joan Manuel Serrat en su inolvidable "Mediterráneo".

Continuará.....

GREGORIO GIGORRO
Si vais a Toledo, os recomendamos esta exposición.
Del 8 de noviembre de 2017 al 18 de febrero de 2018



En Aranjuez a 12 de noviembre de 2017


lunes, 25 de septiembre de 2017

El Salvador



La tarde seguía tendida al sol,
el aire estaba impregnado de incienso,
el templo abarrotado de gente,
siguiendo la liturgia en latín,
la prestancia de los capiteles,
los airosos arcos de herradura,
las tallas barrocas,
el retablo de Monegro,
todo era solemne.

La música del órgano cesaba,
para dar paso a la del violín,
las voces de ellos paraban,
para continuar con la de ella,
creando un diálogo sobrecogedor,
sublime.

Absolutamente todo te elevaba,
liviano, fuera del mundo,
una fiesta de los sentidos y del espíritu,
bajo el inmenso ojo de Dios.
Era el día de San Pío de Pietrelcina
en Toledo.

GREGORIO GIGORRO
"Hacia la Vega"
Óleo sobre lienzo
Firmado y fechado en 2005
Medidas: 35 x 65 cm
http://bi.vegap.es/ext/obra.aspx?id=12433
Vegap, Banco de imágenes del arte español.

En Aranjuez  25 de septiembre de 2017

jueves, 12 de septiembre de 2013

Toledo de noche


Todavía guardaba en su memoria, el recuerdo fresco de aquella noche de agosto en Toledo. La cita fue a las diez y  llegaron por los pelos, quedaron en Zocodover,  donde él tantas veces desde mocito había estado con su padre, mientras éste hacía sus tratos con otros ganaderos, se daba un garbeo por la ciudad que desde siempre le  había fascinado.

El grupo escuchaba ensimismado las explicaciones del guía, muy ameno y versado en las historias de la ciudad que había sido el centro neurálgico en el siglo XVI, en aquella plaza modesta en dimensiones a la sombra del  palacio real, actual alcázar, se cocía de todo, se rumoreaba, se esperaba a ser recibido por el emperador, se ajusticiaba a los reos y  un sinfín de manifestaciones sociales de aquel tiempo.

Con el alumbrado tenue de los faroles, bajo un cielo negro sin luna se adentraron por la calle de la Sillería, empezando a descubrir portadas sobrias de marchitos palacios, historias de un hotel que hospedó a lo más granado que venía a conocer el lugar desde Ava Gadner, Rilke, Welles, tantos y tantos atraídos por esta urbe tan pequeña en dimensiones como majestuosa por su historia; el establecimiento hotelero ocupaba el solar de un convento ya desaparecido. Se pararon en la primera iglesia de todo el orbe católico dedicada a San José y adosada a un palacio aún habitado por sus nobles propietarios, donde vivió Santa Teresa y se refugió San Juan de la Cruz antes de ser encarcelado. Dicho palacio miraba a otro que albergó la Ceca, fabrica de moneda, de ahí viene el dicho de la Ceca a la Meca y llegaron a Santo Domingo el Real, de soberbio pórtico renacentista donde nos contaba nuestro Cicerone, jugaba al fútbol de pequeño;  es un lugar recoleto, donde afloran los recuerdos de Bécquer y Valeriano su hermano que vivieron cerca de aquí.

Examinaron las portadas con señales de muertes violentas sobre los muros, en forma de cruces tubulares; se asomaron al tercer recinto amurallado que mira al norte, sobre la Antequeruela y la ciudad nueva, sembrada de titilantes colores ámbar y la noche seguía quieta.

Después de atravesar la plaza de San Vicente donde estuvo la prisión de la Inquisición, lugar que actualmente ocupa la Universidad Lorenzana, en cuyo interior se encuentra un patio que nos habla de la magnificencia romana, dejaron a la izquierda Santa Clara, sobre el pedregoso pavimento que requiere calzado cómodo, se internaron de lleno en la parte conventual.

De pronto se pararon a instancias del guía, guardaron silencio y éste le respondió:"Nada", ni un grillo  ni una voz ni un coche, un escenario de otro tiempo sin prisa. Cobijados bajo los cobertizos comenzó la enumeración de conventos, los edificios que antaño fueron palacios árabes  en el siglo XI posteriormente pasaron a serlo cristianos después de la conquista de Toledo en 1.085 y más tarde  se convirtieron en lugares sagrados donde reina la clausura, ahora corren el peligro de ser clausurados pues las vocaciones están de capa caída. Vieron el laurel de la casa que habitaron los hermanos Bécquer y supieron donde supuestamente reposan los restos de El Greco en Santo Domingo el Real el Antiguo; descubrieron la casa que habitó Garcilaso, poeta que ejerció  una gran atracción entre escritores como Alberti; aquí Luis Buñuel fundó una asociación con sus amigos Lorca, Dalí y otros que  ya de jovencitos apuntaban maneras y volvieron a descubrirse ante la delicadísima portada plateresca de San Clemente, convento de fundación real, cuna del mazapán y poseedor de una riqueza artística imponente, de frente al de San  Pedro Mártir de patios interiores que no le van a la zaga. Inolvidable la imagen de Catherine Deneuve en la película de Buñuel rodada en dicho convento.
Como es difícil de olvidar que de aquí salió el mito de don Juan, que vivieron Lope de Vega, Tirso de Molina, Zorrilla, tantos y tantos que  nos han hecho tan grandes. La noche seguía cubriéndonos con su manto  y Garcilaso desde su pedestal daba la espalda al palacio de Mesa, miraba de frente a la cúpula de San Ildefonso, la iglesia jesuítica, a la derecha a San Pedro Mártir cuyo altar estuvo decorado por pinturas de Maino, actualmente expuestas en el Prado, y donde reposan entre otros los restos de un clérigo que voló antes que los hermanos Montgolfier y que sin embargo se le tuvo por loco.
El patrimonio verdaderamente inmenso se mantuvo intacto hasta la guerra de la Independencia donde  gracias a los franceses se perdieron doce grandes  edificios, a pesar de todo sigue sobrecogiendo, pues siempre descubres cosas nuevas porque alguien te las sabe contar y tú disfrutas escuchándolas; hasta la próxima visita se dijeron con los ojos al despedirse en Zocodover, no sin antes sentarse al fresco, tomando  un café en el mirador de San Miguel el Alto frente a San Servando y la Academia militar con el Tajo a sus pies.
GREGORIO GIGORRO
"El gato y el pajarillo"
Acrílico sobre cartón
Firmado y fechado en 2013
Medidas: 25 x 75 cm

En Aranjuez a 12 de septiembre de 2013